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14F | Elecciones en Cataluña

Los votos de Vox en Cataluña: zonas urbanas, del litoral y donde Ciudadanos ganó en 2017

Ignacio Garriga acompañado por el presidente del partido, Santiago Abascal, durante su comparecencia de este domingo.

Los sondeos les auguraban un buen resultado. Sin embargo, la noche electoral fue mejor de lo previsto. La extrema derecha se hizo este domingo en las elecciones catalanas con el 7,69% de los sufragios, irrumpiendo en el Parlament con 11 asientos y barriendo tanto al PP como a Ciudadanos, una formación en caída libre. El partido liderado por Santiago Abascal consiguió meter diputados en la Cámara autonómica por todas las provincias, si bien es cierto que Barcelona fue su principal caladero electoral –casi ocho de cada diez votos salieron de aquí–. Los ultras arrancaron votos en zonas de renta baja y de renta alta. Sus mejores resultados los lograron, mayoritariamente, en algunos municipios de pequeño tamaño. Sin embargo, la formación liderada por Santiago Abascal también mostró tener músculo electoral en la mayoría de grandes urbes catalanas. Una combinación que terminó dibujando un mapa a dos colores: la zona del litoral se tiñó de verde intenso frente a un interior con unos respaldos mucho más suavizados.

De las 947 localidades con las que cuenta actualmente Cataluña, la formación ultraderechista consiguió un resultado muy por encima de su media en los comicios autonómicos en 88 de ellos, de los que casi cuatro de cada diez se encuentran ubicados en la provincia de Barcelona. La mayoría de estos municipios son de pequeño o mediano tamaño, con un censo inferior a las 20.000 personas. De hecho, sus mejores resultados los ha cosechado en localidades de este tipo. Algunas de ellas, diminutas poblaciones ancladas en el Valle de Arán. Es el caso, por ejemplo, de Vilamòs, Bossòst, Canejan, Arres o Naut Aran, donde el porcentaje de voto se movió entre el 25,35% del primero y el 16,31% del último.

Otras se sitúan en el Alto Ampurdán, en Girona, uno de los principales feudos independentistas: en Vilamalla se ha convertido en la fuerza más votada, y en Sant Climent Sescebes, Sant Miquel de Fluvià o Santa Llogaia d’Alguema ha sido el segundo partido con más apoyo. Mientras, en la provincia de Tarragona destaca, especialmente, el resultado cosechado en La Pobla de Mafumet –ganó la cita con las urnas– y en el eje Vilaseca-Salou, dos municipios con un censo superior a los 15.000 votantes en los que consiguió el 19,33% y el 18,24%, respectivamente. 

El litoral frente al interior

De hecho, es en el área litoral donde el mapa se tiñe con mayor intensidad del verde ligado a la extrema derecha. Desde el sur hasta el norte. Desde el 14% conseguido en Mont-roig del Camp hasta el 15,59% de Roses, pasando por el 12,17% de Lloret de Mar. No obstante, también existen algunos puntos ciegos en los que no ha conseguido penetrar con fuerza en todo el eje: Sant Celoni o Sant Pol de Mar, por ejemplo. Frente a esto, el interior. Porque a medida que la costa se va dejando atrás, el músculo de la extrema derecha se debilita.

Es en esa área geográfica donde se ubican la mayor parte de los 578 municipios en los que Vox apenas ha alcanzado el 5% de las papeletas en la cita con las urnas. Es el caso, por ejemplo, de Artesa de Segre, donde se ha quedado rozando el 3% de los sufragios. Algo más grandes son las localidades de Sallent o La Garriga, donde se ha tenido que conformar con un 3,9% de las papeletas. En estos tres últimos municipios, las dos formaciones independentistas más fuertes se han impuesto con firmeza. Sobre todo en Artesa de Segre, donde se han hecho con casi siete de cada diez votos emitidos.

Las grandes ciudades y el desplome de Cs

Los resultados de Vox han sido buenos en la mayoría de las grandes urbes catalanas. De hecho, de las 22 ciudades con mayor censo electoral, los resultados de la extrema derecha han superado la media lograda a nivel autonómico en 16. De todas ellas, los mejores datos son los obtenidos en Tarragona, Viladecans y Castelldefels: un 12% en la primera localidad y alrededor del 11% en las dos últimas. Todos estos municipios se tiñeron en las últimas autonómicas, las que convirtieron a Ciudadanos en el partido más votado, de un naranja intenso.

Ahora, sin embargo, la formación de Inés Arrimadas ha caído a plomo al tiempo que la ultraderecha ha subido como la espuma. En Tarragona, por ejemplo, Cs cosechó en la última cita con las urnas el 35% de las papeletas en la ciudad, mientras que el PP se quedó en el 6%. Este domingo, se tuvo que conformar con el 7% de las papeletas, una caída de 28 puntos de la que, sin embargo, apenas se beneficiaron los de Pablo Casado, que solo incrementaron los apoyos en un ligero 1%. Los que más crecieron en el municipio fueron, justamente, los socialistas catalanes, con un aumento de diez puntos, y Vox, con una subida de doce puntos.

Por encima del 10% se situaron los ultras también en Rubí y Reus. Igual que en Mataró, en un cinturón industrial donde la extrema derecha tampoco se ha visto demasiado castigada. De hecho, en localidades como Badalona, Sabadell, L’Hospitalet, Santa Coloma de Gramenet, Cornellà de Llobregat o Sant Boi de Llobregat la formación de Santiago Abascal ha obtenido un porcentaje de respaldo superior al logrado de media a nivel autonómico. En el caso de Barcelona, el resultado de Vox se sitúa, más o menos, en el 7%, después de que los naranjas perdieran más de diecisiete puntos respecto a los últimos comicios autonómicos, los conservadores apenas variasen su resultado y los socialistas catalanes ganasen diez puntos de apoyo.

¿Por renta?

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Por distritos de Barcelona capital, la extrema derecha logró el mayor de los respaldos en Sarrià-Sant Gervasi –11% de las papeletas–, el que tiene mayor renta según los datos de la Agencia Tributaria. Buenas cifras cosechó también en Les Corts, el segundo con mayor músculo económico. Sin embargo, no es una regla que se cumpla a rajatabla. Ahí está el caso de Nou Barris, el de menor renta de la urbe. Allí, los ultras sacaron el 8,9% de las papeletas.

En el extremo contrario, cuatro grandes plazas que se resisten, por el momento, al asalto de la extrema derecha. Por debajo del 7% se quedan en Granollers, donde los naranjas han caído también de la primera a la quinta posición, un descalabro de veinte puntos. Y con un 6% se tuvieron que conformar en Vilanova i la Geltrú y Girona, plaza fuerte de un independentismo que ha ensanchado todavía más su distancia con el llamado constitucionalismo.

Sin embargo, de las principales urbes, en la que menos ha conseguido convencer Vox en estos comicios es en Manresa, donde los ultras se han quedado en el 5,53% de las papeletas. Este fue uno de los municipios donde se convocaron durante la campaña electoral protestas ante los mítines de Vox. No fue el único. También se cargó contra la extrema derecha en otras localidades como Valls o Salt. En la primera, Vox también se ha quedado en el entorno del 5%. No así en la segunda, donde ha superado ligeramente el 10% de las papeletas.

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