Nada por aquí, nada por allá

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Antonio García Gómez

Ya sabía el buen Adolfo Suárez que convenía "curarnos a todos en salud" no comprometiendo al rey campechano, titular de la Monarquía, el Jefe de "aquel Reino" que estudiábamos en FEN y del que Franco era regente vigilante, y privarnos a todos, pueblo soberano a la sazón, de poder participar en un referéndum entre Monarquía y República, porque... ¿se podía perder?, ¿o ganar? Mucho riesgo, en todo caso.

Mientras, Juan Carlos "El breve" hacía su trabajo a modo, con campechanía y cercanía, porque él sabía estar a la altura de sus mentores. Por si las moscas pudiesen volverse incómodas. Mientras ahuchaba y se aliviaba el cuerpo, según mentideros poco oficiales, sin tregua, porque él lo podía, le apetecía y lo valía sin duda.

Pudo llegar con buen viento hasta anteayer, cuando la mar se encrespó y salieron los trapos sucios a modo tifón, o casi, sin que se diera eco oficial a la cosa del rey "en cueros", naturalmente del emérito –¿solo del emérito?– tras el numerito de las fotos en la catedral de Palma, entre suegra y nuera muy reales y más monárquicas que la mar, ambas sacándose los ojos –virtualmente, por supuesto– en directo y con poco gusto, por una pose protocolaria o no, con la abuela como si ella fuese a erigirse en protagonista con las "herederas" de pitiminí.

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De paso, el jefe de los espías fue corriendo a asegurar que todo había sido supervisado por los "iniciados" del mantenimiento del Estado y que todo estaba "correcto", que no había "de qué preocuparse" y que, en cualquier caso, ya se adelantaron los médicos para "aconsejar" al rey de otrora que no le convendría hacer mucho ejercicio y que se le desaconsejaba presentarse en Mallorca, ni para hacerse una foto.

Y así caminito del colorín colorado. Mientras la suegra y la nuera se hacen amiguitas en el mercado palmeño, y las niñas pasean con su abuelo y sus Majestades se dan un besito en la mejilla, y todo es tan pulcro que da vértigo, en una purísima ceremonia permanente de saber hacer las cosas como si tuviesen que pisar huevos, tan prevalentes desde su herencia privilegiada por el hecho de haber nacido en la familia más fetén.

Hasta que el personal, por la cuenta que les traiga, acepte el hecho real de las cosas. Porque preguntar, lo que es preguntar, eso no va a suceder –amén–, principalmente porque el PP, C's y PSOE ya han dicho que se lo creen todo y que "todo está muy bien"… Y que pase el tiempo, que todo lo cura, por descontado.

Ya sabía el buen Adolfo Suárez que convenía "curarnos a todos en salud" no comprometiendo al rey campechano, titular de la Monarquía, el Jefe de "aquel Reino" que estudiábamos en FEN y del que Franco era regente vigilante, y privarnos a todos, pueblo soberano a la sazón, de poder participar en un referéndum entre Monarquía y República, porque... ¿se podía perder?, ¿o ganar? Mucho riesgo, en todo caso.

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