Vox declara haber donado a su fundación de cabecera medio millón que esta no registra en sus cuentas

Santiago Abascal junto a Juan José Aizcorbe durante un acto de precampaña electoral de Vox, en Barcelona.

El cotejo realizado por infoLibre de las últimas cuentas aprobadas por Vox y de las elaboradas por Disenso, fundación creada por el partido y también con Santiago Abascal como presidente, ha incrementado las sospechas que sobre su financiación colocó el lunes en primer plano un informe del Tribunal de Cuentas. En la memoria de 2022, en el apartado “hechos posteriores” al cierre del año, Vox anota que “se ha procedido también durante el ejercicio 2023 y como devengo del ejercicio 2023 a la donación de 1,5 millones a la Fundación Disenso”. Pero lo que refleja la memoria de Disenso en esa misma categoría contable difiere nada menos que en 501.000 euros: “El partido político VOX donó en enero de 2023 a Fundación Disenso 999.000 euros”, se lee en el documento de la fundación justo debajo del epígrafe “Acontecimientos posteriores al cierre”.

infoLibre envió a los portavoces de comunicación de Vox el texto literal de lo que cada una de las memorias –la del partido y la de su fundación– plasma en relación a lo donado en lo que va de año.

La respuesta, transcrita literalmente y confirmada por este diario a través de los mismos portavoces, fue la siguiente: "Lo que figura en la memoria de Vox [los 1,5 millones en lo que va de año] está en conocimiento del Tribunal de Cuentas y reflejado ante notario como dinero donado a la Fundación Disenso". Según las mismas fuentes, "la memoria de Disenso es un documento sin actualizar que se actualizará con todas las donaciones al cierre del ejercicio de 2023". "Toda la donación que ha hecho Vox a Disenso está en conocimiento del Tribunal de Cuentas y firmada en documento público ante notario. Y lo que se puede ver en la otra memoria es que no está actualizada y se actualizará o subsanará al cierre de 2023".

Dos auditorías de la misma consultora

Las cuentas de Vox sobre 2022 llevan fecha del pasado 14 de junio, al igual que la auditoría elaborada por una consultora de Castilla La Mancha. Las de Disenso aparecen datadas un mes y medio más tarde, el 27 de julio; realizada por la misma empresa consultora, la auditoría va fechada el 20 de julio. La misión de las auditorías independientes radica en corroborar la veracidad y exactitud de lo reflejado en el balance y la memoria. Una vez aprobados, tales documentos adquieren carácter definitivo.

Sin que se les identifique por su nombre, las cuentas de la fundación las rubrican “el secretario” y “el presidente”, cargo que Abascal ostenta con carácter vitalicio. Las de Vox las suscriben el diputado y ahora ahora gerente de Vox Juan José Aizcorbe y el también diputado y tesorero Pablo Sáez.

A la espera de un nuevo gerente

La comparación efectuada entre las cuentas de Vox y las de Disenso coincidió este viernes con la noticia publicada por El País sobre el cese por dimisión del hasta ahora gerente de la formación ultraderechista, el diputado Juan José Aizcorbe.

Por la mañana, y tras publicar El País la noticia del cese por dimisión de Aizcorbe, la organización difundió de inmediato un comunicado donde califica de “informaciones falsas” las relativas a este asunto. Según la versión oficial, Aizcorbe “seguirá con funciones de control y fiscalización”. Pero, según el mismo comunicado, fue el propio Aizcorbe quien “acordó hace meses reducir su carga de trabajo en el partido y nombrar un nuevo gerente”. ¿Quién será el nuevo gerente? Eso, respondió Vox a través de sus canales de comunicación, se dirá “cuando se le nombre”. De momento –fue el añadido– Aizcorbe seguirá en el cargo.

Contactado por infoLibre, el diputado respondió por whatsapp que el comunicado del partido “se ajusta a la realidad” y que se remite a su contenido. “Estoy viendo incrédulo las noticias que están publicando y no doy crédito”, agrega en su mensaje.

Inyecciones de Vox a Disenso

Como gerente, Aizcorbe desempeña un papel de máxima relevancia en la política implantada por Vox para nutrir a Disenso con donaciones de cuantía inédita y que convierten a la fundación en una auténtica institución privada millonaria. Sus memorias anuales dibujan un escenario centrado en la difusión de ideas y propaganda por vías como el digital gaceta.es, antes propiedad del Grupo Intereconomía y, por tanto, de la familia de Julio Ariza.

El partido justifica la discrepancia con un argumento insólito: "La memoria de Disenso es un documento sin actualizar que se actualizará con todas las donaciones al cierre del ejercicio de 2023"

El lunes, el Tribunal de Cuentas admitió que en el caso de las fundaciones la ley no le permite conocer el listado de proveedores que han cobrado más de 3.000 euros a lo largo de un año. Es decir, no puede examinar el llamado modelo 347 de Hacienda, sobre el que la exdirigente de Vox Macarena Olona puso el foco cuando en una entrevista retó a la fundación a hacerlo público. Constreñidas la competencias de auditoría, la fundación de Vox opera sin que el máximo órgano de fiscalización del país controle algo más que el destino de las subvenciones, pero Disenso básicamente se nutre del dinero que le transfiere Vox, que desde 2019 ha recibido más de 50 millones de origen público.

Desde 2020 y hasta ahora, Vox ha inyectado en números redondos a Disenso siete millones en donaciones, una cifra sin parangón entre el resto de fundaciones vinculadas a partidos. Tal como había publicado infoLibre, en enero de este año el monto iba ya por casi cinco millones: exactamente, 4,87.

Un tercio de las donaciones, para Vox

Como publicó el martes infoLibre, la auditoría del Tribunal de Cuentas sobre el funcionamiento de los partidos en 2018 y 2019 no solo desvela que Vox copó en 2019 un tercio (1,56 millones) del total de donaciones recibidas por los 32 partidos sujetos a fiscalización, sino que ese año ingresó “a través de cajeros automáticos” 311.947 euros declarados como producto del merchandising destinado a las “mesas de información”. A la luz de esos datos –se lee en el informe del TCU– “existe una incertidumbre respecto a si parte de dichos ingresos corresponden a donaciones y no a la venta de productos, lo que vulneraría lo establecido en el artículo 5.1 a) de la LOFPP [Ley Orgánica de Financiación de Partidos Políticos] al no haber sido identificados los posibles donantes". El artículo 5.1.a de la ley de financiación política prohíbe taxativamente las donaciones anónimas.

El 'pitufeo' que la Fiscalía no veía relevante

Pero el informe del TCU no es el primer documento que pone el dedo en la llaga de las donaciones a Vox. Al inicio del verano de 2021, un partido minúsculo y ahora inactivo, Alianza Cívica, presentó una denuncia que el fiscal del Tribunal de Cuentas derivó de inmediato a la Fiscalía Provincial de Madrid y que esta archivó el 9 de octubre sin que se sepa qué diligencias practicó ni qué argumentos condujeron al carpetazo.

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La denuncia aportaba documentos internos de Vox en apoyo de sus afirmaciones sobre la supuesta existencia de donaciones ilegales camufladas con la fórmula del llamado pitufeo: ingresos en metálico de pequeñas cantidades a través de cajeros automáticos. ¿El límite para mantener el anonimato? 300 euros, cifra a partir de la cual resulta obligatorio identificar a quien efectúa el ingreso.

Entre los papeles internos entregados por los denunciantes figuraba uno con el logotipo de Vox Alicante titulado Guía para realizar los ingresos y donaciones en las cuentas del Partido Político Vox.  Bajo el epígrafe “Beneficios por donaciones anónimas en mesas informativas y tardes de Vox (Huchas)” se leía esto: “Límite MÁXIMO de 299.-€ por acto”.

Más adelante y tras reproducir el número de la cuenta donde debían realizarse los “ingresos de mesas informativas”, se lee lo que sigue: “El ingreso de la hucha debe ser un ingreso en efectivo nunca por transferencia”. Como remate, el aviso final: “La no observación de estas normas implica la pérdida del 100% de las donaciones (devolución al erario público) que no estén debidamente identificadas y con arreglo a la norma arriba expuesta”.

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