El PP se lanza a captar votos entre las mujeres, pero no encuentra su sitio en el 8M
El PP completa esta semana una ofensiva de varios meses que tiene la ley del sólo sí es sí como punta de lanza, pero en la que se superponen varios objetivos. En primer lugar, aprovechar al máximo las discrepancias entere el PSOE y Unidas Podemos en torno a este asunto para impulsar la narrativa de un Ejecutivo ingobernable que Pedro Sánchez no es capaz de controlar. En segundo lugar, minar el crédito de los socialistas en el feminismo socialista que se opone a la autodeterminación de género que el Congreso acaba de convertir en ley. Y, en tercer lugar, alimentar la imagen de un Partido Popular más centrado, preocupado como nunca antes por los derechos de las mujeres.
En los últimos días, la estrategia del partido y de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, ha sido la de agitar la manifestación del 8M, en especial en contra del PSOE. El Gobierno “va a tener el peor 8 de marzo que puedan imaginar”, subrayó este lunes Feijóo en Cáceres en un acto con mujeres organizado expresamente para subrayar el perfil feminista del partido. “En los últimos años“, el PSOE y Podemos “quisieron instrumentalizar el 8 de marzo contra el PP”, pero este año “es el PSOE y Podemos quienes quieren instrumentalizar el 8 de marzo para aclarar y para profundizar en las divergencias”.
En Génova han hallado en este asunto una fórmula ideal para desgastar al ejecutivo y no la han desaprovechado. Aunque para ello hayan tenido que exagerar las consecuencias no deseadas de la ley hablando de salidas masivas de violadores y pederastas de la cárcel e incluso de invitaciones a delinquir ante el supuesto abaratamiento de las penas. La verdad es mucho más matizada —apenas un 25% de las condenas han sido revisadas a la baja y en casi todos los casos en proporciones pequeñas—, pero el PP ha logrado imponer el marco de un perdón generalizado producto de la incompetencia del Gobierno.
“Este gobierno del partido sanchista ha sido el que ha dado el mayor paso atrás en la defensa de la dignidad de las mujeres”. “En España hay 700 agresores de mujeres que han visto cómo se le han rebajado las penas” y hay más de 4.000 encarcelados por delitos sexuales, a los que “probablemente se le puedan rebajar las penas”, especuló Feijóo en el mitin de Cáceres. Para el PSOE el feminismo, en lugar de ser “eje de la acción política”, se ha convertido en un “campo de batalla en el que intentar quitar un puñado de votos” al adversario.
Cambiar de perfil
Detrás de esta estrategia está el intento de modificar el perfil del PP en materia de igualdad para tratar de atraer el voto femenino. Feijóo quiere hacer olvidar cuanto antes que su partido mantuvo vivo durante más de unas década un recurso para intentar derogar la ley de plazos que regula el aborto en España y que si esta norma sigue vigente es gracias a la decisión del Constitucional, no al PP. Así que en todas su intervenciones atribuye a su partido el “feminismo real” y proclama sentirse “muy orgulloso de militar en el PP”, debido al "legado" que ha dejado este partido para mejorar “de forma objetiva y con hechos, la vida de las mujeres españolas”.
Génova trata de asentar la idea de que “el Gobierno de España ha dejado por el suelo la bandera del feminismo. La ha dejado para quien la coja”, señalaban este fin de semana fuentes de Génova citadas por Europa Press. De ahí que crean que tienen espacio para crecer entre las mujeres que reivindican sus derechos, a pesar de que el PP sigue siendo uno de los partidos a la cola en ese terreno.
Así se deduce, al menos, de los datos recogidos por el barómetro más reciente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado el pasado mes de febrero. Según este estudio, apenas un 4,6% de los españoles creen que el PP es el partido que más hace por los derechos de las mujeres. Un dato que se corresponde con lo que piensan sus votantes: el 72,9% de los que eligieron papeleta del PP en 2019 opina que las manifestaciones del 8M sirven de poco o nada para las mujeres. Y un 21,7% —casi uno de cada cuatro votantes conservadores— está convencido de que la igualdad ya se ha conseguido y no hay nada más que conquistar. Cambiar esto es el reto que el PP se ha propuesto aprovechando los debates en torno a la ley del sólo sí es sí y la ley trans.
Lejos de las manifestaciones
El izado de la bandera feminista, sin embargo, no tendrá traducción el 8M, el día en el que las mujeres toman las calles para reivindicar sus derechos. Después de varios días de declaraciones ambiguas, sin concretar la presencia de dirigentes de Génova en las marchas, pero al mismo tiempo sin negarlas, la realidad se ha impuesto: no habrá líderes del partido en las manifestaciones. Feijóo, subrayan a menudo en Génova, no acude a protestas en la calle. Él mismo despejó cualquier duda el pasado lunes al mostrarse en contra de lo que llamó el “feminismo de pancarta”.
Y eso que, oficialmente, “todos y cada uno” de los miembros de las dirección del PP “tienen libertad para apoyar esta causa donde consideren, ya sea en las manifestaciones de Madrid o en las de otros puntos de España”, precisaron a infoLibre fuentes de Génova sin añadir nada más. Cuca Gamarra, portavoz parlamentaria y la mujer de mayor rango dentro del partido, no despejó las dudas hasta el último momento: fuentes de su entorno confirmaron que seguirá la senda de Feijóo y no acudirá a ninguna manifestación. La profesión de fe feminista de estos días no se traducirá en un cambio de estrategia sobre el 8M.
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Y eso que el portavoz de campaña, Borja Sémper, al que el PP sitúa en primer plano siempre que quiere ablandar sus mensajes políticos, declaró hace pocos días lo contrario. “Acudirán miembros de la dirección. No le puedo dar el nombre de quienes acudirán, pero acudirán miembros de la dirección como acudirán dirigentes y cargos electos que no están en la misma”, aseguró.
Sí acudirán a la manifestación del Movimiento Feminista de Madrid, al menos así lo ha anunciado el PP, tres dirigentes de segundo nivel: la vicesecretaria de Políticas Sociales, Carmen Navarro, la secretaria de Familia, Igualdad y Reto Demográfico, Patricia Rodríguez, y la presidenta de Nuevas Generaciones, Beatriz Fanjul, a las que acompañarán, según Génova, “varias diputadas y senadoras del Grupo Popular”.