A este paso, el Pacto Anticorrupción que va a reforzar los cimientos de la democracia en España, el pacto de regeneración política, el emblema y seña de identidad de Ciudadanos, la cura de tantos años de latrocinio, escándalo, vergüenza, indignación y todo lo que se les ocurra a ustedes, realizados por el Partido Popular, consistirá en arquear cejas.
Vista la retahíla de matices con los que se ha ido adornando la actitud de integridad regeneradora y anticorrupción con la que se presentó C's para las elecciones de 2015, hemos visto cómo a lo largo de los meses cierta formación ha pasado de exigir jugar con La Real más auténtica (sota y tres sietes; a mí me lo enseñaron así pero veo que hay variantes, todas con patas) a que no pasa nada si pasas la seña de tres reyes cuando llevas dos.
En un principio, por ejemplo, no podían concurrir imputados a las listas. Ahora, solo si son diputados o senadores nacionales y siempre y cuando no hayan metido mano en la caja o se hayan enriquecido ilícitamente. Pueden incurrir en cohecho, negociar según qué cosas con funcionarios, prevaricar (¿aceptamos Garzón como juez prevaricador, según Espe y Trillo? ¿Se le incluiría también?), chantajear sexualmente, por ejemplo, así que otro ejemplar como Baltar queda fuera de estos parámetros.
No he metido el desarrollo desde el inicio hasta ahora, y mucho menos qué puede deparar el futuro si seguimos puliendo. Lo primero porque la cantidad de esquirlas saltadas de tanto pulir da para hacer un portaaviones, y lo segundo porque me juego pollos contra pajaritos a que acaba con mirar mal a los diputados que no se arreglen los padrastros.
Esta actividad ferviente de C's me llevó, instintivamente, a querer ver Sopa de ganso. En mi sector me pasa algo curioso con Trabajo basura: para los demás, esta película es una comedia increíble, pero para mí es el pan nuestro de cada día. Bueno, pues volviendo a la película de los Marx, creo que la vería y no me reiría, sino que sentiría algo así como esa misma resignación. Creo que es ahí cuando dice Groucho esa famosa frase de "estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros". Aunque no la tuviese, no me nieguen que vivimos una época en la que Rufus T. Firefly es un candidato muy válido a gobernarnos, o cuanto menos a liderar C's. Y encima gozaría de un apoyo popular y mediático abrumador. Sin hacer señas, porque para qué va a hacerlas si las acabará reinventando.
Estos son los actores que tenían que llegar a la política nacional para regenerarla, dado que Jesús Gil ya no puede hacerlo, pues está en cierto Olimpo junto a Angel Matanzo. Esto decidieron los poderes fácticos y mediáticos y así ha ocurrido. Daría cinco céntimos por ver qué piensan los del PSOE. No lo que nos dicen, lo que nos argumentarían día a día, sino lo que se están diciendo a ellos mismos al conocer el percal de estos malos jugadores de mus con los que se presentaban a "ganar" el torneo. Le echarían la culpa a los chavales nuevos, los informales, y al ruido que hacen (Podemos), pero sus socios les estaban haciendo perder hasta con el tonto del pueblo haciendo pareja con el embrague de un Renault 4. Como sabían esto, tenían que echarle la culpa a los descorbatados. Y así estamos.
Ver más'Alea iacta est'
Y creíamos que el humor de los Marx estaba superado.
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Alejandro Hernández Oñate es socio de infoLibre
A este paso, el Pacto Anticorrupción que va a reforzar los cimientos de la democracia en España, el pacto de regeneración política, el emblema y seña de identidad de Ciudadanos, la cura de tantos años de latrocinio, escándalo, vergüenza, indignación y todo lo que se les ocurra a ustedes, realizados por el Partido Popular, consistirá en arquear cejas.