Dicen que la sociedad civil lo es cuando profundiza en el estado físico y emocional que también se llama mundo humano. Acaso se alude al conjunto de organizaciones e instituciones cívicas que dirigen sus empeños a mediar entre los individuos y el Estado. Este conjunto que podríamos llamar democracia, con evidentes momentos disjuntos. Algo así querría indicarnos Jacques Delors cuando impulsaba a hacer de la gran Europa un espacio de solidaridad y cooperación.
En todas las posibles caracterizaciones encontradas para definir la sociedad civil permanece esa señal: la implicación más o menos colectiva para generar mejoras especialmente en los individuos que no disfrutan de la cuota de igualdad que les corresponde, porque falta solidaridad y cooperación. Por fortuna, en la gran Europa, algunas personas son tan “testarudas” que piensan en los demás, por eso merecen el reconocimiento/afecto que casi nunca les llega, pero no por eso dejan de situarse al lado de los nada poderosos. Será por eso que defienden la libertad de expresión, incluso para las personas que desprecian; ¿sería el caso del combate político actual manifiestamente exclusivista?
La sociedad civil debe dar voz a quienes no la tienen y ha de transmitir mensajes importantes de los olvidados a los responsables institucionales
Me atrevo a decir, no siendo nadie ni ostentando ningún poder, que, ante las incertezas y otras desigualdades que identifican el mundo actual, no podemos ser neutrales. Que la sociedad civil, en sus múltiples asociaciones que encuentran su razón de ser en despertar a la opinión pública de posibles letargos, debe dar voz a quienes no la tienen y ha de transmitir mensajes importantes de los olvidados a los responsables institucionales. Hoy, cuando parece que más democracia gobierna el mundo (sic), es más necesaria que nunca. Debe hacerse evidente para continuar aumentando adhesiones contra quienes ahora doblegan la sociedad civil por sus circunstancias.
La sociedad civil demostrará su papel en la democracia denunciando el genocidio de los palestinos, que se está eternizando; tanto que los medios de comunicación apenas comunican y nos conducen al olvido. Acaso multiplicando su actividad democrática en contra de los gobiernos de la UE que odian a los inmigrantes, frente a los partidos que si detentan el poder los echarán a todos. Qué decir de los muertos cada día en los penosos viajes que los llevan al “dorado” europeo. Y muchas cosas más.
Tanto es así que a menudo me pregunto si existe la sociedad civil o perdió escucha; si no es una, sino muchas con diferentes intereses y circunstancias.
¡Despierta, Delors! Te necesitamos.
__________
Carmelo Marcén Albero es socio de infoLibre.
Dicen que la sociedad civil lo es cuando profundiza en el estado físico y emocional que también se llama mundo humano. Acaso se alude al conjunto de organizaciones e instituciones cívicas que dirigen sus empeños a mediar entre los individuos y el Estado. Este conjunto que podríamos llamar democracia, con evidentes momentos disjuntos. Algo así querría indicarnos Jacques Delors cuando impulsaba a hacer de la gran Europa un espacio de solidaridad y cooperación.