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La mentira como estrategia política

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Rafael Sánchez Sánchez

La expresión “la mentira como estrategia política” tiene dos acepciones: mentir para ocultar un problema o para negar una realidad que perjudica a un partido político concreto o al gobierno de turno, pero también acusar de mentir -haya motivo o no, sea verdad que se miente o no- al gobierno y al partido o partidos que lo sustentan. De las dos posibilidades me preocupa especialmente esta última, por ser la que practican el PP y otros partidos de la derecha desde hace tiempo como estrategia política para desgastar al Gobierno de Pedro Sánchez.

Lo curioso es que la mentira, la gran mentira, que quizá es el origen de esta estrategia política, es la famosa frase, “los españoles se merecen un gobierno que no les mienta”, que acuñó en su día Alfredo Pérez Rubalcaba cuando el gobierno de Aznar lanzó la gran mentira de responsabilizar a ETA de los atentados del 11M, a pesar de que la Policía tenía pruebas irrefutables de que la autoría de este terrible atentado era del terrorismo islámico. En ese momento, en vísperas de las elecciones generales de 2004, Pedro Arriola, prestigioso fontanero y superasesor del PP, le dijo a Aznar: si el atentado es obra de ETA barremos en las elecciones, si es Al Qaeda dalo todo por perdido, y así fue. El gobierno de Aznar, y en concreto Ángel Acebes, entonces ministro del Interior, persistió en la versión sobre la autoría de ETA en sucesivas comparecencias para informar sobre la investigación del atentado. Todavía más, el propio Aznar llamó personalmente a los directores de los principales periódicos para confirmarles que había sido ETA la autora de los atentados. Jesús Ceberio, director de El País, manifestó su extrañeza por la llamada de Aznar, dijo que, en todos sus años como director del periódico nunca había recibido una llamada personal del presidente del gobierno.

Pues bien, partiendo de ese momento en el que un gobierno del PP mintió realmente a todos los españoles en un tema tan grave como el terrorismo, el PP y los partidos en general, pero en especial los partidos de la oposición cuando gobierna el PSOE, utilizan de forma contumaz el recurso de acusar al gobierno de mentir, haya motivos o no para lanzar esta acusación. Hagamos un recorrido por los numerosos ejemplos de esta práctica política, de esta estrategia cuyo único objetivo es desprestigiar y desgastar al gobierno del PSOE y en especial a su presidente, Pedro Sánchez. Es preciso también incluir como escenario o evento político en el que se acentúa esta estrategia, los debates electorales.

Pablo Casado

El 21 de julio de 2018, Pablo Casado se convertía en el presidente del PP tras ganar unas elecciones primarias, que se convocaban por primera vez en la historia del PP. Un mes antes Pedro Sánchez ganaba la moción de censura contra Mariano Rajoy y accedía a la presidencia del gobierno. Casado como líder de la oposición podría haber optado desde el primer momento por ejercer este papel con moderación y con visión de Estado, pero prefirió seguir una línea de enfrentamiento con el gobierno presidido por Pedro Sánchez en el que no faltaron los insultos y los ataques directos al líder socialista. El momento que marcó el punto álgido de estos insultos fue en febrero de 2019, tras aceptar el gobierno la presencia de un “relator”, como figura neutral, en las negociaciones con el gobierno catalán. Esta situación provocó un auténtico terremoto en los tres partidos de la derecha y llevó a Pablo Casado a dedicar a Pedro Sánchez nada menos que 21 descalificaciones entre las que figuraban: traidor, felón, incapaz …y “mentiroso compulsivo”. Fue quizá esta la primera oportunidad en la que Casado llamó mentiroso a Pedro Sánchez, pero desde entonces son innumerables las ocasiones en las que el líder del PP ha recurrido a este insulto como estrategia para desgastar al líder socialista. Los plenos del Congreso para debatir, y aprobar en su caso, las prórrogas del Estado de alarma, para combatir la pandemia del covid-19, han sido el escenario en el que el presidente del PP se ha explayado acusando a Pedro Sánchez de mentir, especialmente con el número de muertos que ha causado este terrible drama sanitario.

El objetivo de Pablo Casado con esta estrategia de la mentira es desgastar y desprestigiar al presidente del Gobierno ante la opinión pública. Es importante detenernos a pensar que el simple insulto repetido en tantas ocasiones y con la consiguiente repercusión mediática tiene su efecto en los ciudadanos y provocan un deterioro de la imagen del líder socialista. Da igual si miente o no o sobre todo la importancia del tema en el que se le acuse de mentir, el perjuicio está causado, en cualquier caso. La última ocasión en la que Casado ha recurrido al calificativo de mentiroso para referirse al presidente del Gobierno han sido los fondos europeos que llegarán a España para contribuir a la recuperación económica después de la pandemia. El líder popular ha viajado hasta Bruselas para acusar allí de mentir al presidente del Gobierno en relación con los fondos europeos. Ante los medios de comunicación, tras asistir a una reunión del Partido Popular Europeo, Casado acusa a Pedro Sánchez de mentir en relación con este tema tanto en Bruselas como en Madrid.

Santiago Abascal

El líder de Vox se ha apuntado también al carro de la mentira. En sus intervenciones en el Congreso, y en concreto en los debates para prorrogar el Estado de Alarma, fueron constantes las acusaciones de mentir dirigidas al Presidente del Gobierno. Recordemos una vertida por Abascal en el pleno del Congreso del 9 de abril de 2020 en relación al número de muertos que había provocado la pandemia: “Ustedes mienten en todo últimamente y se piensan que por repetir una mentira se convierte en verdad. De pueblo sí, pero tontos no, señor Sánchez, ¿cuántos muertos estiman que no aparecen en las estadísticas?”.

El número de muertos provocados por la covid-19 ha sido pues el principal caballo de batalla desde que empezó la pandemia. A pesar de los diferentes criterios aplicados por las autoridades sanitarias y por cada comunidad autónoma para contabilizar el número de fallecidos, tanto Vox como el PP han utilizado este dato para acusar a Pedro Sánchez de mentir. El objetivo de ambos partidos no era criticar la gestión de la pandemia, que también, sino utilizar la cifra de muertos para acusar al Presidente del Gobierno de ocultar la dimensión y la gravedad de la catástrofe sanitaria provocada por la covid-19. De esta forma conseguían presentar ante la opinión pública la imagen de un político que miente y engaña a los españoles

Los indultos a los independentistas catalanes condenados en la causa del procés han proporcionado a Santiago Abascal otro motivo para de nuevo recurrir a la mentira como estrategia para atacar a Pedro Sánchez. Así ocurrió en el pleno del Congreso en el que el presidente socialista informó de las circunstancias y los motivos que han llevado al gobierno a conceder estos indultos. Después de jalear a Pablo Casado para que presente una moción de censura ofreciéndole su apoyo, si decide dar este paso, apunta con sus palabras a Pedro Sánchez para acusarle de nuevo de mentir al decir que no habrá referéndum de autodeterminación, “usted y la verdad son incompatibles desde hace tiempo. Su palabra no vale nada"

Debates electorales

Los debates electorales son una ocasión propicia para recurrir a la mentira como argumento y como estrategia para influir en los ciudadanos. Quién no recuerda los gráficos de datos enseñados a cámara por los líderes que intervienen en estos eventos de las campañas electorales. Estos gráficos y también los recortes de prensa con titulares o declaraciones que han quedado invalidadas con el devenir de los tiempos, forman parte de la utilería política utilizada habitualmente en los debates electorales. Normalmente este recurso a la mentira lo utilizan los líderes de los partidos de la oposición para atacar al candidato gubernamental. Pero en ocasiones también lo usan para desprestigiar al candidato de la misma tendencia política, ya sea de izquierdas o de derechas. Veamos algunos ejemplos.

Aunque no es el único, sin duda el líder que más ha recurrido a esta estrategia de la mentira es Albert Rivera, estrategia que en algunas ocasiones puede ser peligrosa porque se puede volver en contra. En el debate electoral del 22 de abril de 2019 Albert Rivera tuvo un sonado lapsus, dirigiéndose a Pedro Sánchez dijo: “¿Ya ha terminado usted de mentir?, pues ahora me toca a mí”. Resulta evidente que al líder naranja le traicionó el subconsciente.

En otro debate de las elecciones del 28 de abril, el que se celebró en Atresmedia, Albert Rivera protagonizó otra escena en la que mentira estuvo presente como estrategia. El motivo fue la tesis doctoral de Pedro Sánchez y el presunto plagio de este trabajo de investigación. El líder de Ciudadanos llevó un ejemplar de la tesis al debate y dirigiéndose a cámara dijo: "Españoles, juzguen ustedes si este señor miente o no miente”. En fin, los ejemplos pueden ser muchos y sugiero estar atentos a próximos debates electorales para detectar este recurso utilizado por los candidatos. Cierro este apartado con la otra posibilidad de esta estrategia que no es otra que la de directamente mentir. En esta ocasión fue el debate electoral a cinco de las elecciones del 10N celebrado en TVE y el protagonista Pablo Casado y el tema los impuestos: “Si los españoles quieren votar al Partido Socialista, tienen que coger un sobre, la papeleta de Sánchez y mil euros en metálico para meter en el sobre. Es lo que les va a costar al año la subida de impuestos pactada ya por el señor Iglesias y el señor Sánchez”. Los expertos que estudiaron esta aseveración del candidato del Partido Popular comprobaron que no había ningún dato, relativo a la política fiscal del Gobierno de Sánchez, que permitiera hacer ese cálculo de impuestos.

El argumentario del Partido Popular

He recogido en los párrafos anteriores las ocasiones en las que líderes políticos concretos han utilizado esta estrategia de acusar de mentir al contrincante político, esté este en el gobierno o no. Pero en la actividad diaria de los partidos se utiliza con inusitada frecuencia esta estrategia. Es sabido que el PP utiliza a diario los denominados argumentarios, es decir instrucciones concretas elaboradas por el área de Comunicación del partido en las que se indica a los dirigentes, portavoces etc. de toda España, lo que deben decir en los medios de comunicación. Pues bien, en estos días expresiones como el Gobierno miente o Sánchez miente a los españoles están presentes en las intervenciones de los dirigentes y portavoces del PP, que son entrevistados en los diferentes medios de comunicación.

Recurrir a esta estrategia es grave y debe ser condenada porque por desgracia el nivel de conocimiento o de formación política de un elevado número de españoles es bajo, y por tanto son susceptibles de creerse estos persistentes mensajes del PP y de que les influya por tanto en su decisión de voto. Evidentemente sería negar la realidad y no ser objetivo admitir que en mayor o menor medida todos los partidos utilizan esta estrategia, pero si permanecemos atentos a los numerosos programas de debate y de información política que tienen las televisiones comprobaremos quién destaca en utilizar de forma abusiva esta práctica. Debe decirse además que muchas veces se acusa de mentir cuando no se tiene otro argumento para atacar al gobierno o a otros partidos políticas. Por el fortalecimiento de la democracia y de las libertades sería deseable que todos los partidos renunciaran a utilizar la mentira con fines políticos.

                      Rafael Sánchez Sánchez es analista político y socio de infoLibre

La expresión “la mentira como estrategia política” tiene dos acepciones: mentir para ocultar un problema o para negar una realidad que perjudica a un partido político concreto o al gobierno de turno, pero también acusar de mentir -haya motivo o no, sea verdad que se miente o no- al gobierno y al partido o partidos que lo sustentan. De las dos posibilidades me preocupa especialmente esta última, por ser la que practican el PP y otros partidos de la derecha desde hace tiempo como estrategia política para desgastar al Gobierno de Pedro Sánchez.

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