Vuelta a la España en blanco y negro

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Ximo Estal Lizondo

Por desgracia, día a día venimos observando cómo, en España, algunos partidos políticos, se empeñan con sus argumentaciones falaces, hipócritas e insensatas en regresar al pasado en vez de mirar al futuro. Esto es volver a la España en blanco y negro, en vez de disfrutar de una España en color. Está claro que lo hacen porque en esa España, dictatorial, insolidaria, carente de igualdad y donde los derechos eran y son pisoteados y sobre todo los de siempre aumentan y mantienen sus privilegios, estos partidos, los de la derecha conservadora más retrógrada, los de la ultraderecha fascista y los de la derecha “liberal” más veleta y conservadora, se sienten más seguros. En parte porque no respetan ni han respetado nunca la constitución ni han creído nunca en unas elecciones libres. Solo aceptan el resultado cuando les son favorables. Pero lo peor no es la actuación de las tres derechas y sus propulsores económicos e informativos que les alientan y aplauden. Lo peor es que la Justicia, que debería ser imparcial  día a día demuestra con sus acciones que esta imparcialidad está muy lejos y sus argumentaciones, sus decisiones son parciales, políticas para favorecer a esa derecha que, como he dicho, piensa más en una España en blanco y negro del siglo XX, y no en una España del futuro y más del siglo XXI , en el que nos encontramos.

Observar cómo se vuelve a reeditar la foto de Colón, y esta vez siguiendo, tanto el PP como Cs, el camino de Vox, con la ayuda de una asociación retrógrada que solo piensa en sus intereses y alejada de los valores democráticos (y lo que es peor, apoyada por ciertos medios y tertulianos ególatras y falaces, poniendo como excusa los indultos), es hipócrita e irracional en una España democrática; lo que se espera es buscar caminos de diálogo, de convivencia y no continuar con los odios, la crispación y las diferencias entre comunidades.

Pero para esta derecha, que prefiere la España en blanco y negro, esta manifestación solo es una excusa para exigir, crispando, nuevas elecciones y provocar odios entre Cataluña y el resto de las comunidades. Para ellos, como demostró Ayuso, piensan que Madrid es España y las demás autonomías, y más si ellos no las gobiernan, no existen o están contra la España en blanco y negro que ellos quieren preservar. Volver a la España en blanco y negro es lo que pretenden. Porque si no, ¿cómo se puede justificar que el PP, Cs y Vox aprueben volver a poner el himno en los colegios y la foto del rey en las clases? ¿Que será lo siguiente, rezar antes de empezar las clases y poner el crucifico? ¿Cómo se entiende que la Justicia, que debería ser imparcial, en pleno siglo XXI, humille a las victimas del franquismo y ponga en duda la ley de memoria histórica y considere la exaltación del fascismo, libertad de expresión?

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En ningún país democrático del siglo XXI que se crea en los valores democráticos actuaria así; es más, lo condenaría y aquellos que fomentaran el fascismo serían condenados y los partidos que se basan en estos principios ilegalizados. La derecha de esta España en blanco y negro que quieren volver a sacar es una derecha que basa sus argumentaciones en falacias, en buscar la confrontación, los odios y el no, como arma argumental, solo con un objetivo: mantener sus privilegios y con ello mantener las desigualdades y para ello no tienen ningún pudor en hablar de invasión migratoria, del falaz delito de sedición y rebelión para no aceptar los indultos, pese a que estos estén reconocidos por la constitución y ellos mismos dieran en su momento otros con menos peso legal.

Por ello, esta derecha en blanco y negro no tiene ningún remordimiento de utilizar la Justicia, los huecos legales que tienen las leyes, que deberían haber sido cambiadas hace tiempo, les permiten. No quieren llegar a acuerdos para cambiar tribunales y organismos, mientras que estos les ayuden a sus intereses económicos y judiciales. Y, lo peor, es que defienden, con falacias, y queriendo demostrar que “somos tontos e ignorantes” una España y sus valores que están anclados en blanco y negro y valores antidemocráticos. Por eso, es el momento de no mirar atrás, de ser valientes y demostrar a esta derecha, que estamos en el siglo XXI , que no es un enfrentamiento entre la izquierda y la derecha. Y es el momento de que, con argumentaciones pedagógicas valientes, demostremos que el diálogo y la convivencia es el único elemento de vivir en la España del siglo XXI y ver el futuro de una manera progresista, igualitaria y que argumentos como desigualdad y enfrentamientos están fuera de lugar. Por ello sobran las fotos de Colón y necesitamos una derecha dialogante y responsable.

                                                           Ximo Estal Lizondo es socio de infoLibre

Por desgracia, día a día venimos observando cómo, en España, algunos partidos políticos, se empeñan con sus argumentaciones falaces, hipócritas e insensatas en regresar al pasado en vez de mirar al futuro. Esto es volver a la España en blanco y negro, en vez de disfrutar de una España en color. Está claro que lo hacen porque en esa España, dictatorial, insolidaria, carente de igualdad y donde los derechos eran y son pisoteados y sobre todo los de siempre aumentan y mantienen sus privilegios, estos partidos, los de la derecha conservadora más retrógrada, los de la ultraderecha fascista y los de la derecha “liberal” más veleta y conservadora, se sienten más seguros. En parte porque no respetan ni han respetado nunca la constitución ni han creído nunca en unas elecciones libres. Solo aceptan el resultado cuando les son favorables. Pero lo peor no es la actuación de las tres derechas y sus propulsores económicos e informativos que les alientan y aplauden. Lo peor es que la Justicia, que debería ser imparcial  día a día demuestra con sus acciones que esta imparcialidad está muy lejos y sus argumentaciones, sus decisiones son parciales, políticas para favorecer a esa derecha que, como he dicho, piensa más en una España en blanco y negro del siglo XX, y no en una España del futuro y más del siglo XXI , en el que nos encontramos.

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