Desde que me jubilé hace un año, he recorrido la España peninsular y debo decir que, en general, los municipios de España están sucios, desconchados y despintados, amén de plagados de ratas voladoras (palomas asilvestradas). Como todas las generalizaciones, esta también es injusta, pues hay alcaldes y alcaldesas que se han preocupado por mejorar sus pueblos y ciudades. Pero lo que más me ha disgustado ha sido la enorme cantidad de edificios abandonados, en ruinas, que afean nuestro territorio y que ponen en peligro la vida y la salud de las personas.
Da la sensación de que los ediles no quieren obligar a los propietarios de los edificios a cumplir sus obligaciones legales por temor a perder votos. Lo más sangrante de todo es que existe un agravio comparativo porque la inmensa mayoría de los propietarios cumple la legislación vigente al respecto. Pero existe un porcentaje de propietarios que no cumplen porque no les da la real gana. Cuando junto a su casa hay otra que se encuentra abandonada y en ruinas, que amenaza con derrumbarse, provocando daños muy serios en la suya, además de daños personales a su familia y a terceros que transitan por la calle, usted debe denunciar el caso a las autoridades. Por interés propio, para empezar. Y no se autocalifique de chivato, porque si esa casa se cae sobre algún miembro de su familia, amigo o vecino, no se perdonará jamás haber pasado del tema.
Con la falta de vivienda que hay en este hermoso país, la situación de abandono de tantos edificios es de una injusticia tremenda. Y un despilfarro. ¿Somos tan ricos en España como para permitirnos este derroche de recursos? Desde luego, cada vez que llego a un pueblo y veo tantos edificios en ruinas o manifiestamente abandonados, se me cae el alma a los pies. A mí me duele España y la imagen degradada que exhibimos ante el turismo es lamentable. La restauración, reforma o rehabilitación de estos edificios permitiría ofrecer viviendas a un precio razonable y reducir el desempleo. El sector de la construcción, especialmente en el subsector de la rehabilitación, podría emplear a muchos trabajadores cualificados que se encuentran en paro forzoso y muchas parejas jóvenes podrían tener acceso a una vivienda digna a un coste asequible.
Por lo que dicen los expertos en construcción, el mercado actual de España se divide al 50% aproximadamente entre obra nueva y rehabilitación. Es una excelente noticia. Últimamente se habla de un nuevo concepto: arquitectura circular. Un edificio abandonado o en ruinas es basura. Si lo rehabilitamos, vuelve a ser algo útil para la sociedad. Es economía circular. Espero que los nuevos alcaldes y concejales se convenzan de que necesitamos aprovechar todos nuestros recursos para mejorar la vida de la gente. ___________________
Javier Sánchez Herrera es socio de infoLibre
Desde que me jubilé hace un año, he recorrido la España peninsular y debo decir que, en general, los municipios de España están sucios, desconchados y despintados, amén de plagados de ratas voladoras (palomas asilvestradas). Como todas las generalizaciones, esta también es injusta, pues hay alcaldes y alcaldesas que se han preocupado por mejorar sus pueblos y ciudades. Pero lo que más me ha disgustado ha sido la enorme cantidad de edificios abandonados, en ruinas, que afean nuestro territorio y que ponen en peligro la vida y la salud de las personas.