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MÚSICA

Amaral revoluciona el Sonorama con las tetas que dan tanto miedo (a algunos): "Que no nos quiten la libertad"

Ricardo Ruiz Varo

Decía Eva anoche que ahora sí que entendía lo que sentía hace 25 años, cuando su vida empezó a cambiar. Lo reconocía, emocionada, justo antes de cantar, ante más de treinta mil personas, una de las canciones más icónicas del pop español, Te necesito. Pero, haciendo referencia a uno de sus versos, también admitía: "Aún soy demasiado joven para entender lo que siento… con 51 años recién cumplidos. Supongo que lo entenderé en unos años".

Quizás es difícil, incluso para una de las mejores cantantes de este país, entender la envergadura del éxito que supone que treinta y cinco mil personas coreen al unísono las veintiséis canciones —una inédita— que seleccionó con mimo para repasar una trayectoria excelsa. Esto ocurrió en la noche del sábado en el Sonorama de Aranda de Duero, en un concierto histórico que celebró el vigésimo quinto cumpleaños de una de las bandas más relevantes del siglo XXI en España.

Eva es el 50% de Amaral. La otra mitad es Juan, el tal Aguirre que toca la guitarra en la 304 (mientras Santiago de Chile se levanta entre montañas). Juan es mucho más que el del gorro de Amaral. Es, por ejemplo, quien puso nombre al dúo, pese a la negativa de primeras de Eva de utilizar su apellido para nombrar a un proyecto compartido. Aquello ocurrió en 1997, apenas unos años después del encuentro de Juan y Eva en un estudio de grabación improvisado en el almacén de un bar de Zaragoza. Allí nació una amistad y un sueño conjunto, que perdura hoy convertido en realidad y que en 1998 se tradujo en su primer disco, de nombre -parece que la convenció- "Amaral".

Desde entonces, ocho álbumes de estudio (el noveno está en camino), dieciséis discos platino, ocho discos de oro y lo que es más relevante: un éxito intergeneracional y heterogéneo.

"Más allá de cualquier logro o cualquier reto, yo creo que han alcanzado un estatus increíble por ser simplemente como son", explica a infoLibre Javier Ajenjo, director del Sonorama y amigo personal del dúo. Y es que muy pocas bandas en este país gozan de un cariño y una aceptación con tanto consenso como el de Amaral. Resulta extraño, porque precisamente Eva y Juan no son de los que optan por la equidistancia para conservar su éxito y no despertar a los haters, sino más bien todo lo contrario.

Sin ir más lejos, el sábado por la noche, y tras mencionar con su característica contundencia a compañeras como Rocío Saiz, Rigoberta Bandini (que en su canción Ay Mamá canta aquello de: "no sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas") Zahara o Bebe, Eva se despojó de la parte de arriba de su vestido de lentejuelas, dejando sus pechos al aire, para cantar el tema más combativo del grupo: Revolución. "Por Rigoberta, por Zahara, por Bebe… para que no nos quiten la libertad…", aseguró. Fue la penúltima canción y el gran momento del concierto. Se unió así a la reivindicación feminista que muchas cantantes, como las mencionadas, han llevado a cabo en los últimos meses en sus shows. Sin ir más lejos, el 24 de junio, un policía detuvo un concierto de Rocío Saiz en Murcia por hacer el mismo gesto, escudándose en la Ley Mordaza.

Durante su trayectoria, tanto Eva como Juan no han dudado en comprometerse y posicionarse cuando lo han estimado conveniente, tanto desde su propia música como fuera de ella. Revolución, estrenada en 2005 y con una vigencia sorprendente, es uno de los mejores ejemplos. De hecho, hace unas semanas, dos días antes del 23J, Eva Amaral publicó en la cuenta de Instagram del dúo un vídeo cantando en acústico la última estrofa de la canción, que dice: "porque siento que este es el momento de olvidar los que nos separó y pensar en lo que nos une", en una clara llamada al voto en las elecciones generales.

Eva y Juan fueron también unas de las voces de la cultura que dieron su apoyo público a las movilizaciones del 15M y siempre se han mostrado muy críticos con los líderes políticos. En 2011, precisamente coincidiendo con la acampada de Sol, el fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba utilizó una de sus canciones, Sin ti no soy nada, contra un diputado del PP. Juan Aguirre lo criticó públicamente y pidió que no se hiciera más uso partidista de sus canciones, porque "son de todos".

Otro hecho que suscitó polémica fue el lanzamiento, en 2014, de Ratonera, un tema en el que se critica duramente a la clase política española y que iba acompañado de un videoclip en el que se mostraba a varios políticos, como el propio Rubalcaba o Rajoy, con la cara magullada y con heridas, presentándoles cómo víctimas de problemas sociales.

Por ello resulta asombroso que haya tanto consenso en el cariño hacia Eva y Juan, convirtiéndoles en uno de los grupos más queridos de España, independientemente de la clase social o el color político de cada fan, en una sociedad cada vez más polarizada. Ajenjo cree que la clave está en las propias canciones: "En 25 años no han perdido vigencia, siguen frescas, siguen eternas", comenta.

Las canciones más antiguas, las clásicas, las de guitarra y armónica, como El universo sobre mí, Cómo hablar o Kamikaze fueron las que más levantaron al público durante las casi dos horas de concierto, pero otras más recientes como Nocturnal o Mares igual que tú también fueron coreadas masivamente. Es en estas últimas donde se aprecia claramente el carácter experimental del dúo, que desde el disco debut hasta Salto al color, ha ido renovándose, hasta atreverse, incluso, a incluir ritmos electrónicos en sus melodías pop. La canción con la que cerraron, Ahí estás, inédita hasta hoy, parece que sigue el mismo camino: evolucionar conservando la esencia, algo que está al alcance de muy pocos.

"Nuestro público y los medios habéis entendido que no íbamos a hacer nunca el mismo disco. Hemos ido evolucionando y nuestro público ha evolucionado con nosotros. Hemos ido cambiando porque para nosotros la música es una especie de aventurilla, para dar rienda suelta nuestra curiosidad", explicaba Juan, justo después del concierto, en un encuentro con los medios.

Un show "único e histórico"

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Sea como sea, tras veinticinco años, las canciones de Amaral ya forman parte de la banda sonora de todo un país. Son un clásico de los karaokes, compañeras de viajes largos en carretera, son imprescindibles en las listas de españoladas de Spotify y son sinónimo de abrazo de exaltación amistosa justo antes de cerrar la discoteca.

El concierto del sábado fue el único que el grupo dará en 2023 (a excepción de su actuación en la inauguración del Festival de Málaga de Cine), por ello fue un show "único e histórico", en palabras de Javier Ajenjo. Para Eva Amaral fue "uno de los momentos más bonitos de la historia de la banda". Y para el público fue un ejercicio de nostalgia colectiva y un homenaje a una de las bandas de nuestra vida.

No sabemos qué ocurrió exactamente con Marta, Sebas, Guille y los demás, pero, por el bien de la música española, ojalá el destino que unió un día a Eva y Juan no los separe y que nunca se detenga su particular vuelo kamikaze a la eternidad, que ahora cumple 25 años.

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