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Carla Antonelli desconecta con el móvil en modo avión pero no puede irse a la cama "sin saber qué pasó"

Carla Antonelli en la madrileña plaza de Chueca.

Carla Antonelli le ha contado a infoLibre donde prefiere pasar sus momentos de descanso. La senadora define su relación con Madrid como una simbiosis desde 1979, momento en el que llegó a la capital. Entre la gran ciudad, el pueblo costero de Puerto de la Cruz, en Tenerife, y Güímar, el municipio que la vio nacer, tienen lugar sus ratos de desconexión: frente al mar o sumergida entre los edificios. Su lugar de retiro también está en las calles de asfalto pues, no en vano, ha tenido que aprender inexcusablemente, después de cuarenta años, a encontrar el sosiego en ellas.

Su único truco para desconectar, y el más poderoso, es "poner el móvil en modo avión". Solo así consigue salir del constante trajín digital. Como en la película de Marilyn Monroe de 1955, Antonelli dice que la tentación vive arriba y los teléfonos móviles siempre están ahí para distraer. "El mundo sigue girando", afirma la senadora, frente a la sensación de perdernos algo si dejamos de estar atentos a las redes: así también se define el FOMO (Fear Of Missing Out). Sin embargo, confiesa que no puede irse a dormir sin antes haber entrado en las principales aplicaciones para conocer cualquier novedad que haya ocurrido en el tiempo en el que ha estado fuera de cobertura.

Los momentos de apagón mental de la activista son solamente para ella, no los comparte en las redes sociales, al menos de manera habitual. Antonelli prefiere, si acaso, dejar huella de algún lugar que haya visitado compartiendo una foto o algún momento personal, aunque no entiende esos ratos para estar sola sino para compartir con sus seres queridos. También aprovecha sus momentos de reseteo para, por ejemplo, ver alguna película que le haga reflexionar: la última, Simone, sobre la mujer que despenalizó el aborto en Francia, la vio junto a su sobrina. Si quiere evadirse, Antonelli escoge especialmente cine, sobre todo cine histórico o documental, o ciencia ficción "de la buena". La senadora confiesa que la astronomía es otro de sus grandes intereses y motivos de evasión.

La formula de Carla Antonelli es tener su "cámara de aislamiento" donde tener un momento para respirar. Y es que, aunque remarca que "se puede estar las veinticuatro horas conectada", también defiende que hay que respetar los tiempos de desconexión para que "todo no suponga un monotema".

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Ahora que la senadora ha vuelto a la primera línea política después de haber sido elegida también por Más Madrid en las elecciones autonómicas del 28 de mayo, su permanente estado de atención es mayor. Pero "se puede compaginar", afirma, reconociendo que volver a la política después de su primera etapa como diputada del PSOE le exige toda su dedicación.

Las formas de comunicación han cambiado desde que se convirtiera en la primera diputada trans en la Asamblea de Madrid. Ahora comparte algunos de sus momentos personales y su activismo político en su Instagram. Hace quince años lo hacía en todas las televisiones, cuando amenazó al Gobierno con iniciar una huelga de hambre si no se aprobaba una ley que garantizara los derechos de las personas trans.

Para terminar, Antonelli describe su relación con Madrid como un viaje que "de entrada te apabulla". Al principio de su largo recorrido en la ciudad necesitó adaptarse, aunque asegura que le es fácil hacerlo. La añoranza por su pueblo natal y por el mar siempre ha estado ahí, aunque ahora vive y comprende la capital.

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