Los petroestados cuelan en el acuerdo un lenguaje ambiguo que preocupa a ecologistas y científicos
Miles de activistas, científicos y diplomáticos regresaron este miércoles a sus países de origen tras 14 días de cumbre del clima en Emiratos Árabes, pero antes de subir al avión lanzaron sus primeras impresiones sobre un acuerdo catalogado por muchos como "histórico". La letra pequeña de los 196 puntos acordados durante la COP28 se desgranará durante las próximas semanas, y su éxito o fracaso no se conocerá hasta mitad de siglo, cuando el mundo deberá haber alcanzado las cero emisiones netas de carbono. En todo caso, las organizaciones civiles presentes en Dubái reiteran que este acuerdo era impensable hace solo dos semanas.
Los portavoces de Greenpeace en la cumbre del clima destacaron este miércoles que nunca antes se había mandado un mensaje similar firmado por todas las naciones del planeta, incluyendo a los petroestados de Oriente Medio. "Pero esta señal está mezclada con muchas otras señales peligrosas", señaló Kaisa Kosonen, jefa de la delegación de esta organización en la COP28. Echan en falta la creación de un impuesto global que haga a las petroleras y gasistas pagar por su responsabilidad sobre el cambio climático, y también que no haya suficientes herramientas para que el Sur Global pueda invertir en energías limpias.
Del documento aprobado este miércoles por casi 200 naciones, el objetivo del que más se ha hablado ha sido este: "Transitar hacia el fin los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, con el fin de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050, de acuerdo con la ciencia".
Es la primera mención en más de tres décadas de reuniones a acabar con los combustibles fósiles, y su rebuscada redacción evidencia las dificultades de los organizadores de la COP28 para poner de acuerdo a los dos bloques de la cumbre. El verbo escogido –transitar– no es baladí, ya que durante los primeros borradores técnicos presentados por la presidencia la semana pasada, los países más ambiciosos introdujeron términos como "acabar con los combustibles fósiles" y "rápido descenso de su uso", pero terminaron cayendo del texto. Por otra parte, la frase solo habla de "sector energético", que solo es una parte de las emisiones globales, aunque también lanza un mensaje de acción cuando reclama acelerar durante esta "década crítica".
Javier Blas, reportero de Bloomberg con más de una década de experiencia en el sector energético, publicó este miércoles que sustituir la palabra abandonar por transitar "es una distinción importante" porque suena más a una llamada a reducir el consumo que a cortar su producción. "Por eso los saudíes salieron sonrientes de la cumbre COP28. En futuras reuniones, podrán argumentar que seguirán bombeando petróleo hasta que haya señales de que la transición está en marcha. Por ahora, la demanda de petróleo sigue aumentando".
Desde España, la Fundación Renovables celebró ese fin de los combustibles a 2050, pero echa en falta una ruta para lograrlo. "El acuerdo no fija un objetivo numérico, ni cuál es el plazo temporal para dejar a atrás el gas, el carbón y el petróleo. Queda pendiente para la COP29, que se celebrará en Azerbaiyán (gran productor y exportador de gas y petróleo)", plantea Ismael Morales, responsable de Política Climática de la organización.
Uno de los comunicados más llamativos llegó desde la OPEP, el cártel de productores de petróleo de África y Oriente Medio capitaneado por Arabia Saudí, el mayor exportador de crudo del mundo. La OPEP agradeció a Emiratos Árabes la organización de la cumbre con "un récord de participantes y un resultado consensuado y positivo". Según entienden los países productores de petróleo tras la cumbre, "la inversión continuada en petróleo y gas es esencial para garantizar la demanda y la estabilidad global del mercado", por lo que su interpretación del acuerdo es que hay que seguir expandiendo la producción, radicalmente lo contrario de lo que se lee en la resolución de la cumbre.
Un texto plagado de eufemismos
Aunque el resultado de la cumbre ha sido aplaudido por todos los implicados, el texto aprobado este miércoles por el pleno de la COP está plagado de lenguaje diplomático y confuso con términos como cero emisiones netas, emisiones no evitables [unhabated emissions], hidrógeno bajo en emisiones, o combustibles de transición, y los activistas señalan que todos ellos son cesiones a los países más retardistas, quienes quieren asegurarse de que los carburantes sigan teniendo un papel más allá de 2050. Esta es la traducción de cada uno de estos términos.
Cero emisiones netas: no es lo mismo que cero emisiones, y quiere decir que algunos sectores o actividades industriales seguirán expulsando CO₂ y otros gases a la atmósfera indefinidamente. Estas emisiones son compensadas con la captura del carbono del aire para que el cómputo neto sea cero, ya sea de manera natural (reforestación) o con maquinaria que lo atrapa del aire y lo almacena.
Emisiones no evitables [unabated emissions]: es un término relacionado con el anterior y se refiere a procesos industriales cuya contaminación es inevitable, por lo que sí o sí deben eliminarse antes de 2050. En oposición a estas existen las emisiones evitables [abated], que son esos mismos procesos contaminantes, pero instalando en ellos aparatos de captura de CO₂. Son muy polémicos porque permiten perpetuar la quema de combustibles y los defiende la industria petrolífera para seguir vendiendo combustibles indefinidamente.
La COP28 termina con un acuerdo para acabar con los combustibles fósiles en 2050
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Hidrógeno bajo en emisiones: es una de las llamadas falsas soluciones que señalan los ecologistas. Para acabar con el consumo de gas natural en la industria, las compañías gasistas proponen utilizar en su lugar hidrógeno, con el que también se pueden producir combustibles sintéticos y mover vehículos. El problema es que el hidrógeno bajo en emisiones sigue emitiendo CO₂ y se produce a base de gas natural, por lo que introducirlo como una meta global en el acuerdo de la COP perpetúa el uso de combustibles fósiles.
Combustibles de transición: el acuerdo de la cumbre “reconoce el papel de los combustibles de transición”, que son un eufemismo. El texto no aclara a qué se refiere, pero la industria energética usa este término para hablar del gas natural, un combustible que sirva a muchos países para cerrar sus centrales de generación eléctrica de carbón y sustituirlas por centrales de ciclo combinado de gas. Son mucho menos contaminantes que las primeras, pero su papel no encaja con un futuro sin combustibles.
Javier Andaluz, representante de Ecologistas en Acción en la cumbre, señala a este vocabulario ambiguo y a las promesas sobre la captura de carbono y el desarrollo de la energía nuclear como los grandes agujeros que ha tenido que aceptar Europa y sus aliados para sacar adelante el acuerdo. "El bloqueo de los productores de petróleo, sumado a la errónea inclusión de falsas soluciones, abre la puerta a técnicas sucias y costosas que alejan el dinero de las inversiones necesarias en renovables y en apoyar al Sur Global", opina el activista.