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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

El nuevo curso político

Casado se desentiende del bloqueo en el CGPJ: “El problema es de Sánchez, no nuestro”

El lider del PP, Pablo Casado, sostiene un plato de huevos fritos en compañía del presidente de Andalucía, Juanma Moreno, en un acto de partido en Málaga.

El líder del PP, Pablo Casado, aprovechó un acto de partido este viernes en Málaga para intentar culpar al Ejecutivo de Pedro Sánchez del bloqueo de más de 1.000 días que sufre el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)bloqueo y salir al paso de lo que calificó como “una campaña de presión del Gobierno mintiendo”.

El jefe de la oposición pasó por alto, un día más, que la vigente ley obliga a los partidos a negociar la composición de este órgano —ocho puestos libremente, como establece la Constitución, y doce a partir de las propuestas de jueces y magistrados— y que su partido se niega a a hacerlo. En vez de eso, acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de haber cambiado de criterio sobre el Consejo citando unas declaraciones suyas de hace siete años.

Fue en diciembre de 2014, recién elegido secretario general del PSOE, cuando Sánchez defendió que los “partidos dejemos de proponer candidatos y sea una mesa de expertos catedráticos quienes filtren los candidatos que son capaces de gobernar el gobierno de los jueces y que el Congreso decida libremente y no a instancias de los partidos políticos”.

Basándose en estas declaraciones, Casado se desentendió de la situación límite a la que ha llegado el CGPJ tras casi tres años en funciones: “El problema es suyo, no nuestro. El que ha cambiado de opinión es Pedro Sánchez, no yo”.

Y se reafirmó, acto seguido, en su decisión definitiva de seguir bloqueando la renovación del órgano de gobierno de los jueces, del que dependen entre otras cosas, como el régimen disciplinario, la realización de nombramientos discrecionales en la cúpula judicial: magistrados del Supremo y cargos de la Audiencia Nacional, así como de los tribunales superiores de justicia autonómicos y las audiencias provinciales. “Nosotros no nos vamos a mover”, advirtió. “Es Sánchez el que tiene que venir a donde estaba en la oposición”.

Si el PSOE cumple con las demandas del PP, remarcó, será posible llegar a acuerdo el próximo lunes, el mismo día en el que se inaugura el año judicial. “La pelota está en su tejado; no es mucho pedir: que los jueces elijan a los jueces”.

“Quien bloquea es Sánchez”

“Quien bloquea esto es Sánchez”, insistió. Como vendría a demostrar la ponencia del 40º Congreso del PSOE que, según él, consagra la decisión de no pactar nada ni con el centro derecha ni con la socialdemocracias en declive. Una afirmación falsa: en realidad, el texto que Casado citó en su intervención no dice eso sino que denuncia la política de “grandes coaliciones con el centroderecha” de la “vieja socialdemocracia en declive” y lo hace porque, según los redactores del documento, ha limitado las políticas de la izquierda a la gestión y ha impedido ejercer una verdadera “vocación reformadora”.

Sánchez, insinuó, quiere “mandar sobre los jueces” para “dar indultos”, acercar “presos etarras” y “probablemente tapar ciertas corruptelas que les molesta que se estén investigando en el Tribunal de Cuentas o ciertas incompatibilidades que ahora se estudian de la Fiscal General del Estado”.

Casado renegó incluso de la posición tradicional del PP, que siempre que gobernó aplicó la norma actual y negoció la composición del CGPJ de acuerdo con la ley. “Me da igual lo que hiciera en el pasado PSOE y me da igual lo que hiciera en el pasado el PP. Yo estoy aquí para defender mis principios”, proclamó. “Aquí estamos los que estamos y el compromiso que asumimos es el que asumimos nosotros”.

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El líder de la oposición asegura que su decisión de romper las negociaciones que mantuvo con el Gobierno en los últimos tres años no obedeció a cambios de criterio, sino a la aplicación a casos concretos de su máxima de “despolitizar la justicia”. Decidiendo el PP, en cada caso, qué candidatos están contaminados por la política y cuáles no, como ocurrió con los sucesivos vetos que planteó a las candidaturas de la fiscal Dolores Delgado, la jueza Victoria Rossell o el magistrado José Ricardo de Prada. Y que el veto a que Unidas Podemos participase de las negociaciones también buscaba “despolitizar la justicia”. “Es falso que hayamos ido cambiando de excusas [sic]. Había una”, resumió.

En la misma intervención, Casado tuvo tiempo de referirse también al desempleo. Para jactarse del éxito de Andalucía en la creación de empleo y criticar, a renglón seguido, que el Gobierno de Sánchez saque pecho or el descenso del paro en toda España.

Y para criticar, después de meses exigiendo una mejora de las relaciones con Rabat, “el deshielo con Marruecos justo cuando están a la gresca con Argelia”. “Hubiera estado mejor llevarse bien con Marruecos cuando no estaba en plena guerra con su vecino, que es el que nos suministra todo el gas”, concluyó.

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