4M | Elecciones en la Comunidad de Madrid
Casado ya se ve en Moncloa tras engullir a Cs en Madrid pero Vox frustra su sueño de reunificar al centroderecha
La victoria incontestable de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid se asienta sobre la derrota y la práctica desaparición de Ciudadanos. Hasta ahí se corresponde con el objetivo fijado por el presidente del PP, Pablo Casado: unir el voto en torno al PP como “única vacuna contra el sanchismo, la radicalidad, la ruina y el enfrentamiento en las calles”, según sus propias palabras.
Su éxito, sin embargo, no es completo. El PP no ha conseguido recuperar el voto que en 2019 se refugió en Vox. Los ultras resisten la pugna con Ayuso —con un fuerte tirón entre sus propios votantes— y mantienen sus resultados con un 9,1% de lso votos. Su apoyo no será decisivo para que la candidata conservadora sea elegida presidenta—el PP tiene más escaños que las tres izquierdas— pero sí para definir las políticas del PP en la cortísima legislatura que se avecina —volverá a haber elecciones dentro de dos años— y que Casado quiere convertir en el escaparate de su proyecto político para derrotar al PSOE en la generales de 2023.
El PP ha cerrado la jornada con un porcentaje de voto cercano al 45%. Una cifra muy abultada, pero sólo un poco por encima de la que PP y Ciudadanos obtuvieron conjuntamente en 2019 (41,7%) y muy semejante a la suma de ambas fuerzas en 2015 (45,23%).
En su celebración desde el balcón de la sede del PP, en la calle Génova —abarrotada de seguidores del partido como no ocurría desde 2011, la última victoria por mayoría absoluta de Mariano Rajoy— Casado obvió que Ayuso necesitará a Vox para sacar adelante sus políticas, especialmente los Presupuestos. E interpretó los resultados en clave nacional: son, dijo, “una moción de censura democrática al sanchismo”. Y reivindicó la victoria como “el kilómetro cero del cambio en España, un punto de inflexión en la política nacional”. “Uniendo a todo el centro derecha se puede ganar a Sánchez”, insistió. “Hay partido. Hoy la libertad ha ganado en Madrid pero mañana lo hará en toda España”, pronosticó.
Ayuso también abundó en la interpretación de las elecciones sen clave nacional. La forma de gobernar de Sänchez, subrayó, “tiene los dias contados. Hoy empieza un capítulo nuevo en la historia de España”. “No entienden nuestro modo de vida, por eso el sanchismo no entra en Madrid”.
Ayuso ha pasado de liderar el peor resultado de la historia de los conservadores en Madrid, con el 22,23% de los votos en la pasada legislatura, a cosechar uno de los mayores apoyos.
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No logra, pero se acerca, a las mayorías absolutas logradas por Alberto Ruiz Gallardón en 1995 y 1999, y por Esperanza Aguirre en octubre de 2003, tras la repetición electoral por el tamayazo, así como en 2007 y 2011.
El hundimiento de Ciudadanos no por esperado es menos espectacular. Con un paupérrimo 3,5% se ha quedado muy por debajo del 5% que exige la ley electoral madrileña para entrar en el reparto de escaños. Un resultado que pone fin a seis años de de presencia en la Asamblea de Madrid y a una experiencia de gobierno con el PP que acabó en ruptura y hiere de muerte a los naranjas, que desde noviembre de 2019 no hacen más que cumular desastres electorales.
El de Madrid es además el primero que se puede endosar enteramente a la presidenta del partido, Inés Arrimadas. Suyo fue el fracasado intento de impulsar una moción de censura en Murcia que desencadenó las elecciones anticipadas Madrid y suya fue también la decisión de situar al frente de la candidatura a Edmundo Bal, incapaz de dar la vuelta a un resultado que deja a Cs en en riesgo de desaparición, aborbidoen la práctica por el PP.