Boni: “Con Barricada aprendí a pisar el suelo”

Tres décadas y varias salidas e incorporaciones después, daban el adiós definitivo a finales de 2013. Pamplona, su bastión original, fue el escenario elegido para celebrar el último concierto de Barricada, una de las bandas más señeras del rock nacional, autores de himnos generacionales como Oveja negra o En blanco y negro. A su fin llegó en cierta medida desinflada tras la marcha en 2011 de El Drogas, quien había sido el cantante y fundador del grupo. Desde aquellos comienzos, solo él y Javier Hernández, Boni —guitarra y voz— habían superado en la formación los embates de la fama y la vida en la carretera. Poco más de un año después este se despedía también para siempre, poniendo punto y final a un sueño que empezó en 1982.

Boni se marchó, pero no se quedó quieto. Ha aprovechado este tiempo de paréntesis para “encerrarse”, hacer balance y volver a tomar impulso. Una fuerza que ha tomado el cariz de lo creativo para transformarse en un álbum doble, Incandescente, que quiere marcar el punto de un nuevo comienzo. Aunque no es su primera tentativa de componer en solitario —en 1992 sacó bajo su nombre Peligroso animal de compañía—, sí marca una nueva etapa, una que sabe a “prueba de fuego”. Los tres primeros aros los tendrá que atravesar este junio, en tres directos de presentación que le servirán para testar una vez más su engranada máquina de hacer rock and roll.

Pregunta. Este en realidad no es tu primer disco en solitario. ¿Qué hay en común con aquella experiencia y qué hay de nuevo?

Respuesta. Este trabajo, frente al del 92, no tiene nada que ver. En cuanto al sentido de lo que han sido los dos proyectos, el primero surgió aprovechando un impasse del grupo, que estaba en un momento muy álgido en el que se decidió tomar aire, y esa toma de aire yo la aproveché para hacer Peligroso animal de compañía. Pero lo hice sin ánimo de continuidad, porque dependíamos de la vuelta a la carga del grupo. Recuerdo que El Drogas sacó poco antes de mi disco el suyo propio con Txarrena. Fue un momento que aprovechamos para satisfacer esa inquietud que a veces tenemos los músicos de hacer algo nuevo, en ese caso bajo mi prisma, bajo mi forma de ver el rock and roll, pero teniendo en cuenta que la maquinaria de Barricada se iba a poner en marcha enseguida. Sin embargo, este álbum —aparte de que hay que tener en cuenta que para mí ya se ha acabado un ciclo rocanrolero— tiene vistas más continuistas, más de intentar alargarlo en el tiempo. Este proyecto lo enfoco a que perdure y me abra un hueco en este panorama tan difícil.

P. ¿Esa manera propia de entender el rock and roll, qué conlleva?

R. No quiero decir que mi manera de entender el rock and roll sea diferente a la de Barricada, sino que con Barricada eran cuatro cabezas en un proyecto conjunto en el que opinaban todos. Es lo que suelo decir: tiene mucho valor que un grupo dure como grupo tanto como Barricada, más de 32 años. En cuanto a la música, la concibo de la misma manera, pero en el caso de las letras, quien más manejaba la literatura en Barricada era El Drogas. En este caso, filtro las letras a mi manera pero con ese mismo espíritu que tenía en el fondo Barricada. No me quiero diferenciar de Barricada ni tampoco acercarme, sino simplemente mostrar cómo yo navego.

P. El disco está dividido en dos, una parte acústica, de canciones de medio tiempo, y otra más eléctrica. ¿Por qué esa división tan tajante?

R. Así surgió el proyecto. Cuando ya me empecé a plantear hacer algo como lo que he hecho con Incandescente sí que tenía pensado incluir el eléctrico, porque soy personaje y animal de directo y eléctrico. Pero en el momento de componer me encontré en un punto muy prolífico, con muchas ideas, y tanto fue así que empecé a sacar cosas con ese toque más acústico, más tranquilo. Vi que eso formaba parte del momento que estaba viviendo, y lo que se me planteaba era cómo presentarlo. Me planteé hacerlo separado, pero no le vi sentido, porque creo que se desvirtuaba un poco el objetivo, así que pensé que lo mejor era sacarlo tal cual lo había concebido. Es una manera de enseñarle a la gente cómo me encontraba yo.

P. Temáticamente hablando, ¿qué es lo que te preocupa y ocupa tus letras?

R. Preocuparme me preocupan muchas cosas. No todo se puede escribir. En esta promo me han preguntado varias veces si me comprometo socialmente. Lo que expreso es cómo veo yo la vida, cómo filtro yo las noticias, lo que leo, lo que veo, y la verdad es que hay muchos temas que te dejas fuera. Por ejemplo, no hay ninguna canción que trate del maltrato a la mujer, pero eso me preocupa, aunque no haya escrito sobre ello en este momento. En Barricada sí se escribió. Sin embargo, lo que hay es lo que ha recibido en este tiempo de composición mi cabeza en cuanto a noticias, sensaciones… Ya no se trata simplemente de hablar de temas sociales, sino de momentos muy cotidianos de la vida. Por ejemplo, Crónica de Iguala trata sobre una noticia que me entró muy fuerte y dije: hay que escribir de esto. Así que me dediqué a enterarme de lo que pasó porque me impactó. Quise mostrar mi parecer, porque me indignó la situación, ya que aunque sea en México es algo mundial. 

P. Es cierto eso que me comentabas de que ahora se espera que todo el mundo incluya la crítica social o política en sus trabajos o en sus opiniones. ¿Qué te parece esto?

R. Que se eche mano de eso me parece muy bien, porque la música es un buen megáfono. Otra cosa es que se haga por interés o por querer quedar como el más solidario del mundo, o porque de verdad se siente la necesidad de respaldar una causa. En cierto modo, la música es la transgresión de la opinión de la gente de la calle.

P. A nivel compositivo, ¿cómo ha sido el proceso creativo?

R. Me lo he tomado con paciencia, y con paciencia me refiero a que ha sido un proceso de prácticamente un año. Ha consistido en encerrarme y hasta que no veía un resultado satisfactorio no soltaba la canción. Ha sido un trabajo concienzudo. Quería estar ahí y tenerlo bien amarrado.

P. Antes comentabas las ganas que tienes de abrirte hueco en este panorama. ¿Cuáles ves que son los mayores retos para un músico a día de hoy?

R. Si se apunta a la música y al espectáculo con impuesto tan alto como el 21%, eso ya es una manera de frenar a la gente. El que no se considere como algo relevante el rock and roll o el pop. Que los conciertos empiecen a ser una cosa minoritaria, menos cuatro que vienen y llenan. O las infraestructuras, que no las hay para que un grupo de chavalillos pueda empezar en un local de ensayo. Tampoco te digo que el rock o la música necesiten apoyos institucionales, pero sí por lo menos que se faciliten algo las cosas, porque ahora el grupo que sale es por su cuenta y riesgo. El problema es de infraestructura cultural, y lo están sufriendo también el teatro o el cine. La música siempre ha estado dejada de lado menos cuando triunfa y vende muchos discos, entonces ahí sí te llama todo el mundo.

P. ¿Y a nivel artístico, cómo percibes la situación actual de la música en España?

R. Tiene mucho mérito que unos chavales de 18-20 años se metan ahora en una aventura como esta. Eso sí que es empezar de cero, porque yo con mi proyecto soy consciente de que parto de cero pero entre comillas, porque vengo de una banda con un bagaje, y eso en cierto modo me puede dar un empujón. Aunque tampoco es ninguna garantía, porque esto hay que currárselo día a día. Yo admiro mucho a quien se mete hoy en día en este jaleo, porque eso sí que es amor al arte.

P. Ahora que ya ha pasado un tiempo prudencial desde el final de Barricada, ¿cómo te sientes al echar la vista atrás?

Muere Boni, guitarrista de Barricada, a los 58 años

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R. Ya dediqué un tiempo, cuando se acabó Barricada, a reflexionar y pensar qué iba a encontrarme en el futuro, qué era lo que me había pasado… Y la conclusión es que sabes que has estado en una gran banda, y que en la relación entre las personas es normal que ocurran chispazos. Igual esta tensión, con el tiempo, la dejaremos para decir: ha habido malos momentos pero también ha habido muy buenos. La sensación, pensándolo ahora, es que esa experiencia que he tenido con Barricada la voy a utilizar como si hubiera estudiado en una universidad una carrera para mi proyecto en solitario. En Barricada yo he aprendido un montón de cosas, he conocido a un montón de gente, hemos estado en un montón de ciudades… y eso te enseña a pisar el suelo, que es lo que quiero aplicar, y es lo bueno que saco de Barricada. Es todo una lección que me deja aquí con cierta seguridad personal.

P. ¿Y qué quiere decir el título del disco, Incandescente?Incandescente

R. Entre muchas cosas, habla de cómo me encuentro. A mi edad, 52 años, he vivido momentos con Barricada en plena juventud que fueron como de fuego, con todo ardiendo. Pasan los años, cumples una edad y lo lógico es que se apague el fuego. Y la verdad es que la llama ya no está, porque hay que tener en cuenta la edad que se tiene. Pero el hierro está rusiente todavía y aún me siento con ese calor que me gusta tener con el rock and roll.

Tres décadas y varias salidas e incorporaciones después, daban el adiós definitivo a finales de 2013. Pamplona, su bastión original, fue el escenario elegido para celebrar el último concierto de Barricada, una de las bandas más señeras del rock nacional, autores de himnos generacionales como Oveja negra o En blanco y negro. A su fin llegó en cierta medida desinflada tras la marcha en 2011 de El Drogas, quien había sido el cantante y fundador del grupo. Desde aquellos comienzos, solo él y Javier Hernández, Boni —guitarra y voz— habían superado en la formación los embates de la fama y la vida en la carretera. Poco más de un año después este se despedía también para siempre, poniendo punto y final a un sueño que empezó en 1982.

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