'Memorias de Adriano', la "colosal" obra de Yourcenar que sigue inspirando a Zarzalejos 40 años después

El periodista y escritor José Antonio Zarzalejos

José Antonio Zarzalejos ha sido columnista y director de El Correo y ABC, y actualmente es Presidente del Consejo Editorial de El Confidencial. Al mismo tiempo que desarrollaba su carrera en el mundo de la información se sumergía también en el de la literatura ensayística, de manera que bajo su autoría podemos disfrutar de libros como Felipe XI. Un rey en la adversidad, La Sonrisa de Julia Roberts La Destitución. 

Antes de embarcarse en su camino como escritor, fue dejando crecer también una afición lectora, acrecentada más todavía por las exigencias periodísticas, y que a día de hoy se mantiene inalterable. Este afán lector, según comenta a infoLibre, es algo que mantiene a lo largo de todo el año con la misma intensidad, si bien reserva su propio espacio para la ficción en la época estival. "Me permito leer ficción escogida porque a lo largo del curso me centro más en ensayo social y político y en el relato histórico, preferentemente contemporáneo. Y en ensayos jurídicos para mantener mi formación universitaria", detalla Zarzalejos.

Releo pasajes de esa colosal epístola del emperador a su nieto adoptivo Marco Aurelio porque en ella localizo el odio y el amor, la salud y la enfermedad, el éxito y el fracaso, la vida y la muerte, la bondad y la maldad. Es una obra excepcional

Quizás es por ello por lo que le resulta relativamente complicado escoger un libro cuya lectura le haya marcado en esta época más vacacional. Algo que también se debe a que no es mitómano en la literatura al haber leído a lo largo de los años muchos títulos de los que ha aprendido y disfrutado. No obstante, ya que le animamos a escoger uno, saca de su librería Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, en traducción de Julio Cortázar. "Releo pasajes de esa colosal epístola del emperador a su nieto adoptivo Marco Aurelio porque en ella localizo el odio y el amor, la salud y la enfermedad, el éxito y el fracaso, la vida y la muerte, la bondad y la maldad. Es una obra excepcional", destaca.

Es este un libro que compró en Bilbao en 1984 cuando tenía treinta años, y que aún conserva y le acompaña, hasta el punto de hojearlo de vez en cuando. Recuerda que lo leyó rápidamente y que le descubrió a "una narradora magnífica con una elocuencia descriptiva difícil de emular". "Entendí mejor con este texto cómo ha de intentarse la prospección en lo humano y en todos los pliegues del espíritu de nuestros congéneres", explica, lamentando no haber encontrado esa fluidez en otras obras de Yourcenar, por lo que califica Memorias de Adriano, publicada originalmente en 1951, como la "cumbre narrativa" de la autora nacida en Bruselas.

Espoleado por sus propios recuerdos, apunta Zarzalejos que esa pasión que le despertó la novela de Yourcenar también le apareció en la época estival con la reciente Perspectivas, del francés Laurent Binet. "Se trata de un sofisticado y original thriller en la Florencia de 1557, en el que intervienen personajes históricos. El texto está construido con cartas entre ellos sobre un acontecimiento misterioso. Enseña cómo era la Florencia de los Médici, la relación con el ducado de Ferrara y el Vaticano, y la pugna con los reinos de Francia y de España de aquella época", detalla el periodista vasco.

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Como no solo de lecturas pasadas se alimenta el buen lector, confiesa que este agosto, por supuesto, lo sigue dedicando a la ficción y ya tiene escogidos los siguientes títulos: "Este verano me quiero distraer con El año de la langosta, de Terry Hayes, después de que leyera hace ya años su gran novela Soy Pilgrim. En otro género, me llevo para releer la reciente edición de tres de las grandes obras de Chaves Nogales y añado, por razones obvias, su ensayo Agonía de Francia, quizá su obra, a mi juicio, más excepcional con A sangre y fuego".

A estas alturas ya ha quedado más que claro que el escritor no entiende vivir sin escribir ni sin leer. Una afición que, según resalta, le debe a su familia, "vorazmente lectora". Así, comenta que su madre era una "lectora incansable de Historia y tenía grandes conocimientos de temáticas y de autores". "Mi padre era un apasionado del ensayo y me llevó a Ortega y Unamuno. También del Derecho, por su condición de fiscal. Parte de mi biblioteca está integrada por libros de mi padre y de madre. Mi mujer y mis hijos también son lectores, pero discrepamos en las líneas de nuestros gustos, lo cual es muy lógico. Nos intercambiamos de vez en cuando libros de interés, pero no frecuentemente. Los libros empiezan a ser un problema de espacio en mi casa", relata.

Para terminar, prefiere no dar grandes consejos a todas esas personas que no encuentran en la lectura el placer que él sí ha tenido la fortuna de hallar. "Diría a los que no leen libros que prueben a hacerlo con textos que se ajusten a sus intereses y que decidan luego si les ha compensado hacerlo", plantea con toda la humildad, para luego terminar, siguiendo en su línea constructiva, enumerando los beneficios que él siente en primera persona: "Leer es una ventana a la realidad, un esfuerzo para entender qué está pasando, pero también un sosiego intelectual que te construye".

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