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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Mirar hacia adelante

Ximo Estal Lizondo

Es triste ver cómo algunas de nuestras decisiones o acciones diarias, sobre todo las negativas, caen sobre nosotros como una dura losa que no podemos soportar y que, a veces, por desgracia, por nuestra irracionalidad, insensatez, cobardía, acaban provocando en nosotros respuestas de dolor, no solo para nosotros mismos sino también para los que nos rodean. Y lo peor: hasta realizar acciones de las que nunca podamos volver atrás o rectificar como es el provocar nuestra propia destrucción física o psíquica.

Las acciones voluntarias o involuntarias que nuestra mente como motor realiza, todas ellas tienen sus consecuencias. Sin embargo el ser humano, por desgracia, con un afán de "masoquismo" se regodea e incluso se flagela con aquellas que provocan situaciones negativas, situaciones de dolor, olvidando todas aquellas positivas que han hecho al ser humano más feliz y libre, que aumentan su autoestima.

Por desgracia, las acciones negativas tienen un problema: no se puede volver atrás para rectificarlas, para cambiarlas, debes vivir con ellas. Lo peor es cuando la acción es tan grave, ha ocasionado tanto dolor, que por mucho que hagas, que intentes rectificar con hechos positivos, para que este dolor se diluya, esto no sirve para nada y la acción negativa no desaparece, se esconde tal vez; pero en los momentos de flaqueza del día a día, vuelve a reflotar, con más dolor y provocando en sí misma una sensación de abandono, tristeza, depresión, incertidumbre, pesar. ¿Se puede salir de ese bucle? ¿Se puede volver atrás cuando nos equivocamos gravemente?

Por desgracia, no. Se podrá esconder, tapar e incluso si el amor es muy fuerte hasta "perdonar", pero siempre, siempre, estará ahí. Es lo lamentable. Pues el ser humano vive de sensaciones, quiere las positivas, las que producen felicidad. Sin embargo se regodea, se flagela, le da importancia en suma a aquellas que le producen dolor, frustración, falta de autoestima.

Y debe ser en esos momentos, cuando vemos que la negatividad supera a la positividad, cuando debemos recurrir a entes externos que nos ayuden a reconducir nuestros pensamientos, nuestra mente. No a olvidar, ni perdonar, sino a que la negatividad no conduzca, ni maneje nuestras vidas, superando o diluyendo la positividad. A veces, el único remedio, aunque cueste, para poder rectificar y que el problema no se convierta en nuestra destrucción personal, es empezar de nuevo, con búsqueda de nuevas sensaciones y reconducir nuestra mente a las situaciones positivas. Aunque las negativas estén ahí.

Pero las nuevas situaciones poco a poco se irán diluyendo. No hay nada para lo que no se puedan encontrar soluciones, solo hay que desearlo. El ser humano no puede volver atrás, pero sí mirar hacia adelante. _________

Ximo Estal Lizondo es socio de infoLibre

Es triste ver cómo algunas de nuestras decisiones o acciones diarias, sobre todo las negativas, caen sobre nosotros como una dura losa que no podemos soportar y que, a veces, por desgracia, por nuestra irracionalidad, insensatez, cobardía, acaban provocando en nosotros respuestas de dolor, no solo para nosotros mismos sino también para los que nos rodean. Y lo peor: hasta realizar acciones de las que nunca podamos volver atrás o rectificar como es el provocar nuestra propia destrucción física o psíquica.

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