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Un mensaje en gallego

César Moya Villasante

No es fácil analizar el mensaje que nace de Galicia y no sabemos dónde muere. Y no es fácil cuando la izquierda resucitó hace años de entre sus cenizas con una unión casi estable y haciendo política de izquierda moderada. Con ello se ha hecho un buen trabajo a nivel nacional tratando de mejorar la vida de muchas personas, aunque para ello ha habido que saltarse demasiadas vallas que le ponía una oposición que ahora se premia por haberse opuesto a la amnistía, al parecer, porque su única arma es España. Una España que en Galicia expone también una parte de nacionalismo pero que en el fondo sigue votando al partido más corrupto de Europa, dicho por personas eminentes como incluso algún juez importante, pero parece que eso está amortizado para sus votantes.

Si la amnistía es el final de la izquierda, por el extremo opuesto nos amenaza una derecha ultra con los Milei, los Trump y Cia. Es para no ser muy optimista en un mundo futuro, o quizá ya presente, en manos de los fondos buitre a los que el ser humano le importan nada y solo les pide beneficio de su propia productividad. Quizá lo de Galicia es un espejismo, pero viendo cómo va el  mundo se ve que una política honesta y favorecedora de muchos que también votan no resulta atrayente. Es algo que el PSOE, como principal figura de una izquierda moderada, que algunos definimos como la derecha simpática, debe plantearse para su futuro, aunque yo creo que debe seguir en una política seria, sin estridencias y sin caer en ese enfrentamiento que tan buenos resultados da a la derecha con la crispación. Porque también hay que saber que Galicia tiene su particular modo de vida y todos sabemos que los gallegos no sabemos si suben o bajan. Y puede que nos quieran confundir cuando creen que es mejor lo malo conocido...

Quizá lo de Galicia es un espejismo, pero viendo cómo va el mundo se ve que una política honesta y favorecedora de muchos que también votan no resulta atrayente

Pero ante esta situación previa a todo, habrá que plantearse cómo es ese mundo escorado a la derecha más ultra que abandona a más de media humanidad por mor de patrias y disculpas poco reales. El problema es que ser de izquierdas y sentir que todos tenemos los mismos derechos, para ese nuevo mundo, suena a muy antiguo o pasado de moda, porque está claro que si su fuerza es la de los votos nacidos de unos medios que les jalean y una judicatura que les da la razón, nos encontramos con que un personaje como Ayuso puede tener porvenir mientras personas serias y formadas se sientan ninguneadas. Ante esta situación a mí me gustaría que existiera un debate entre personas serias, anímate Jesús, para charlar sin estridencias sobre lo que se puede hacer con un mundo en donde la división será entre fondos buitre y el silencio de aquellos que durante tanto tiempo han vivido de ese silencio. Y en ese debate se debería ver qué hacen los jóvenes con ese mundo tan desigual. Quizá sea una idea algo pesimista en el tiempo actual, pero parece que avanza muy rápido.

Quizá el voto de Galicia no sea tan verdad como para definir ese nuevo mundo pero…. ¿Y si fuera así?

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César Moya Villasante es socio de infoLibre.

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