La Mostra de Venecia enfila su gran canal hacia el palmarés, añadiendo este martes tres títulos inclasificables, entre el realismo y la imaginación más desbordada, con el guionista (y aquí codirector) Charlie Kaufman como más rompedor protagonista. Su "Anomalisa", en la que trabajó juto al animador de muñecos en stop-motion Duke Johnson ha superado al díptico del veterano italiano Marco Bellocchio "Sangue del mio sangue", y al pesimista drama turco "Abluka", de Emin Alper.
Tras el fracaso de su opera prima como director, "Synecdoche, New York" (2008), el popular e impredecible guionista Charlie Kaufman (¡Olvídate de mí! / Eterno resplandor de una mente sin recuerdos / Eternal Sunshine of the Spotless Mind", "Adaptation / El ladrón de orquídeas"...) aceptó la propuesta del animador Duke Johnson para convertir en película una obra suya puramente "oral" (era declamada por actores sin interpretar a los personajes). Los últimos trabajos de Kaufman no han dado dinero y en consecuencia no es el cineasta más popular de Hollywood, así que tuvieron que recurrir al crowdfunding para recaudar el escaso presupuesto de esta peculiar cinta melancólica a cuyos muñecos pusieron voz David Thewlis, Jennifer Jason Leigh, y Tom Noonan, antes intérpretes en Los Angeles de la versión teatral.
El principal protagonista es un escritor de populares libros sobre atención al cliente (Thewlis), que de viaje a Cincinati para dar una conferencia intenta salir del hastío llamando a una antigua conocida para no dormir solo, pero acaba conociendo a una lectora de sus obras que le va a cambiar la vida, cuando la intuye como distinta a todos los demás. Es sin duda original la propuesta de Kaufman y Johnson, refrescante y atrevida (incluidas escenas explicitas de sexo... entre muñecos). "Anomalisa", vista unas horas antes en el estadounidense festival de Telluride, puede dar nuevas opciones al inclasificable guionista, que hace poco no tuvo suerte con el piloto de una serie, "How and Why", que el canal FX desestimó.
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El tan veterano como irregular Marco Bellocchio cuenta dos historias en una, cuyo principal elemento en común es el escenario, y poco más, de ahí la inicial inquietud. La primera se desarrolla en la Edad Media, cuando un joven oficial es requerido por su madre para que intervenga en el proceso contra una monja que sedujo a su hermano gemelo, sacerdote, desviándole del camino de la fe. Como es de suponer por los encantos de la joven él mismo corre el riesgo de sucumbir a las tentaciones, aunque al final logra que el proceso por brujería contra ella, siga adelante con una condena a ser emparedada. Años más tarde, el ahora cardenal volverá a visitarla en el antiguo convento de Bobbio, ahora prisión.
En la segunda historia, que se desarrolla en el momento presente, un agente fiscal acompaña a un millonario ruso a visitar ese mismo edificio cargado de historia, que se ha puesto a la venta. El inconveniente es que en su interior, en sus profundas mazmorras, hay un peculiar "okupa", un vampiro. Bellocchio no tiene muy claro qué quiere contarnos y por qué junta estas dos historias, y el paso por la competencia de "Sangue del mio sangue" se ha saldado con un breve y minoritario aplauso de compromiso.
Finalmente, la voz crítica del turco Emin Alper se dejó oir en "Abluka" (Locura), una gris, lenta y depresiva historia sobre dos hermanos que se reencuentran, convertidos ambos en servidores del sistema autoritario y represor. Kadir ha pasado casi dos décadas en prisión y es excarcelado con el compromiso de convertirse en informante policial para delatar a opositores. Por su parte, su hermano menor Ahmet, abandonado por su mujer, sobrevive exterminando a tiros a perros abandonados. Alper, conocido por la más sólida "Tepenin ardi / Beyond the Hill", se vuelve errático, agrega una parte onírica a esta desazonadora crónica de la oscura realidad, y llena inutilmente dos horas de metraje con este nada optimista retrato de la sociedad y el régimen turcos.
La Mostra de Venecia enfila su gran canal hacia el palmarés, añadiendo este martes tres títulos inclasificables, entre el realismo y la imaginación más desbordada, con el guionista (y aquí codirector) Charlie Kaufman como más rompedor protagonista. Su "Anomalisa", en la que trabajó juto al animador de muñecos en stop-motion Duke Johnson ha superado al díptico del veterano italiano Marco Bellocchio "Sangue del mio sangue", y al pesimista drama turco "Abluka", de Emin Alper.