Por desgracia, a España los sucesivos gobiernos la convirtieron en un país de servicios, dado que la industria fue vendida, siendo escasa o solo montaje, cuando no externalizada (sobre todo la textil). Por otro lado, la agricultura poco a poco va desapareciendo, los grandes latifundistas han convertido sus millones de metros cuadrados en cotos para turismo cinegético a nivel mundial, el mataelefantes y su ralea son grandes aficionados a esa práctica. Practica que está siendo autorizada en algunas autonomías (le llaman deporte al aire libre), pero realmente está al alcance de unos pocos, los de a pie no son los importantes, para ellos los importantes son los que vienen en vehículo de lujo o en jet.
El Gobierno sabe perfectamente que el turismo es la mal llamada «industria nacional», siendo la hostelería la que lo está pasando mal por la pandemia, y ciertos partidos utilizan a los pequeños propietarios autónomos de bares y a los de pequeños restaurantes como punta de lanza contra el Gobierno; incluso la IDA en la Comunidad de Madrid se plantea vacunar a los camareros, pocas luces ha demostrado, pero esta es esperpéntica, los bares no contaminan, son los parroquianos que se reúnen alrededor de una mesa un metro cuadrado (medida que no respeta distancia de seguridad recomendada, reunión entre amigos habitualmente, no entre convivientes, ahí radica el problema) y ciertos partidos los utilizan como pantalla de humo por ser el colectivo más vulnerable de la hostelería saliendo a la calle. Sin embargo, lo que realmente está defendiendo estos partidos es a los grandes hoteleros, a los pequeños hay que ayudarles al ser entre 2 y 5 empleados como máximo.
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Pero los grandes trust hoteleros, que han ganado dinero a espuertas, en estos momentos no hacen caja, ponen a sus empleados en Ertes, incluso se han dado caso de fraudes. Si las grandes compañías de hoteles desean trabajar, que vacunen por su cuenta a todos sus empleados y, los clientes que estén debidamente documentado con las pruebas PCR, esa sería una solución para esa hostelería, no el saltarse las fases de vacunación marcadas por el Estado. De este modo se evitaría la aparición de muchos asaltasvacunas, como ha ocurrido en la Administración, Ejército, ayuntamientos, Comunidades y alta jerarquía eclesial.
Otra solución sería plantear en el Congreso la reducción del salario a los más altos cargos de la Administración, sea presidente, ministros, senadores, diputados, jerarquías del Ejército, secretarios y subsecretarios de la Administración, alcaldes y presidentes de las diferentes comunidades autónomas (muchos de ellos cobran más que el presidente de Gobierno); una medida realmente de calado para la población reduciendo gastos para revertirlo en su apoyo, tal como ha realizado Sebastián Piñera, presidente de Chile.
José Centén Martín es socio de infoLibre
Por desgracia, a España los sucesivos gobiernos la convirtieron en un país de servicios, dado que la industria fue vendida, siendo escasa o solo montaje, cuando no externalizada (sobre todo la textil). Por otro lado, la agricultura poco a poco va desapareciendo, los grandes latifundistas han convertido sus millones de metros cuadrados en cotos para turismo cinegético a nivel mundial, el mataelefantes y su ralea son grandes aficionados a esa práctica. Practica que está siendo autorizada en algunas autonomías (le llaman deporte al aire libre), pero realmente está al alcance de unos pocos, los de a pie no son los importantes, para ellos los importantes son los que vienen en vehículo de lujo o en jet.