Antes o después, esa es la cuestión

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Antoni Cisteró

La desaparición del gran historiador Santos Juliá me induce a pensar que también en su dominio se produce el llamado “efecto mariposa”, ya que fue a raíz de una cita suya que decidí escribir Confluyendo-¿De qué hablamos cuando hablamos de confluencia (1). Refiriéndose a la gestación del Frente Popular en 1936, decía (2): “Sin perjuicio de dejar a salvo los postulados de sus doctrinas, han llegado a un plan político común que sirva de fundamento a la coalición de sus respectivas fuerzas en la inmediata contienda electoral y de norma de gobierno en caso de victoria”.

Me impresionó como espero haga con el lector: ¡Lo habían decidido antes, no después de las elecciones! Quizá sea este el punto crítico que nos ha llevado a la patética relación entre partidos, incluso los a priori relativamente afines: el discurso destructivo, el y-tu-más constante; sin aportar soluciones, basando la estrategia electoral en el descrédito del oponente y no en la validez de los propios planteamientos.

Después de tanta denigración no es raro que, una vez repartidos los escaños, sea tan difícil alcanzar un acuerdo, con el recuerdo aún fresco de los agravios, a menudo infundados, lanzados a las fauces de una audiencia sedienta de sangre más que hambrienta de pan.

Las propuestas, esos programas electorales en progresivo descrédito, deberían venir de la base ideológica de los miembros de cada partido, no del albur de una encuesta o una opinión mediatizada. Ahí podría haber acuerdo (pienso en las izquierdas, aunque también sería aplicable a las derechas civilizadas). Fue lo que intenté reflejar en mi libro, inspirado en las palabras de Santos Juliá.

¿En qué coinciden hoy en día PSOE y Podemos (y también, incluso, otros partidos más pequeños y testimoniales, pero que podrían sumarse al proyecto)? ¿En una educación gratuita, laica e inclusiva? Pues firmen un acuerdo, previo a las elecciones, en el que se comprometan a dar los pasos necesarios en las Cortes, una vez iniciada la legislatura. Lo mismo en vivienda, en sanidad, etc., etc. Muéstrense, si acaso, las discrepancias, como también se hizo en el Frente Popular del 36: “No aceptan los partidos republicanos las medidas de nacionalización de la banca propuesta por los partidos obreros; conocen, sin embargo, que nuestro sistema bancario requiere de ciertos perfeccionamientos” (3). Ello implicaba (Punto VI) entre otras medidas: “Revisar a fondo la tributación directa, reorganizándola sobre bases progresivas”, o “Respecto a la Hacienda, se comprometen a llevar a cabo una reforma fiscal dirigida a la mayor flexibilidad de los tributos y a la más equitativa distribución de las cargas públicas, sin acudir al crédito público para finalidades de consumo”.

¿Puede un partido lanzar basura sobre un compañero, durante un viaje acordado previamente? En el 36 quedaron en lo que tenían en común, limitando sus discrepancias posteriores solo a los matices de desacuerdo. Así no eran posibles las decepcionantes estrategias de desgaste, acoso y derribo actuales. Y el fruto fue, de nuevo en palabras de Santos Juliá (¡en su página 1!): “Inmediatamente volvió a encenderse, en aquella mitad de España que se sintió derrotada en las elecciones de 1933, la esperanza de un nuevo triunfo, inspirada no tanto por lo que el pacto decía, sino por el simple hecho de decirlo, por la escueta razón de su existencia”.

Ya es tarde, los polvos del roce actual traerán, como trajeron en las elecciones de abril, los lodos del desencanto, del alejamiento de la ciudadanía de unos partidos a los que se les ha enquistado su cara de perro. No habrá, ni antes ni después, esa esperanza inspirada en la constatación de que las luchas, las estrategias, están basadas en unos principios sólidos y no en el mercadeo de votos. ¿Se atreverá alguien a romper el maleficio?

No será fácil, pero me permito una nueva cita por si la mariposa sigue aleteando: “Ex temeritate spes” (En la temeridad hay esperanza) (Tácito: Historias. 3,26,5)

(1) CISTERÓ, Antoni. Ed. Llibres a mida. Mataró, 2015. Prólogo de Luis García Montero y Baltasar Garzón.

(2) JULIÁ, Santos. Los orígenes del Frente Popular en España (1934-36). S. XXI. Madrid, 1979. Pág. 216.

(3) Texto completo aquí.

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Antoni Cisteró es socio de infoLibre.

La desaparición del gran historiador Santos Juliá me induce a pensar que también en su dominio se produce el llamado “efecto mariposa”, ya que fue a raíz de una cita suya que decidí escribir Confluyendo-¿De qué hablamos cuando hablamos de confluencia (1). Refiriéndose a la gestación del Frente Popular en 1936, decía (2): “Sin perjuicio de dejar a salvo los postulados de sus doctrinas, han llegado a un plan político común que sirva de fundamento a la coalición de sus respectivas fuerzas en la inmediata contienda electoral y de norma de gobierno en caso de victoria”.

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