Debate de investidura

Feijóo se resigna al fracaso de su investidura y Sánchez la remata al negarle el cara a cara que pretendía

El candidato a la investidura, Alberto Núñez Feijóo.

Tiene los votos, dice, pero no los quiere. El candidato del PP a la investidura, Alberto Núñez Feijóo, intentó durante una hora y 45 minutos de discurso desde la tribuna del Congreso de los Diputados mantener la ficción de su victoria en las elecciones del 23J. Todo para intentar, una vez más, como lleva haciendo desde la noche electoral, construir un relato según el cual los españoles decidieron que él debe ser el presidente del Gobierno. Y que si no lo va a conseguir no es porque no lo merezca, sino porque no está dispuesto a llegar a acuerdos con los independentistas catalanes, a diferencia de Pedro Sánchez, que sí lo está con tal de mantenerse en el poder. Obviando, por supuesto, que con los votos del soberanismo nunca tendría los 33 de Vox.

Feijóo buscaba el cara a cara con el presidente en funciones, al que dedicó buena parte de su intervención inicial, pero no lo consiguió. El PSOE optó por desinflar el pleno privando al aspirante del PP del contrincante que buscaba y enfrentándole a un diputado, el exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, al que la alianza de la derecha (PP y Vox) privó del bastón de mando pese a haber encabezado la candidatura más votada.

La estrategia de los socialistas descolocó al candidato. Sin el antagonista que buscaba, apenas fue capaz de responder a Puente e incluso despreció su segundo turno de intervención para acabar contestándole durante las réplicas a Santiago Abascal.

Malestar

Fue entonces cuando cargó las tintas contra Sánchez en un intento de provocar una réplica del presidente que no llegó. Visiblemente molesto, —“ha intentado dinamitar la sesión”, acusó al líder socialista— le reprochó “falta de valentía”, “no ser nadie” sin Bildu, sin Esquerra y sin Junts, haber “secuestrado” al PSOE, padecer una “neurosis obsesiva”, defender “un país con barra libre para la corrupción” y decir que España no es “una democracia plena”. Todo sin éxito.

La elección de Puente tenía como principal objetivo poner contra las cuerdas a Feijóo con sus contradicciones, ya que el socialista ganó en las pasadas elecciones municipales en Valladolid, pero fue desalojado de la Alcaldía por un pacto entre el Partido Popular y Vox.

Puente hizo un discurso muy duro contra Núñez Feijóo y con muchas ironías, algo que molestó al presidente del PP, como se evidenciaba en su rostro. El candidato, en su respuesta al socialista, tachó de “lamentable” que el Gobierno aplaudiera lo que llamó el “club de la comedia”. Los diputados populares se levantaron en algunos momentos y gritaron “cobarde, cobarde” a Pedro Sánchez.

Antes de que la decisión de Sánchez cambiara las reglas del debate y descolocara al candidato, Feijóo volvió a pedir el apoyo del PSOE para impedir un Gobierno presidido por él. Si se llega a elegir, remarcó, pondrá fin a la igualdad entre los españoles, otorgará “privilegios” a los independentistas, romperá la separación de poderes, desautorizará a las fuerzas policiales, cuestionará a Las Cortes y discutirá la actuación del rey en 2017, días después del referéndum ilegal celebrada en Cataluña.

Contra la amnistía

Durante su intervención, Feijóo dejó en segundo lugar su propuesta de gobierno y dedicó sesenta minutos a combatir la posibilidad de que Sánchez y no él consiga la investidura pactando con el independentismo una amnistía que zanje las consecuencias judiciales de lo ocurrido en Cataluña en 2017 e incluso la celebración de un referéndum legal de autodeterminación. “España nunca debió llegar a este punto de decadencia moral en su política. Pero persistir en ella, con una versión agravada de lo ya visto en los últimos años, sería un error histórico del que yo no voy a participar".

Es algo que, afirmó, él no está dispuesto a aceptar para ser presidente porque tiene “principios, límites y palabra”. La Constitución, remarcó, no puede ser burlada “mediante subterfugios que desprecien el esfuerzo de nuestros constituyentes”, ni “contravenida con decisiones que eliminen de un plumazo la igualdad de todos los españoles”. “Lo que el independentismo plantea es una aberración jurídica. Eso no está en duda. Pero sobre todo es un ataque directo a valores democráticos esenciales”, proclamó.

Si cediese en ese punto, aseguró ignorando deliberadamente que ningún grupo de la Cámara salvo UPN y Coalición Canaria, está dispuesto a ir de la mano de Vox, el presidente sería él, argumentó mientras acusaba a Sánchez de engañar a los españoles.

“Tengo los votos”

“Tengo a mi alcance los votos para ser presidente del Gobierno”, afirmó obviando que los votos de Junts son incompatibles con los de Vox y con parte de los de su grupo parlamentario. “Pero no acepto pagar el precio que me piden para serlo. La honestidad con uno mismo y la responsabilidad con los demás son un valor, aunque haya quien los subestime”, alegó echando en cara a Sánchez actuar exactamente al contrario.

El candidato del PP, que volvió a repetir, hasta en seis ocasiones, que él fue quien ganó las elecciones, defendió su decisión de presentarse a la investidura sin apoyo suficiente para ganarla con el argumento de que la sesión “trunca” el “relato” del PSOE y de Sumar “y les recuerda el resultado del que han renegado desde la misma noche electoral”. 

Feijóo sostiene que sería presidente si concediera la amnistía pese a que ningún grupo acepta a Vox

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Esta sesión de investidura”, prosiguió, “dificulta el aterrizaje en la opinión pública del precio que otros se plantean pagar para seguir en el poder. Y nos retrata a todos. Nos retrata hoy. Y nos retrata en el futuro en el que todos volveremos a responder ante los españoles”, advirtió, invocando la posibilidad de una repetición electoral.

En la primera jornada del debate, Feijóo tuvo que escuchar el no a su investidura de labios de los portavoces del PSOE, Sumar, Esquerra y Junts y únicamente el ‘sí’ de Vox, este último condicionado a una estrategia conjunta en el futuro que desarrolle una “alternativa nacional”.

Pero todos ellos, también Abascal, advirtieron al candidato acerca de su debilidad dentro del PP. El líder de Vox y la portavoz de Sumar, Aina Vidal, le recordaron que sus diputados son los mismos que aplaudían a su antecesor al frente del Partido Popular poco antes de ponerse en su contra, y Óscar Puente (PSOE) y Gabriel Rufián (ERC) ironizaron con que se le está poniendo cara de Pablo Casado.

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