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Caso Gürtel

Labor de lobby, elección del empresario que se llevaba el contrato y mordidas: Correa detalla la ruta de la corrupción

El líder de la trama Gürtel, Francisco Correa

En el nuevo macrojuicio del caso Gürtel, toca examinar las supuestas adjudicaciones irregulares en el municipio madrileño de Boadilla del Monte. Francisco Correa, el líder de la trama corrupta, ha relatado cómo se amañaban los contratos públicos con la connivencia del entonces alcalde y de otros cargos del Ayuntamiento, a cambio de las consabidas mordidas, un relato que bien puede ser el de cualquiera de las otras piezas en que se dividió esta causa y que ya han sido juzgadas. El empresario, que está a punto de disfrutar de sus primeros permisos penitenciarios, ha explicado la ruta de la corrupción en este municipio madrileño, que era prácticamente la misma que en todas las áreas de influencia de sus empresas: su "trabajo de lobby" para conseguir obras públicas a sus empresarios amigos, la elección de uno de éstos para la adjudicación y la posterior distribución de las "dádivas", ya fueran en efectivo o en especie.

Ha sido en la segunda jornada del juicio de la conocida como Época II, las actividades de la trama Gürtel en Boadilla cuando este municipio estuvo regido por Arturo González Panero, alias el Albondiguilla. El proceso de amaños era el siguiente, según Correa: salía una obra pública a concurso, "muchos" empresarios se ponían en contacto con él porque sabían que tenía mano con los altos cargos de la localidad y tras escucharles, él elegía al "candidato" a la adjudicación, lo hablaba con los responsables del Consistorio para concederle el contrato. Una vez terminado este proceso, el empresario agraciado daba a Correa la comisión y éste la repartía con los cargos públicos involucrados, quedándose él mismo una parte.

"He adjudicado muchísimas obras. No sólo en Boadilla", ha llegado a decir Correa en un momento del juicio en la Audiencia Nacional, a preguntas de las acusaciones. "Cuando salía un concurso, me solían llamar muchos empresarios. Yo elegía a mi candidato y negociaba con el empresario la comisión. Una vez que se adjudicaba, el empresario me daba la comisión y yo la repartía", ha apuntado. Lo que sí ha descartado es que la trama corrupta participara en la elaboración de los pliegos de los contratos públicos, por lo que ha negado también que sus empresas fueran las que sugirieran al Ayuntamiento que licitaran tal o cual concurso.

De este modo, el líder de Gürtel, que ya acumula más de 90 años de condena por las distintas piezas de la macrocausa ya juzgadas, ha confirmado los hechos descritos en el escrito de acusación de la Fiscalía Anticorrupción, como ya hiciera por escrito a principios de este año, mostrando su disposición a buscar un acuerdo de conformidad a cambio de una reducción de condena. Y como Correa, otros dieciseis acusados en esta vista oral han confesado, incluido el número dos de la trama, Pablo Crespo, así como empresarios y excargos del PP como el exalcalde de Boadilla.

La trama dirigió toda la contratación pública

Según el auto de procesamiento de esta pieza del caso Gürtel, la trama corrupta habría actuado de "forma ininterrumpida" en Boadilla del Monte al menos entre 2001 y 2009 enriqueciéndose de dos maneras: repartiendo 'a dedo' los contratos municipales entre las empresas de la trama "a cambio de la correspondiente comisión" y mediante "el apoderamiento directo de fondos de las entidades públicas" de la localidad madrileña. Hasta el punto de que el entramado empresarial creado por Francisco Correa, que habría incorporado a funcionarios y autoridades del municipio, habría dirigido en la práctica toda la contratación pública en el municipio en esos años.

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Esta última conclusión ha quedado perfectamente confirmada con la declaración de Francisco Correa: los empresarios le llamaban para que mediase con los cargos del Ayuntamiento, él elegía al adjudicatario y así el amaño se materializaba. Y ha puesto algún ejemplo: tras la publicación de una licitación, el entonces presidente de Sacyr-Vallermoso, Luis del Rivero, contactó con él "varias veces" porque estaba "muy interesado" en ser el adjudicatario, pero finalmente Correa se decantó por José Luis Ulibarri, a quien finalmente se asignó ese contrato. Ulibarri es otro de los acusados en este juicio que ha confesado los hechos.

Y tras relatar toda esta trama de corrupción, reconocer los amaños, las comisiones ilegales y el enriquecimiento de cargos públicos en el municipio de Boadilla, Correa ha llegado a decir después que "nunca" tuvo "dos candidatos", es decir, dos empresarios favoritos para que resultasen adjudicatarios, porque le parece "amoral". "Nunca he trabajado así", ha apuntado.

Las razones de la ruptura de esta relación del líder de Gürtel con el Albondiguilla las ha dado Pablo Crespo, que ha sido el siguiente en declarar: "Termina porque Correa estaba muy enfadado porque había un acuerdo económico para la adjudicación de obras, pero se enteró de que González Panero estaba negociando esas obras con otros, se sintió traicionado, con toda la razón, y dejó de hablar con él".

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