LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
El fiasco de Bruselas y el desafío permanente de Mazón desnudan el liderazgo de Feijóo en el PP

Arco quiere otra oportunidad

Si uno es proclive a ver a su alrededor paralelismos y símbolos, no tardará en detectar la metáfora de estos 33 años que cumple ArcoArco. O la feria saca partido de su forzada reinvención, o en este 2014 se convierte en mártir, crucificada por la crisis. El lavado de cara de la mayor feria de arte contemporáneo de España, que se celebra entre el 19 y el 23 de febrero en Madrid con Finlandia como país invitado, se presenta en forma de viaje hacia lo desconocido: es decir, sus responsables han decidido apostar fuerte por artistas emergentes frente a los consagrados.

Atrapada una espiral sin control de repeticiones –en las últimas ediciones pasearse por la feria que dirige Carlos Urroz ha sido una empresa similar a la de meterse en el túnel del tiempo: año tras año se encontraba uno con prácticamente las mismas galerías y los mismos artistas, incluso las mismas obras (lo inequívocamente significaba que no se vendían)-, Arco se ha visto obligada a cambiar de estrategia.

Dicen sus organizadores en una nota de prensa que tira hacia lo exultante que “la mejoría de los principales indicadores de la economía, unido a las reformas de la fiscalidad para la compra de arte, dibujan unas condiciones favorables” para esta edición, que esperan se salde con 100.000 visitantes y 80 millones de euros de beneficios para la Comunidad.

La anunciada reducción del IVA sobre la compraventa de obras de arte –en principio del 21% al 10%, aunque en las transacciones que se realicen en Arco rondará el 15,5%- dará un empujón para que los compradores se animen a invertir tanto en las galerías españolas como en las internacionales, cuyo IVA se sitúa de media en torno al 10%. De los 4,5 millones de inversión declarados, 0,9 (el 20%) se han destinado a invitar a grandes coleccionistas y directores de instituciones internacionales, esos capaces y dispuestos a desembolsar cantidades en ocasiones sonrojantes.

Solo queda pues esperar su reacción: o se interesan por los cachorros de la creación moderna y compran para así valorizar sus obras, o prefieren guardarse sus dineros para los caballos ganadores del arte, que por lo general (aunque desde luego, sí los habrá: no se puede lanzar uno a presentar una feria sin sus correspondientes dalís o picassos), no estarán presentes en Madrid. Pequeño apunte: en las mismas fechas coinciden en Madrid otras tres ferias de arte contemporáneo y emergente: ArtMadrid, JustMad y JäalPhoto, esta dedicada a la fotografía. Nacidas para aprovechar el tirón y complementar el poderío de Arco, ahora tendrán que competir en el mismo terreno. 

Ya llegaron las rebajas (del arte)

Ver más

Desde hace unos años –los de la crisis, ya imaginarán- la feria ha ido volviendo la mirada a los artistas noveles, y ha ido creando programas para promocionarlos, a los que se han ido sumando iniciativas como Arco Bloggers, dedicadas a integrar el mundo digital en su ecuación. Para este año habrá cuatro secciones diferenciadas: el apartado general, con 164 participantes; FocusFinland, con 13; #Opening, con 29; y #SoloProjects, proyectos indoviduales centrados en la gran esperanza de futuro de ARCO: Latinoamérica, con 21.

En total participan 219 galerías de 23 países, 61 de ellas españolas, más cantidad pero menos variedad que en 2013, cuando hubo 201 galerías de 27 procedencias. El programa general ha querido primar en esta edición las propuestas que muestren los trabajos de uno o dos artistas, lo que ha llamado Solo/dúo, iniciativa a la que se han adherido 60 de las 164 galerías.

Junto a las galerías internacionales, entre las que ya no participan nombres de relumbrón como White Cube o Gagosian, compartirán suelo en los pabellones de IFEMA diez galerías catalanas. El año pasado, ocho de las 11 invitadas rechazaron en un primer momento participar en Arco debido a los altos precios de los alquileres de los estands y al trato poco favorable que acusaban recibir, aunque al final recularon y sí estuvieron presentes. Y es que con o sin crisis, con creadores emergentes o consagrados, Arco sigue siendo -hasta que se demuestre lo contrario- el mayor y más rentable escaparate del arte en España.  

Si uno es proclive a ver a su alrededor paralelismos y símbolos, no tardará en detectar la metáfora de estos 33 años que cumple ArcoArco. O la feria saca partido de su forzada reinvención, o en este 2014 se convierte en mártir, crucificada por la crisis. El lavado de cara de la mayor feria de arte contemporáneo de España, que se celebra entre el 19 y el 23 de febrero en Madrid con Finlandia como país invitado, se presenta en forma de viaje hacia lo desconocido: es decir, sus responsables han decidido apostar fuerte por artistas emergentes frente a los consagrados.

Más sobre este tema
>