Siete mil no sé qué
"Siete mil no sé qué" no, Sra. Ayuso. Las cifras de víctimas de las residencias fueron siete mil doscientas noventa y una (7291) y esos siete, dos, nueve, uno se han convertido ya en un símbolo que representa una barbarie: el símbolo de la resistencia.
Ese número representa, además, la honestidad profesional de aquellos que creen en el derecho a una información veraz y que han cumplido con su deber de otorgarlo como infoLibre.
Ese 7291 es tan sólo la punta del iceberg porque cada víctima directa de la temeraria gestión; a cada una de esas 7291 personas mayores fallecidas, que les negaron cuidados médicos mínimos, hay que añadirle la víctima colateral familiar que conlleva cada muerte.
Hay estudios que nos aseguran que por cada suicidio hay siete víctimas colaterales afectadas por ese acto, así que por cada una de las personas fallecidas en las residencias; por razón de lugar donde se encontraban en los primeros días de la pandemia, por razón de su dependencia y discapacidad, por razón de no disponer de un seguro privado… hay un número determinado de hijas e hijos, de nietas y nietos, de hermanas y hermanos a los que se les carga psicológicamente con esa muerte que, posiblemente, se podía haber evitado. Si a ese sufrimiento le añadimos el dolor de no haber podido despedirse de sus seres queridos en vida, más el dolor posterior por no haber realizado el duelo; si además le añadimos el trato recibido por la judicatura de la puerta de atrás, o por la fiscalía que lo afina, sin ni tan siquiera investigar; si encima de todo eso valoramos el trato recibido por parte de la Comunidad de Madrid (aderezado por el tono chulesco y por las puestas en escena de su presidenta) tenemos el dolor amplificado por la desesperación, indignación, frustración, humillación y todos aquellos calificativos que algún experto en la materia pueda desarrollar ante tal "acto de terrorismo político", como calificó Paco Cardona, padre del sargento Cardona, la gestión política del accidente Yak-42 (explicado en Plaza Pública de este digital, el 26/05/2023.)
Un modus operandi clásico en la gestión de catástrofes al que ya nos tienen acostumbrados el Partido Democrático Franquista en Permanente Paradoja, léase: accidentes metro de València y Alvia en Angrois (Santiago de Compostela); atentado yihadista en Madrid el 11M. Inundaciones últimas por la dana de Sedaví, Alfafar, Benetússer, Massanassa y La Torre en la Comunidad Valènciana...
Siguiendo su doctrina de Goebbels, acusan a las víctimas de estar politizadas y a todos los demás de buscar el rédito político con el dolor de las víctimas, precisamente por aquellos que en permanente contradicción buscan el rédito político de no asumir responsabilidad alguna
Mientras tanto, siguiendo su doctrina de Goebbels, acusan a las víctimas de estar politizadas y a todos los demás de buscar el rédito político con el dolor de las víctimas, precisamente por aquellos que en permanente contradicción buscan el rédito político de no asumir responsabilidad alguna, el rédito económico familiar de la vergüenza con las mascarillas y que, además (como muestra de su incoherencia) inventaron el "que te vote Txapote" para ganar votos hurgando en la herida de las víctimas de ETA.
Mientras tanto, profesionales a los que hay que apoyar, como Manuel Rico con ¡Vergüenza! El escándalo de las Residencias, capaz de encontrar la famosa aguja en el pajar, que nos deja con su libro la evidencia libre de la verdad; como Jesús Maraña, tenaz informador capaz de reunir un equipo a la sombra dispuestos a tener 7291 motivos para seguir peleando e informando.
Informadores, divulgadores de la verdad, como el exconsejero Reyero, como Juanjo Castro (autor, director, productor del documental 7291) o como los miembros de la Comisión Ciudadana Martín Pallín, Flores Giménez, Anna Freixas, Fernando Lamata, Cristina Monge, Eduardo Ranz y M.ª Victoria Zunzunegui, expuestos todos ya a las represalias, en el punto de mira por el autor intelectual de esta forma de proceder: Don Vito Corleone, que mueve los hilos de la marioneta morena castiza, con la llave de la famosa puerta de atrás, disparando querellas por doquier.
Por tanto, gracias a todos por estar en la trinchera de la verdad en esta guerra distópica propia de Platón, Orwel y Huxley.
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Joaquín Navas Cabezas es socio de infoLibre.