La batalla ideológica
Cuando Putin invadió Ucrania hace tres años, la UE tardó en reaccionar. El ejército ruso llevaba días en la frontera (100.000 hombres) preparando la entrada en territorio ucranio. Como siempre, la UE jugando la baza de que “al final se impondrá el sentido común”. Hoy ocurre exactamente igual con el combate ideológico que Trump ha impuesto en tres semanas de manera abrupta. La lógica de los tiempos, la diplomacia, las formas, la negociación… no existen en la “nueva” administración estadounidense (lo siento, pero hoy más que nunca, me niego a seguir el juego de llamarle América). Pero no sólo en el exterior a sus fronteras sino también (o mejor en primer lugar) en el interior, donde está desmantelando todos los servicios federales y las estructuras político/administrativas que sostenían los equilibrios de poder internos. Todo ello sin ningún complejo, sin ningún tipo de ocultamiento, a cara descubierta (perfectamente lanzada al mundo con el inequívoco saludo nazi de Musk).
Este es el combate ideológico al que nos enfrentamos desde el 20 de enero con el que hasta hace un mes era el “socio fiable” frente a la amenaza rusa y el delicado equilibrio que cuesta mantener con China. Todo eso se acabó y la UE está sin fuerza para responder a los miserables y prepotentes ataques en la era Trump/Musk. Resulta bastante desmoralizador y desalentador escuchar a los “dogos” trumpistas (Vance, Rubio, Hegseth……) invitados a dialogar en los foros europeos, recibiendo como respuestas el insulto, el agravio, la ofensa y los líderes europeos mirando para otro lado o buscando palabras para no “herir” al que te insulta en tu casa.
No hay posibilidad de diálogo democrático con quienes han decidido acabar con las libertades, ondeando la “bandera” de la libertad
No hay posibilidad de diálogo democrático con quienes han decidido acabar con las libertades, ondeando la “bandera” de la libertad. Con quienes han decidido acabar con los derechos conquistados (LGTBIQ+, igualdad de género, derechos civiles, conquistas laborales…). En la ciudad alemana de München, se pusieron las cartas sobre la mesa, en la Conferencia de Seguridad, el capo estadounidense lo dejó todo muy claro: la paz en Ucrania es una cuestión de Trump y Putin. Ni los ucranianos tienen nada que hacer y, menos aún, la UE. La letra pequeña del acuerdo se acordará en Arabia Saudí y el claro vencedor (después de tres años de guerra) será Putin, el 20% del territorio ucranio será suyo, Ucrania no entrará en la OTAN y “permiso” para invadir los países bálticos… y lo que haga falta (ni él mismo se lo esperaba)
Las extremas derechas europeas avanzan sin freno. De nada han servido los cordones sanitarios… todos con el corazón encogido, a ver qué pasa el domingo en Alemania (personalmente me temo lo peor). Antes del 20 de enero sólo estábamos preocupados por el indecente apoyo de Putin a las extremas derechas y su odio a la UE: “Son un nido de ratas, de corrupción, de inmoralidad…”, pero con la vuelta de Trump a la Casa Blanca, la “batalla ideológica” contra el modelo social europeo deja a sus ciudadanos inermes porque Europa y el resto del mundo se enfrentan a una nueva época, sin parangón desde el final de la II Guerra Mundial.
La reunión convocada de manera urgente por Macron en París (después de München), con Gran Bretaña como actor indispensable, sólo ha demostrado, una vez más, la debilidad de la UE. Sin ningún acuerdo claro, sólo ha confirmado la navegación sin rumbo de Bruselas… Confieso que estoy acojonado.
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Marcelo Noboa Fiallo es socio de infoLibre.