Librepensadores
Tener criterio propio
Mientras PP y Ciudadanos no acaban de asumir la situación en la que se encuentran —la pérdida del Gobierno y el cambio de liderazgo, unos; la pérdida de expectativas de voto, los otros; la entrada en escena por la derecha de otro partido, Vox, que puede pescar en su mismo nicho electoral, ambos— y mientras tanto el embrollado desafío secesionista en Cataluña como el ruido a cuenta de los presupuestos para el año próximo y de las peripecias —personales, económicas y académicas— de Sánchez y su gobierno de ministras y ministros, se cuela una buena noticia: el Congreso de los Diputados —y Diputadas— ha aprobado por unanimidad una proposición no de ley para que la Filosofía, malparada en la ley Wert, vuelva a ser común y obligatoria en 4º de ESO —como Ética— y 2º de bachillerato.
Es una buena noticia por dos razones: por la unanimidad en la votación —rara avis en estos tiempos de incertidumbres y codazos electorales— y por el beneficio en la formación del alumnado.
Sin duda, todas las materias son importantes y todas contribuyen a la formación personal y académica de nuestros estudiantes y de su espíritu crítico —el pleno desarrollo de la personalidad humana, como dice la Constitución—, pero de entre todas solo la Filosofía tiene como objeto específico contribuir en la construcción de un criterio propio, eso es el espíritu crítico.
Y es que lo más importante que van a aprender a través de la Filosofía no es quién tiene razón, qué filósofo, qué escuela, sino qué razones tienen para fundamentar lo que proponen, su rigor lógico, su capacidad para detectar y problematizar lo que se asume porque no parece problemático.
Cuando el acceso a la información indiscriminada está a la mano de todos en cualquier momento a golpe de un clic y las noticias falsas —las fake news— la contaminan, parece más que necesario que quienes se están educando sepan construir su propio criterio racional y emocional para entender adecuadamente el mundo que viven. Estamos académicamente de enhorabuena.
Jesús Pichel Martín es socio de infoLibre