Hace unos días recibí una llamada internacional (así me lo advertía la pantalla de mi móvil antes de contestar). La llamada tenía prefijo de Inglaterra, como tengo familia allí, contesté. Al otro lado apareció una voz envolvente quien, en síntesis, me comunicaba que yo era de las pocas personas que estaba perdiendo dinero. Que el futuro ya era presente y para eso habían llegado las criptomonedas… No le dejé terminar y le despedí con cajas destempladas.
Llevo tiempo cabreado, sin saber que hacer para impedir el acoso telefónico al que me veo sujeto todos los días con las distintas empresas de telefonía móvil, energía, bancos…criptomonedas. Mi hija me recomendó la “lista Robinson”, pero al parecer, en mi caso no funciona o yo no he sido capaz de resolverlo.
Mucha gente ha caído por este método u otros, en el “negocio” de las criptomonedas y las noticias sobre este mundo virtual se suceden todos los días. Hay un debate abierto sobre el tema con defensores y detractores de la moneda que, al parecer y de momento, ha venido para quedarse. En cualquier caso, todos somos libres de aceptar o no las ofertas, gangas, oportunidades de enriquecimiento rápido, que diariamente se nos hace. Somos libres de caer en las estafas piramidales que una parte del negocio criptomonédicos ha desarrollado, etc, etc…
Si gano o pierdo soy yo quien respondo de mis decisiones y, en el peor de los casos, puedo afectar a mi familia o amigos. Hace unos días, un ciudadano de Madrid, consideraba que invertir en criptomonedas había sido la mejor decisión de su vida. Había invertido 80.000 euros y doblado la ganancia en un año. Estos días observa con perplejidad que le quedan cuatro euros. Como él, millones de ciudadanos de todo el mundo observan como sus pequeños ahorros se han esfumado.
Pero jamás se me ocurrió pensar que decisiones de este calado las pudiera tomar quien rige los destinos de una nación, como si de su patrimonio privado se tratase. Un jefe de Estado que tiene en sus manos “el pan de sus ciudadanos” y que, de alguna manera, se le elige para la mejor distribución de la riqueza de la nación se lo ocurre la “brillante” idea de invertir el dinero de los contribuyentes en criptomonedas y convertir a su país en el primero del mundo donde los bitcoins serán su moneda de curso legal y oficial. Ese mandatario es el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. El Salvador se convirtió el 7 de septiembre de 2021 en el primer país en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal. Ocho meses más tarde, se encuentra en la quiebra y al borde del impago de su deuda, como consecuencia de querer solucionar los problemas estructurales del país a través de la especulación. Quizás resultaba menos comprometido y más sencillo echarse en los brazos de la especulación, de la “lotería” que tienen componentes de fe, que emprender políticas progresistas que terminen con las insultantes diferencias económicas del país. Según Oxfam y la FUDECEN (Fundación para el desarrollo de Centroamérica) “Las 110 personas más ricas de El Salvador tienen una fortuna de 8,900 millones de dólares (superior el presupuesto general de la nación para 2021, que fue de 7,423 millones), mientras 2.1 millones de personas viven con carencias como falta de agua potable, inseguridad alimentaria o rezago educativo”. Entre 2015 y 2020, el número de personas ultra ricas en El Salvador, es decir, con un patrimonio neto superior a los 5 millones de dólares aumentó de 100 a 110.
Tamaño despropósito, es propio de personalidades “iluminadas”, incapaces de medir el riesgo y las consecuencias para sus ciudadanos. Bukele presentó hace días las imágenes y maquetas de lo que será “Bitcóin City”. Una delirante ciudad del futuro que albergara de facto, un paraíso fiscal para las criptomonedas, “En este territorio no se aplicaran la mayoría de los impuestos convencionales, no tendremos impuesto sobre la renta, ni sobre las ganancias, cero impuestos sobre la propiedad, ni impuestos sobre contrataciones, cero impuestos municipales”…!! Y el tío, procede del FMLN!! (Frente Farabundo Martín de Liberación Nacional). “Mientras el mundo se hunde en la tiranía, nosotros traemos la libertad” (Bukele) Es curioso observar como se mimetizan los discursos. Los ultraliberales llevan años asociando la palabra libertad con bajada de impuestos (Trump/Ayuso en Madrid), Bekele, al parecer, se apunta al discurso.
La pregunta es ¿qué es lo que sucede en la cabeza de algunos políticos de izquierdas al llegar al poder? Bukele, realizó una brillante gestión en los dos municipios en los que fue elegido alcalde (Nuevo Cuscatlán y San Salvador) con políticas locales que ayudaron a reducir la brecha social entre los de mayor renta y las clases populares. Se convirtió en uno de los referentes de la izquierda en Centro américa. Hoy, su país está en quiebra. Los precios de la deuda soberana de El Salvador se hundieron hace pocos días a mínimos históricos, sólo superado por la deuda de Ucrania desde la invasión de Putin, gracias a la “brillante” idea de convertir al país a la fe de las criptomonedas.
Marcelo Noboa Fiallo es socio de infoLibre
Hace unos días recibí una llamada internacional (así me lo advertía la pantalla de mi móvil antes de contestar). La llamada tenía prefijo de Inglaterra, como tengo familia allí, contesté. Al otro lado apareció una voz envolvente quien, en síntesis, me comunicaba que yo era de las pocas personas que estaba perdiendo dinero. Que el futuro ya era presente y para eso habían llegado las criptomonedas… No le dejé terminar y le despedí con cajas destempladas.