Los bocazas del Apocalipsis, en tintaLibre de octubre

Siempre han estado ahí, pero nunca habían logrado el estatus profesional del que gozan ahora. Cada día nos levantamos con un volcán, una inflación desbocada, y nos vamos a la cama con la inminencia de la Tercera Guerra Mundial. Son los agoreros, los cenizos, los bocazas del Apocalipsis, ese magma incandescente que berrea en las tribunas, expande sus vaticinios en las redes sociales y reclama desde el púlpito una pronta intervención (o más a menudo la dimisión del Ejecutivo), sea en el país que sea, pero un poco más si es España. Las consecuencias del trumpismo no parecen inquietarles lo más mínimo, ni tampoco la preocupante ola de autoritarismos (sólo faltaba la Meloni): ellos parecen navegar en esa sospecha del cuanto peor, mejor. Tintalibre en octubre analiza un comportamiento que amenaza con convertirse en norma en este “invierno del descontento” que agita por todas partes los fantasmas del shock económico.

El filósofo Norbert Bilbeny sostiene en este número: “El tipo cenizo cansa. Hay un género de prensa en el que todo es negativo y atemorizante. Tiene su público, como lo tenía el circo romano, pero es un público cautivo y que pone en riesgo a la prensa misma”.  Desde el punto de vista de la economía, allí donde más duele y preocupa el fenómeno, el catedrático de Política Económica, Xosé Carlos Arias, ofrece su lectura: “La hora parece proclive a los oráculos funestos. Con frecuencia los mensajes que hablan de abismos e incluso de hundimientos inminentes resultan amplificados por el juego político, en el que algunos partidos de oposición buscan sacar rédito del creciente malestar asociado a una percepción pesimista de la economía”.

Hay que separar pues el grano de la paja, la hipérbole de la sensatez. El periodista Javier Valenzuela apunta en su ensayo sobre dichos profetas del Apocalipsis una razón que a veces se nos escapa al juzgarles: “El miedo impulsa a no tener que afrontar las fatigas de la libertad y a preferir refugiarse en la seguridad de la tribu”. Al calor pues de esa inmunidad de rebaño, confundidos en el anonimato de las redes, jaleados por los pulgares del linchamiento, asistimos al espectáculo mediático de exagerar cualquier noticia como ha ocurrido este último verano mismo sobre la falta de ¡cubitos de hielo en las gasolineras!

Tintalibre, además de tratar este tema en portada, ofrece en su número su peculiar selección de hojas de otoño, esas novedades o acontecimientos literarios que un buen lector no debe perderse en la rentrée.  Ahí están el centenario de Proust, la monumental edición de los diarios de Patricia Highsmith, la moda Tolkien o dos entrevistas con sendos escritores que tienen mucho que decir sobre el mundo en que vivimos: el mexicano Emiliano Monge y el mozambiqueño Mia Couto. 

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