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¿Pisos caros o salarios de miseria?

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José Ramón Berné

Llevamos ya varios años en los que el tema de la vivienda aparece y desaparece, como el Guadiana, siempre apelando al artículo 47 de la Constitución, en el que se declara que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, atribuyendo a los poderes públicos la obligación de promover las condiciones necesarias y establecer las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho; raro es el derecho que no depende de la voluntad del individuo el disfrutarlo.

Es un derecho establecido en la Constitución que fue incluido en la misma para mayor gloria de sus autores, aun a sabiendas de que no se iba a cumplir nunca. El manido artículo tendría que haber dicho: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, siempre que tengan dinero suficiente para pagarla; si no lo tienen, este derecho queda abolido hasta que lo tengan”. En definitiva, se tendrá vivienda digna y adecuada cuando se disfrute de un trabajo y de un salario digno y adecuado; cosa harto difícil en este país.

Es curioso cómo ha crecido el problema de la vivienda en España. ¿Por qué en otros países, siendo el precio de los alquileres y de la compraventa tan alto o más que en España, este asunto es menos preocupante?, ¿no será que en nuestro querido país la mayoría de los salarios, sobre todo de la gente joven, no son ni dignos, ni adecuados, haciendo así imposible el acceso a la vivienda digna y adecuada?

Según datos obtenidos del Blog de Economía y Finanzas de Bankinter, en 2023, el salario/hora medio de un español era de 18,20€, siendo el más alto el de Luxemburgo, que ascendía a 47,20€/hora, y el más bajo el de Bulgaria, con 8,2€/hora, quedando la media europea en unos 24,00€/hora. Es decir, el salario medio español está un 24% por debajo de la media de los países comunitarios y es 2,5 veces menor que el de los luxemburgueses.

El salario medio español está un 24% por debajo de la media de los países comunitarios

Parece lógico pensar que con salarios un 24% más bajos que la media europea tengamos más dificultades a la hora de alquilar/comprar una vivienda, incluso cuando los precios en España son iguales o más bajos que en otros países de nuestro entorno; por ejemplo, mientras que el precio medio del alquiler en Berlín y Madrid viene a ser el mismo, sin embargo el salario medio de un alemán es 1,7 veces mayor que el de un español. 

Debemos agradecer al empresariado español su “enorme disposición a mejorar la situación económica de sus empleados”, recordemos que los márgenes comerciales en España crecen más que en el resto de Europa y presionan los precios, por encima de EEUU o de la Eurozona, mientras que los salarios apenas crecen. Según Busines Insider, hay muchos países donde “la presión de los precios se vio influenciada por los costes laborales unitarios (unit labor costs), los impuestos (unit taxes) y los beneficios (unit profits); sin embargo, en España prácticamente toda la subida de la inflación se debió a los márgenes de las empresas”.

Hagamos un llamamiento al empresariado español, la competitividad no solo se consigue a base de estrangular los salarios; recordarles que las personas son el principal activo de una empresa y también de un Estado, y que, si están bien pagadas, podrán alquilar/comprar pisos, reformar los que pudieran tener, podrán comprar coches, electrodomésticos... en fin, contribuirán a mejorar el consumo y, en definitiva, a sostener  la economía del país.

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José Ramón Berné es socio de infoLibre.

Llevamos ya varios años en los que el tema de la vivienda aparece y desaparece, como el Guadiana, siempre apelando al artículo 47 de la Constitución, en el que se declara que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, atribuyendo a los poderes públicos la obligación de promover las condiciones necesarias y establecer las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho; raro es el derecho que no depende de la voluntad del individuo el disfrutarlo.

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