Banksy: cuando se subasta un trozo de pared

Marcel Duchamp ya se lo inventó: cualquier objeto encontrado es susceptible de ser arte. El cada vez más fagocitador mercado ha acabado por hacer el resto: cualquier objeto encontrado, que es por tanto susceptible de ser arte, puede ser vendido. Y si se tercia, a precios estratosféricos. Así está ocurriendo con algunas obras de Banksy, el célebre artista callejero, arrancadas con el trozo de pared incluido para ser trasladadas, previsiblemente, a casa de algún coleccionista.

Quien un buen día amanece con un grafiti suyo en la pared de su casa o negocio, igual que Duchamp se topaba con ruedas de bicicleta o urinarios, parece tener el derecho de convertirlas en objeto de colección y venderlas al mejor postor. El 5 de diciembre, ese será el destino de Flower girl (Chica con flor)Flower girlChica con flor, un grafiti que dibuja la silueta de una niña apostada frente a un enorme tallo del que crece una cámara de vigilancia. 

La pieza, fechada en 2008, se encontraba en una gasolinera de Hollywood, y la encargada de sacarla a subasta será la casa Julien's, en Beverly Hills (California). Aunque la pieza no está certificada por Pest Control, un “servicio de gestión” que actúa en nombre del grafitero y que autentifica si uno se halla ante una verdadero banksy, Michael Doyle, directivo de Julien's, asegura que se trata de un original. "El dueño de la gasolinera", ha explicado Doyle a infoLibre, "es amigo de Mr. Brainwash (cineasta y artista urbano protagonista del documental dirigido por Banksy), quien pidió al dueño si su "amigo" podía hacer un mural a un lado de su gasolinera".

Según ha declarado el propietario del establecimiento, Eytan Rosenberg, las cámaras de seguridad, y sin que él sepa cómo, estaban en blanco cuando este fue a revisarlas una vez hecha la pintada, por lo que no hay constancia grabada de quién es el autor. Sin embargo, y como agrega Doyle, poco después de ser realizada, la foto de Flower girl apareció en la web de Banksy. "Dado que Mr. Brainwash fue el intermediario y el mural figura en la web oficial, podemos estar seguros de su autenticidad aunque no exista certificado".

El trozo de pared de gasolinera, que mide 2,7 x 2,4 metros y que fue arrancado y llevado a Julien's por el propio dueño, como explica Doyle, será el principal reclamo de una subasta dedicada íntegramente al arte urbano. Una “rara oportunidad”, según reza la web de Julien's, “de poseer un mural de grafiti a gran escala y época temprana, y que marcará la primera ocasión en que una obra de arte público de Banksy salga a subasta en EEUU”.

Junto al británico, figuran en el catálogo de la subasta piezas de Risk, MearsOne, Cope2, Indie 184, Miner I, y Chaze. Eso sí, todas son, como explica el directivo de Julien's, obras "en lienzo o papel". 

Grafitis a subasta

El precedente de vender en subasta un gran grafiti de Banksy se sentó hace unos meses con el mural Slave labour (Mano de obra esclava), Slave labourMano de obra esclavauna representación de un niño cosiendo a máquina Union Jacks, banderas del Reino Unido, que desapareció de la pared de una tienda de Poundland (algo así como Todo a una libra) en Londres, y como por arte de magia reapareció en una casa de subastas de Miami.

Slave labour, de Banksy

No fue el propietario del Poundland, sino el de todo el edificio, el que lo llevó a la casa de subastas miamense, y aunque los vecinos del barrio de Wood Green, donde se encontraba el grafiti, y otros defensores del arte urbano se quejaron, calificando la situación de “robo”, no se llegó a evitar su venta. Esta se llevó a cabo poco después por el grupo Sincura en Londres y se saldó con el pago de 1,1 millones de dólares (más de 800.000 euros).

Esta misma compañía, Sincura, que ofrece servicios a personas adineradas y que en su página web se publicita como “tu puerta de acceso a una vida VIP”, sacará en 2014 a subasta otro banksy extirpado de una pared: No ball games. LNo ball gamesa garantía de autenticidad, como señalan desde la empresa, es, como en el caso de Slave Labour y Flower Girl, que aparece en la web de Banksy. Los beneficios, según asegura Sincura en su portal, irán a una organización caritativa.

Banksy, que según recoge el Daily Mail, en su día declaró que "por el bien de dejar el arte urbano en el lugar que le corresponde, aconsejaría a la gente que no comprara nada hecho por nadie a no ser que haya sido creado para ser vendido", se vio recientemente en un embrollo a causa de la venta de otra de sus creaciones públicas.

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En 2011 pintó sobre un tanque de agua abandonado la frase "This looks a bit like an elephant" (Esto se parece un poco a un elefante), sin saber que se trataba del cobijo de una persona sin hogar.

Cuando el ayuntamiento de la ciudad californiana donde se encontraba vendió el tanque a una agencia de diseño, Banksy se ofreció a pagarle el alojamiento y los gastos durante un año, y se negó a certificar la autenticidad del grafiti cuando la empresa que lo había adquirido quiso revenderlo.

En su portal, el artista cuenta además con una útil sección de preguntas frecuentes en la que deja esta respuesta sobre su opinión ante estas ventas: “Me sentí muy avergonzado cuando mis lienzos comenzaron a alcanzar precios altos, me vi condenado a un futuro no pintando otra cosa que obras maestras. Henri Matisse”.

Marcel Duchamp ya se lo inventó: cualquier objeto encontrado es susceptible de ser arte. El cada vez más fagocitador mercado ha acabado por hacer el resto: cualquier objeto encontrado, que es por tanto susceptible de ser arte, puede ser vendido. Y si se tercia, a precios estratosféricos. Así está ocurriendo con algunas obras de Banksy, el célebre artista callejero, arrancadas con el trozo de pared incluido para ser trasladadas, previsiblemente, a casa de algún coleccionista.

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