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Investigación

El 'influencer' misógino Andrew Tate se asoció en seis casinos con sospechosos de crimen organizado

Andrew Tate, en una fotografía de archivo.

Victor Ilie (RISE Project) y Luiza Vasiliu (RISE Project)

El misógino sin pelos en la lengua, influencer de extrema derecha y sensación de las redes sociales Andrew Tate hizo muchas afirmaciones grandilocuentes antes de su detención en Rumanía en diciembre de 2022 acusado de tráfico de seres humanos y violación. Una de las más llamativas fue que estaba trabajando con capos del juego rumanos anónimos para explotar casinos en el país de Europa del Este, donde Tate se ha establecido porque, según ha dicho, es un lugar donde "la corrupción está al alcance de todos". En múltiples entrevistas, Tate afirmó haberse asociado con unos "hermanos, mafiosos", que poseían "400 locales [de juego] desde Estonia hasta el este de Europa", y haber ayudado a sus nuevos socios a expulsar del negocio a sus competidores.

Pero no había pruebas de que el autodenominado "rey de la masculinidad" tuviera realmente intereses en ningún casino, y mucho menos en 400. Tate nunca reveló públicamente los nombres de sus socios.

Ahora los reporteros del Rise Project, en Rumanía, un centro miembro del Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), del que también forma parte infoLibre, han encontrado pruebas de que Andrew Tate y su hermano menor, Tristan, tenían realmente intereses financieros en al menos seis casinos de la marca Las Vegas junto con dos presuntas figuras del crimen organizado conocidas como los hermanos Doroftei. infoLibre publica en exclusiva en España esta investigación.

Los Tate están siendo investigados por presunta violación, además de por integración en una organización criminal para reclutar y obligar a las mujeres a producir pornografía. Ramona Bolla, portavoz de la Dirección de Investigación de la Delincuencia Organizada y el Terrorismo (DIICOT), declaró al OCCRP que sus intereses en los casinos no están siendo examinados. "Hasta ahora no estamos investigando sus actividades en el sector del juego en Rumanía", afirmó en una entrevista telefónica.

Los abogados de los hermanos Tate no respondieron a las peticiones de comentarios. Tristan Tate dijo a los periodistas vía whatsapp que no tenía comentarios sobre el negocio de los casinos.

Los contratos de joint venture [un tipo de asociación entre empresas] obtenidos por los periodistas muestran que los beneficios de al menos seis sucursales de Las Vegas Casinos se repartieron entre Talisman Enterprises, una empresa rumana controlada por los hermanos Tate, y una sociedad propiedad de los hermanos Doroftei llamada DMS Bet Live SRL, que tenía licencia en Rumanía para operar apuestas fijas (Talisman no tenía licencia y no habría podido operar casinos por su cuenta).

Las Vegas es una de las mayores cadenas de casinos de Rumanía, con más de 800 locales en el país. La red se gestiona a través de un complejo grupo de empresas que parecen desempeñar distintas funciones en sus operaciones –desde el pago de alquileres hasta la explotación de máquinas tragaperras–, incluida DMS Bet Live. Además, las diferentes sucursales de Las Vegas también se gestionan a través de joint ventures con otras compañías no relacionadas, como Talisman.

En su joint venture con los Tate, DMS acordó proporcionar terminales de apuestas, mientras que Talisman proporcionaría el espacio comercial para los casinos. En tres de los seis locales de juego, Talisman también tenía que proporcionar empleados y equipos de "caja". Los acuerdos prohibían a los Tate hacer negocios con cualquier competidor de los casinos de Las Vegas.

Los periodistas no pudieron obtener información sobre cómo funcionaba el acuerdo en la práctica. El llamado Las Vegas Casinos Group confirmó que mantenía una relación comercial con los Tate, pero dijo que dicha vinculación había terminado.

Un ludópata en un casino a las afueras de Bucarest

Una de las sucursales de Las Vegas en las que colaboraron las dos empresas se encuentra en Berceni, un barrio de bloques de apartamentos de la época comunista a las afueras de Bucarest, la capital rumana. Pintado de rojo vivo, el casino a pie de calle destaca sobre el imponente edificio de hormigón gris que lo corona.

El casino de Las Vegas debe poco a su brillante homónimo estadounidense. No hay mesas de póquer atendidas por crupieres de traje elegante, sino salas oscuras con hileras de máquinas tragaperras en las que trabajadores y jubilados se juegan sus salarios mínimos o sus pensiones estatales.

"Soy un adicto al juego que ya ha perdido dos pisos", admitió un lugareño que habló con los periodistas a las puertas de otra de las sucursales del casino de Las Vegas, en este caso en el barrio de Vitan de Bucarest.

El comentarista Tate en un combate patrocinado por DMS

DMS parece ser la abreviatura de Doroftei y los nombres de pila de los hermanos, Mihăiță y Sorin. Varios miembros de lo que ellos llaman su "familia" llevan "DMS" tatuado en el cuerpo, según los vídeos que los periodistas han encontrado en las redes sociales. Un hombre con el tatuaje de DMS –que también tenía tatuado "NUNCA SE DECLARE CULPABLE" en la mano derecha– se registró en Facebook en un casino de Tate, añadiendo el estado "en el trabajo".

En una entrevista en un podcast, Andrew Tate explicó cómo se relacionó por primera vez con sus socios, aunque no los nombró. Antiguo competidor de kickboxing, Tate estaba comentando en directo un combate patrocinado por DMS, que empezó con luchadores locales antes de ampliarse a estrellas internacionales de las artes marciales mixtas. Los hermanos Doroftei habían fundado una marca de artes marciales llamada Real Xtreme Fighting (RXF). Tate dijo que se dirigió a uno de los propietarios del casino del espectáculo de RXF y le hizo una oferta. "Abriré directamente al lado de su competidor número uno", dijo Tate que le dijo a su posible socio. "Así que iré a la guerra por ti con mi dinero, justo al lado de tu competidor número uno. Aunque no gane dinero, te pagaré con la facturación. Yo asumo todo el riesgo".

"Y él estuvo de acuerdo", dijo Tate.

Los periodistas no pudieron confirmar si ese incidente ocurrió tal y como lo describió Tate. Pero Bolla, el portavoz de DIICOT, dijo que los Dorofteis "tal vez se encontraron con los hermanos Tate durante una competición". Según Bolla, cuando se produjo la reunión con los Tate, los Doroftei habían conseguido reclutar a grupos de delincuencia organizada para que se hicieran con el control de secciones de la industria del juego en toda Rumanía. "Tenían toda una red de lugares de juego donde controlaban lo que ocurría", afirmó.

Clanes rivales ahora unidos

Muchas figuras del crimen organizado en Rumanía viven deprisa y presumen de sus joyas en las redes sociales, pero los hermanos Doroftei mantienen un perfil bajo y son relativamente desconocidos para el público. Hasta hace poco, también para las autoridades contra el crimen organizado.

Eran desconocidos incluso en 2019, cuando la policía rumana intervino los teléfonos de un contrabandista local de cocaína que también trabajaba para los casinos de Las Vegas. El hombre fue escuchado hablando de una poderosa figura que no nombró directamente, pero a la que se refirió como un "polaco" (Mihăiță Doroftei tiene nacionalidad polaca). "Está abriendo en todas partes de Rumanía. Se está apoderando él solo de todos los casinos", dijo el contrabandista grabado.

Más tarde, los fiscales de la lucha contra la delincuencia organizada empezaron a investigar al grupo que estaba detrás de los casinos de Las Vegas y lo relacionaron con lo que había dicho el contrabandista.

La investigación culminó en noviembre de 2022 con redadas policiales en 123 locales relacionados con casinos de Las Vegas, en las que se detuvo a decenas de presuntos miembros de bandas para interrogarlos. Muchas de estas personas tenían condenas anteriores por delitos graves, como trata de seres humanos, tráfico de drogas, chantaje, contrabando de armas e intento de asesinato. Durante las redadas, la policía confiscó bolsas de cocaína, así como 500.000 euros en efectivo y armas, entre ellas una pistola y dos ballestas.

Las fuerzas del orden dijeron que los Doroftei habían conseguido reunir a clanes mafiosos rivales –algunos de los cuales se habían enfrentado en las calles con espadas e incluso habían incendiado una casa con una bomba casera– en un grupo que cooperaba para aplastar a los casinos competidores.

"Vemos algo que no habíamos visto en el pasado: los líderes de los grupos [de delincuencia organizada] han olvidado su orgullo para compartir sus esferas de influencia y sus beneficios", declaró Cosmin Andreica, jefe de la sección rumana de Europol, a la televisión rumana en el momento de las redadas.

Bolla, portavoz de la DIICOT, declaró al OCCRP que los Doroftei habían conseguido convencer a grupos delictivos de todo el país para que trabajaran con ellos apelando a su "interés común: ganar dinero". "Son el tipo de personas que pueden acceder a estas [figuras] del crimen organizado, y pueden influir en ellas para que trabajen por un objetivo común, que es conseguir dinero", afirmó.

Detenciones en noviembre

En noviembre, la fiscalía informó de que había detenido a 28 personas en relación con presuntas actividades de delincuencia organizada, chantaje, actos violentos y secuestro. La investigación sigue su curso y los acusados aún no han sido imputados.

Se dictó una orden de detención contra Mihăiță Doroftei, pero las autoridades rumanas no han podido detenerlo. Mihiă Doroftei declaró al OCCRP a través de su abogado que se encuentra en Polonia, de donde es ciudadano desde hace una década. Negó que esté huyendo de las fuerzas de seguridad rumanas y dijo que simplemente vive en Polonia con su esposa y sus dos hijos. "La afirmación de que ha eludido la acción de la justicia es un poco forzada", dijo su abogado, Alexandru Șerban, en un correo electrónico.

El hermano de Mihăiță, Sorin, se encontraba en Rumanía cuando se produjeron las redadas policiales, y en un principio fue puesto bajo vigilancia judicial, lo que significaba que no podía salir del país, debía presentarse periódicamente ante las autoridades y tenía prohibido comunicarse con las personas acusadas en el caso. Tras un recurso, un tribunal dictaminó el 23 de mayo que Sorin podía salir de Rumania –lo que, según su abogado, era una prueba de su inocencia–, aunque las demás restricciones seguían vigentes.

Su abogado, Codruț-Nicolae Savu, afirmó que las acusaciones vertidas contra su cliente en los medios eran falsas, y añadió que los fiscales aún no han aportado pruebas de sus acusaciones. "Tras un periodo de aproximadamente seis meses durante el cual la fiscalía ha llevado a cabo diligencias de investigación, no se ha obtenido ninguna prueba que confirme la información recibida y revelada por la prensa, que probablemente fue engañada por fuentes concretas", dijo Savu en un correo electrónico.

Algunos miembros acusados de la banda presuntamente dirigida por los Doroftei fueron contratados por Las Vegas como personal de mantenimiento, según los fiscales. En realidad, los trabajadores estaban allí para asegurarse de que los Dorofteis obtuvieran su parte de los beneficios. Esto incluía agredir a los jugadores y robarles sus ganancias.

Según un comunicado de la DIICOT, el grupo delictivo utilizaba la violencia para "impedir la expansión de salas de juego que compitieran con las que ellos regentaban".

Un abogado del grupo de casinos Las Vegas negó la comisión de delito alguno.

Tráfico sexual y negocio inmobiliario

Las redadas en los casinos de Las Vegas se produjeron apenas un mes antes de que la policía detuviera a Andrew Tate y a su hermano Tristan, con doble nacionalidad estadounidense y británica, pero que pasan mucho tiempo en Rumanía.

Al igual que los Dorofteis, los hermanos Tate han sido acusados por la fiscalía, que sigue investigando su caso antes de decidir si los inculpa. Tristan Tate dijo que era inocente. "No cometo delitos y trato a todas las personas que conozco (hombres mujeres niños) con respeto", dijo en un mensaje de texto. Andrew Tate no pudo ser localizado, pero también ha negado las acusaciones.

Los cargos de tráfico de personas contra ellos han sido ampliamente difundidos. Pero RISE y OCCRP han sabido que los fiscales también están investigando si los Tate blanquearon el dinero obtenido en el tráfico sexual a través de propiedades inmobiliarias rumanas, aunque los documentos vistos por los periodistas no exponen las cantidades ganadas ni los esquemas implicados. "También estamos investigando el blanqueo de dinero, pero no les acusamos, porque aún necesitamos obtener más pruebas", dijo Bolla.

Andrew Tate ha afirmado públicamente que gana entre 300.000 y 600.000 dólares al mes coaccionando a mujeres para que realicen actos sexuales en Internet. En su plataforma en línea Hustlers University –que ofrecía cursos sobre cómo ganar dinero rápido, así como un "título de proxeneta de putas" (PHD)–, Tate explicó que obligar a las mujeres a trabajar turnos de más de 12 horas era esencial para el éxito.

Tate se jactaba de tener a 75 mujeres realizando actos sexuales a través de cámaras web y decía que se quedaba con el 80% de los beneficios. "Básicamente trabajan gratis. Trabajaban por mi amor y mi atención", afirmó.

Según la fiscalía rumana, las tácticas de los hermanos Tate equivalían a trata de seres humanos. Los documentos de la acusación incluían testimonios de las víctimas, que describían cómo los hermanos las atraían con promesas de una relación romántica y luego abusaban de ellas, las amenazaban y las obligaban a actuar.

Una mujer moldava declaró: Andrew Tate "me dijo que me quitara la ropa, que me dejara los zapatos puestos, y luego me dio una bofetada en la cara". A continuación, la violó, según declaró.

Otra víctima, de Estados Unidos, declaró a los fiscales que los hermanos Tate "utilizan los cuerpos de chicas jóvenes para obtener beneficios económicos, y las chicas lo hacen porque realmente creen que están enamoradas y están asustadas".

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Los alumnos de Tate fueron instruidos en uno de sus cursos en Internet sobre la conveniencia de captar a mujeres vulnerables para explotarlas: "Las que me hicieron ganar más dinero tenían a sus padres muertos, vivían en barrios jodidos".

Según los testimonios de las víctimas, las mujeres eran retenidas en Voluntari, un suburbio de Bucarest, donde los Tate poseían dos casas, una de ellas con revestimiento de aluminio de los mismos colores rojo y negro que utiliza la marca de casinos de Las Vegas.

Aquí puedes leer en inglés la información original.

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