“Los gobiernos deben garantizar el derecho a elegir cómo moverse”: la movilidad urbana, a debate en infoLibre
"Todo está cambiando. Hoy, que ya es el futuro, las posibilidades son infinitas en cuanto a movilidad urbana". Así arrancó Daniel Basteiro, director de infoLibre, el Foro Revolución en la movilidad urbana: así nos desplazaremos en un futuro (muy cercano), que se celebró este viernes, con el patrocinio de Acciona, en la sede audiovidual del periódico, Taller de Ideas. En el encuentro, que se puede ver íntegro en nuestro canal de YouTube, participaron Adrián Muelas, asesor de la Secretaría General de Transportes y Movilidad del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana; Juan José Conde, director de desarrollo de negocio B2B de Movilidad y Silence de Acciona; Andrés Boix Palop, autor del libro Ciudad y Movilidad; José María Riaño, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas; y Eduardo Amoedo Vicente-Franqueira, portavoz de la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal.
Todos ellos trataron de dar respuesta a preguntas como cuáles son los vehículos que se emplearán más en la movilidad de las ciudades del mañana, qué papel tienen las empresas en ello y cómo debe actuar la Administración al respecto. Cuestiones, todas ellas, nada sencillas.
Para Boix Palop, lo más importante es, en primer lugar, que los poderes públicos sean capaces de garantizar el derecho de los ciudadanos a elegir cómo moverse. Conocedor del tema a raíz de la publicación, junto a Reyes Marzal, del libro Ciudad y Movilidad, introdujo una cuestión importante: "Más que poner el foco en intentar que los ciudadanos elijan cómo quieren moverse, hay que centrarse en que las Administraciones públicas garanticen que exista la posibilidad efectiva de decidir", apuntó. ¿Cómo se hace eso? "Proveyendo de las alternativas más adecuadas", respondió.
En este sentido, celebró la nueva ley estatal de movilidad, porque resitúa el foco "en esa perspectiva correcta". La nueva normativa, que inicia ahora su trámite parlamentario, como explicó Muelas, sitúa por primera vez la movilidad "como un derecho de las personas". "Se trata de una reforma estructural que va a ayudar a consolidar la manera en la que la sociedad está cambiando ya. Dará coherencia y solidez, porque impulsará también nuevas maneras de movernos", señaló.
En cualquier caso, también mostró preocupación ante las limitaciones que tiene la Administración en este sentido. "El papel de lo público y lo privado es cada vez menos impermeable. No podemos trabajar solo desde las Administraciones o desde las empresas, porque el ciudadano lo que quiere son soluciones de movilidad lo más accesibles y asequibles posibles", apuntó. Por eso es importante la libertad de elección.
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Ahora mismo, y según los datos desgranados por Riaño, lo que está eligiendo la mayoría de los ciudadanos nos lleva a una movilidad cada vez más compartida y cada vez más protagonizada por los vehículos de menor tamaño. "El sector de la automoción clásica está sufriendo ante los vehículos más ligeros, que están creciendo. Este año acabará con una subida de los mismos de alrededor del 5%, me atrevo a decir. En Europa, el parque de estos vehículos ha crecido un 40% y el mercado un 20%", detalló. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla, dijo. "Ocupan menos espacio público y ambientalmente son más eficientes", aseguró.
Pero la cuestión del espacio público es más complicada. Así lo expresó Amoedo Vicente-Franqueira, que habló de que el cambio en la movilidad tiene dos trabas fundamentales: una estructural, que tiene que ver con que las vías están tradicionalmente pensadas para los vehículos más grandes, y otra legislativa, relacionada con que las normativas son "caóticas". "El usuario no sabe cómo debe circular en cada sitio porque las normas son distintas en función de los ayuntamientos", criticó. "El usuario tiene que tener facilidades para cambiar de un vehículo a otro, nadie se va a plantear el cambio de un coche a una moto si le ponen dificultades", añadió.
Por último, Conde, que celebró la nueva normativa, pidió una mayor altura de miras y una atención grande a la Administración, que debe tener en cuenta la rapidez de la transformación de la movilidad. "Es buena la amplitud de miras de la ley, pero el legislador tiene que tener en cuenta que todo cambia demasiado rápido. Por eso creo que el legislador y las instituciones tienen que estar dispuestas a aprender y a ser flexibles. Hay nuevas realidades de movilidad todos los días", advirtió. Habrá que ver, por tanto, si la nueva normativa, una vez pasado el trámite parlamentario y en marcha, se adapta de manera adecuada a esas nuevas realidades que, como dijeron los expertos, no serán las mismas que mañana.
