Hay quien escribe como un viejo barman refinado y elegante. Otros prefieren emborracharse con Corto Maltés o los Stones. Es lo que hay, y no tiene mayor relevancia.
El tintineo del hielo en el interior del vaso hizo que me quedara ensimismado con la barra vertical que antecede cada letra en la pantalla del ordenador, en su parpadeo, hasta que, pasados unos segundos, treinta acerté a contar, dejó de parpadear y se quedó fija. "Hostia", pensé; es el tiempo que concede de vida a cada idea. Treinta jodidos segundos intermitentes para encontrar párrafos ilustrativos de un planeta que agoniza en la UCI. Arduo y jodido trabajo el que me proponía el maldito cursor.
The fuking world está a escasos centímetros de colapsar. Esta, obviamente, no es la noticia, como tampoco lo son el titular y la “intro”. Las que siguen sí lo son.
Cada cuatro segundos muere una persona de hambre en el planeta. Un total de 735 millones de humanos padecen hambre en el mundo (SOFI). Cada dos horas hay una denuncia de violación en este país. 56 mujeres fueron asesinadas en 2023. Cada diez minutos un niño o una niña son asesinados por Israel en Gaza. Cuando ya se daba por erradicado el virus de la polio, reaparece en las aguas residuales de ciudades europeas. Este es el tiempo de vida, muerte y violencia que la barra vertical que precede a cada palabra marca sin compasión alguna, hacia una deriva feroz, implacable y carente de ética. Absurda.
Puede, tal vez me entretuve entre la barra espaciadora y el color a cobre mezclado con el hielo. No hay noticias tras los titulares, tan solo augurios “xungos” de lo que acecha. Mientras, un hombre es detenido en Cartagena tras confesar en comisaría haber matado a su mujer.
Fucking world.
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Pako Martí es socio de infoLibre.
Hay quien escribe como un viejo barman refinado y elegante. Otros prefieren emborracharse con Corto Maltés o los Stones. Es lo que hay, y no tiene mayor relevancia.