Pues no. B. B. King no ha podido llegar a su 90 cumpleaños. La cita del 16 de septiembre quedará para siempre como un horizonte inalcanzable.
Las deshidrataciones a causa de la diabetes del tipo 2 que sufría (desde hace 20 años) nos privan de un guitarrista tan excepcional como influyente. Su inseparable Lucille será la que más le eche de menos, por supuesto.
Decíamos aquí mismo, hace poco más de un mes, que el destino quiso que ingresara en un hospital de Las Vegas justo cuando se cumplía el centenario del nacimiento de Billie Holiday. Feeling a partes iguales.
Tampoco podrá acercarse a los 60 años su inmensa trayectoria. Los más de 50 álbumes que grabó nos sirven de consuelo en forma de Three o'clock blues, Thrill is gone, Please love meThree o'clock bluesThrill is gone Please love me y You don't love me. O en forma de sentidas declaraciones de intenciones: Everyday I have the blues o Why I sign the blues.
Lo decían sus punteos, deudores de sus días bajo la penuria en aquel 1947, cuando se instaló en la esquina de Second Street, en Memphis, para obtener unas monedas de los transeúntes a cambio de sus incipientes sonidos.
Se va el tercero de los tres reyes
Su primo Bukka White le ayudó a pasar el mal trago, hasta que la esencia de Mississippi que habitaba en sus venas salió a flote en toda su intensidad para sobrecogernos en las innumerables visitas que, afortunadamente, realizó a España.
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Los festivales de jazz de Vitoria y San Sebastián no lo dudarán ni un instante a la hora de rendir tributo a quien tanta magia nos ha proporcionado en Mendizorrotza o a orillas de la Concha.
Tampoco se nos van de la mente sus colaboraciones con U2, el portugués Rui Veloso o nuestro Raimundo Amador, quien no hablaba ni una palabra de inglés pero cumplió su sueño de protagonizar un estremedor duelo de guitarras con el maestro.
Se nos ha ido el tercero de los tres reyes: Albert King, Freddie King y él. Pero no, en realidad, nunca se irá. Su sabiduría sobre un escenario nos hizo reverenciarle cuando le veíamos en directo. Y ahora, en la eternidad, nuestro homenaje no tendrá fin.
Pues no. B. B. King no ha podido llegar a su 90 cumpleaños. La cita del 16 de septiembre quedará para siempre como un horizonte inalcanzable.