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Marisa Paredes se suma a la revuelta ciudadana contra las talas de Almeida: ahora en la Plaza de Santa Ana

Marisa Paredes interviene en la lectura de un manifiesto por la libertad de expresión.

El Ayuntamiento de Madrid ha iniciado los procedimientos para eliminar los ejemplares de cerezos y cipreses que dan sombra en la céntrica Plaza de Santa Ana, a escasos metros de la Puerta del Sol. Los árboles se interponen, según el proyecto del consistorio, en las obras de un aparcamiento subterráneo privatizado. La Plaza de Santa Ana es el último ejemplo de la política urbanística del ayuntamiento y se suma así a las talas que se están produciendo en la capital. El Ayuntamiento de Madrid evita proporcionar cifras sobre los árboles que ha eliminado en el último año, pero los últimos datos disponibles (relativos a 2022) muestran que la ciudad ha pasado de contar con 400.739 árboles maduros a bajar hasta los 322.123, casi un 20% menos.

La actriz Marisa Paredes ha vivido la transformación de esta plaza que la vio crecer. Y hasta nacer. "En el número 13, en la propia portería, porque a mi madre no le dio tiempo a llegar a la Maternidad de la calle O'Donell", recuerda la intérprete a infoLibre. "Hasta los 16 años no nos mudamos a una casa de protección oficial, por lo que esa es mi plaza, la que vio mi despertar en la vida. Era una joya cuando era pequeña, bellísima, llena de árboles y fuentes por todos los sitios", destaca la intérprete fetiche de Pedro Almodóvar, con papeles destacados en Tacones lejanos, Entre tinieblas o Todo sobre mi madre, entre otras. De la frondosidad de aquellos jardines ya quedan solo 54 ejemplares y ahora el ayuntamiento avisa de que van a quedar menos. "Yo me entero de la tala por un taxista mientras iba al médico, que me dijo que el ayuntamiento iba a cortar los árboles de la plaza", señala.

La Asociación de Vecinos de Sol y Barrio de las Letras se ha plantado ante los planes del ayuntamiento y ha convocado un gran acto este domingo 14 de enero, a partir de las 12,30 en la Plaza de Santa, para reivindicar la paralización de la tala que, según apunta uno de los organizadores, Víctor Rey, llegaría a afectar el 85% del arbolado de este espacio urbano. "Me contactaron sabiendo que yo nací en esa plaza y viví allí hasta los 16 años", explica Marisa Paredes, que deja claro que se une a la protesta porque se siente indignada por el arboricidio que se está cometiendo. "He mandado la convocatoria a todos mis amigos, afirma. Y continúa: "De aquella plaza quedan la Cervecería Alemana, el Villa Rosa (donde rodamos Tacones Lejanos), el Hotel Victoria, ahora con otro nombre pero en el mismo edificio... y muchos recuerdos. Ahí están mi infancia y mi adolescencia".

La asociación vecinal ha redactado un manifiesto, y la actriz por su arte leerá un texto que ella misma ha preparado. El manifiesto señala algún detalle histórico sobre este enclave único: "La puntilla a la plaza como espacio público se la dio un Ayuntamiento de la posguerra que, en 1944, aprobó una reforma de Santa Ana que talaba árboles y abría pasillos en el centro. ¡Qué curioso que 80 años después el Ayuntamiento que preside José Luis Martínez Almeida siga los pasos de una corporación franquista!".

Y continúa: "A aquel atropello de la posguerra siguió otro más grave cuando en 1967, todavía en la dictadura, las obras del parking destruyeron más árboles. Llegó después la democracia, pero continuó el arboricidio porque en 2001 el alcalde del Partido Popular, José María Álvarez del Manzano, dio luz verde a renovar la estructura del aparcamiento y de sus accesos. Los ejemplares que sobreviven de aquellos años son los que ahora pueden convertirse en serrín".

Jesús Martín Hurtado, responsable de la Comisión de Naturaleza de Ecologistas en Acción, cuenta en conversación con infoLibre que la normativa de la ciudad recoge que, por cada tala, se debe reponer con tantos ejemplares como años tuviera el árbol desaparecido. Además explica que es la promotora de las obras quien está obligada a proveer los nuevos ejemplares, pero la responsabilidad siempre la tiene el ayuntamiento, aunque la Administración no proporciona ningún registro ni constancia de que esos ejemplares se han repuesto en algún lugar. Martín Hurtado añade que la promotora no se encarga de plantar los nuevos árboles sino de ponerlos a disposición del vivero municipal y, según apunta, esas instalaciones "no tienen capacidad" para recibir todos los árboles que deberían haberse enviado con motivo de las talas anteriores.

La manera de comprobar la edad del árbol es contar los anillos de su tronco, en el tramo más próximo al suelo. Vicente Pres Quintana, responsable de Urbanismo y Vivienda de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, explica que la empresa encargada de las actuaciones no dice la verdad respecto a la edad de los árboles para reponer menos de los que debería. "Al talar el árbol, el tocón lo tapan con cemento", afirma Pres. Además, se suma el problema de que los árboles que se plantan no dan "el mismo servicio" que daban los que se talan. Los nuevos ejemplares se pueden plantar en cualquier punto del término municipal y, según cuenta Pres, "se secan y se pierden".

Menos árboles y más 'isla de calor'

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El Barrio de las Letras, donde está situada la Plaza de Santa Ana, es una zona donde apenas existe arbolado. Algunas calles, como la De la Cruz, han visto sustituidos sus adoquines por asfalto durante este verano y ahora se enfrentan a perder 28 árboles. Martín Hurtado recuerda que arrebatar al centro de la ciudad de zonas de sombra va a agravar aún más el efecto isla de calor, es decir, una mayor diferencia de temperatura con las zonas más lejanas al centro que se agudiza con el "modelo de plazas duras" que promueve el consistorio.

Las talas además han afectado a los barrios de Comillas y Arganzuela, así como a dos zonas de Retiro con motivo de la ampliación de la Línea 11 de metro, tal y como explica a infoLibre Óscar Chávez, responsable de comunicación de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid. Estas obras en la red de metro ahora amenazan a 59 árboles más (cinco de ellos son cedros singulares) de una parte del Paisaje de la Luz, en el Paseo del Prado, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco hace 2 años.

Las actuaciones en el entorno del Paisaje de la Luz han puesto en alerta al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que ha instado al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a paralizar la tala de árboles prevista para la próxima semana. Desde que el Ministerio tuvo conocimiento de dicha intervención, en octubre, se han puesto en contacto hasta en tres ocasiones con la Administración local para solicitar información y recordarle que estas podas deben contar con una Evaluación de Impacto Patrimonial, según fuentes del Ministerio.

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