“Fuera, están los campamentos de los parados, gente engañada por una megafonía que les asegura que viven en el mejor mundo de los posibles”.
José Luis Cuerda, director de cine y de la película '9.177, mil años arriba, mil años abajo, que tampoco hay que pillarse los dedos'
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Resulta que el que fue alcalde de Sayalonga, un pueblecito de unos 1.628 habitantes, en la Axarquía malagueña, famoso por sus nísperos y por su empinado enclave, ha sido condenado a pagar 2.100 euros por prevaricación, tras haberse saltado a la torera, hace 21 años, los informes técnicos del Ayuntamiento que presidía, contrarios a los deseos del citado edil mayor, tras haber decidido construirse, donde no podía ni debía, un casoplón de 380 metros cuadrados, aunque resulte que haya prescrito el tal delito, como para que la sentencia haya quedado pírrica y ¿raquítica?, e ¿injusta?, como para que, al cabo, le haya salido al tal tipo, al edil máximo de hace 21 años, la falta real a 5 euros el metro cuadrado. Un chollo y una infracción que nos azota a todos en nuestra supuesta integridad muy honorable, per se.
Como para que luego resulte sangrante las risas que nos provocan las declaraciones de Granados y Marjariza, por ejemplo. O como cuando ya empezamos ¿a olvidarnos de Urdangarín?, por ejemplo, también.
Españolismo:
Extremadura es una autonomía muy patriótica, muy ideal, humilde, fiel, responsable y buena vasalla, excelente ciudadana, muy cívica y resistente, paradigma de los sentimientos españolistas más arraigados. Sin duda, aunque paralelamente resulte que sus servicios ferroviarios funcionen como poco, como el “culo”, valga la grosería. Y así se desprende y se conoce que el tiempo de ir de Madrid a Badajoz, 400 kilómetros de alejamiento, en tren ronda las seis horas, mientras que en coche no llegarían a las tres horas y cuarenta y cinco minutos. Ni hablar, por ejemplo y también, de la comunicación directa de Madrid, Badajoz, Lisboa.
En otro orden se ha sabido, según datos oficiales, que el año pasado murieron 500 trabajadores en accidentes laborales, amén de miles que quedaron heridos, lesionados, mutilados … sin poder soportar y superar tal horror, desde el punto de que la inmensa mayoría, supervivientes o familiares, han de luchar por reconocer que “la responsabilidad” no era, casi en exclusiva, de las víctimas.
Es curioso que ningún empresario ha sido condenado como responsable de ninguno de los accidentes laborales del año pasado. En aras de un españolismo que tal vez no se merezca tanta entrega y devoción.
¿Machismo o feminismo?:
Hace 20 años, un salvaje, un hombre, un marido, un culpable con todos los agravantes, tras haber ocasionado, día a día, toda una vida de horror, de maldad, de maltrato y tortura, con un comportamiento inhumano y maligno, no pudo superar que su víctima, su mujer, “hablara” y denunciara ante Canal Sur la vida de horror, humillación y dolor que le hacía padecer su marido, del que se había separado y que terminó por quemar viva a su exmujer, Ana Orantes. La venganza de un infame se produjo y ¿despertó todas las alarmas?
¿Se imaginan que en nuestras poblaciones todas las principales plazas llevasen el nombre de la valiente, de la víctima, de la asesinada Ana Orantes?
Simultáneamente, en Pamplona se ha celebrado un juicio por una agresión machista, dicen que presunta; una violación múltiple, una humillación salvaje, insisten que presunta, produce inquietud en parte de la población española.
Cuando se pretende “acercar” el comportamiento de la víctima, de la mujer… a esas agresiones recibidas y que, desgraciadamente, se repiten a diario, la realidad es tremenda: desde “el beso indeseado que era una broma” hasta “el asesinato de una hija de dos años por venganza contra la mujer que quiere separarse”; desde “la agonía cotidiana y doméstica de miles y miles de mujeres”, hasta el espanto de unos datos que se atragantan cuando lo sabemos, cuando nos dicen que “uno de cada cuatro jóvenes acepta que el maltrato en las relaciones de pareja sea normal”.
Queda mucho antes de ofrecer firmeza y fe en la igualdad, en el respeto incuestionable, inaplazable, denunciable.
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Antonio García Gómez es socio de infoLibre
“Fuera, están los campamentos de los parados, gente engañada por una megafonía que les asegura que viven en el mejor mundo de los posibles”.