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'Te estoy amando locamente', la película LGTBI que nos vacuna contra el virus de la ultraderecha

Cuando los protagonistas de Te estoy amando locamente dieron este miércoles el pregón de las fiestas del Orgullo en pleno corazón de Chueca sintieron que estaban cerrando un círculo y, de alguna manera, haciendo justicia histórica a todos los activistas que tanto lucharon y siguen luchando por los derechos del colectivo LGBTIQ+. Personajes de ficción de 1977 convertidos en personas de carne y hueso en 2023, directamente desde la pantalla hasta el escenario de la Plaza Pedro Zerolo. "Fue culminar lo que hubieran querido hacer las protagonistas de la película. Con lo que pasaron, acabar siendo las que se suban a un escenario delante de su propia ciudad para decir 'aquí estamos'", apunta a infoLibre Alex de la Croix.

"La plaza se vino arribísima, no nos cortamos un pelo y dijimos todo lo que necesitábamos decir. Fue muy emocionante y muy reivindicativo porque las elecciones están muy cerca y es importante trascender la fiesta", añade el cineasta Alejandro Marín, mientras la actriz Ana Wagener remarca: "La energía que allí se recibía en aquella plaza era una cosa que cortaba la respiración". "Yo me fui poniendo nervioso sobre la marcha a medida que el texto iba evolucionando porque me estaba dando cuenta de lo que pasaba mirando a la gente", apostilla Omar Banana.

Todos ellos forman parte de Te estoy amando locamente, el próximo 6 de julio en cines, película que nos lleva hasta la Sevilla de 1977 para recordarnos la historia del incipiente movimiento LGTBI andaluz apenas dos años después de la muerte de Franco y, paradójicamente, gestado en el seno de la Iglesia. Un ejercicio de memoria histórica de lo más pertinente, que llega en un presente en el que, con la ultraderecha entrando en las instituciones, estamos asistiendo a ciertos intentos de preocupante involución que convierten a esta cinta, por el contexto del momento, en un necesario alegato para no perder la libertad que tanto ha costado conseguir.

"Es una película necesaria al igual que el Orgullo, porque la gente de mi generación muchas veces damos por hecho derechos que tenemos sin cuestionarnos nada", admite a infoLibre Banana, protagonista principal que en la trama busca su lugar en el mundo adentrándose en el colectivo homosexual de la ciudad a pesar de la oposición de su conservadora madre. "Y esta película es también muy necesaria en este momento porque por desgracia seguimos viendo, ahora de forma más visible, que se nos sigue persiguiendo igual que entonces. Se nos sigue maltratando", apostilla.

"Estamos yendo para atrás, quieren que vayamos para atrás", tercia Wagener, su madre en la ficción, planteando: "Hay dos fuerzas encontradas que están viendo quien puede más, por eso es tan importante significarse ahora como sociedad. Hay como una especie de tsunami que está empezando a apoderarse de todo lo que hemos conseguido. En esta película, además, se ve perfectamente el homenaje a la gente que luchó en aquella época por los derechos de hoy, a los que persiguieron y encarcelaron con la ley de peligrosidad. Por eso hay que mantenerse muy alerta con los derechos LGTBI y con los derechos de los ciudadanos, de la cultura. Tenemos que estar muy alerta y ojalá esta película sea como un cohete que anime a la gente a votar. Porque lo mínimo que podemos hacer es ir a votar cuando nos toque".

Marín, director del film, incide en esta idea y se muestra contento de poder "aportar" desde su "parcelita en este momento tan convulso" poniendo en valor la "lucha que se inició hace 45 años y que es tan importante recordar para hacer memoria histórica y no olvidar de dónde venimos, porque hay gente que quiere devolvernos a esos años". "Estamos contentos de poder seguir reivindicando esta lucha en este momento tan necesario. Además, queríamos que la película celebrara también a estas personas activistas por todos los avances que consiguieron y a día de hoy disfrutamos, porque aunque haya gente que nos los quiera quitar, no vamos a dar un paso atrás", remarca.

Por eso La Dani, también parte del elenco actoral, explica a infoLibre que le gustaría que Te estoy amando locamente sirviera para que la gente "entendiera lo importante que es juntarse y luchar", al tiempo que plantea que, de alguna manera, siente que la gente de su generación está demasiado "cómoda" o "cansada". "La gente de derechas lleva a sus abuelos a votar y todo esto está pasando porque nosotras estamos como un poco más pasotas", lamenta, mientras Alba Flores señala que "ojalá no estuviésemos viviendo este momento de retroceso, ya que sería mucho mejor para todos y la película seguiría siendo igual de bonita".

Y aún prosigue la actriz: "Hacen falta colectivos reivindicativos así, porque cada vez se tiende a personalizar más la lucha y eso es un problema muy grande para el activismo, porque también la gente se quema, se convierte en mártir y sirven de escarmiento ejemplarizante para que otros no hablen. Por eso es importante el colectivo y esta es una película tan coral, porque los avances no son propiedad privada de nadie, se consiguen juntas. Además, me gustaría que esto aporte y sume y dé ganas de que haya más cine así. Hay una guerra cultural y creo que ahí todavía queda mucho por hacer, porque realmente solo un 10% de la ficción que se hace en este país tiene representatividad del colectivo, así que espero que estas película anime a las productores a producir este tipo de cine y que la vea mucha gente y se lo pase muy bien. Porque esta es una película muy entretenida".

Te estoy amando locamente aborda cuestiones con un profundo calado político y social desde la universal relación de amor entre una madre y su hijo. Se trata, en definitiva y en última instancia, de un llamamiento al amor y a la alegría contra el odio y el miedo. "Esta mujer reconoce a su hijo, que ya lo sabe porque lo tiene delante, pero no lo quiere ver", explica Wagener, quien defiende que esta película se puede "extrapolar a la relación madre-hijo de cualquier otro ámbito con otro conflicto". "En este caso concreto, ella se da cuenta de que los que le dan la mano a su hijo son los que ella ha prejuiciado, abre la mente y empieza a apoyar a todo ese colectivo. Se da cuenta de que son seres libres y maravillosos, un colectivo de gente que se quiere y se ayuda. El viaje de Reme -que así se llama la madre- es una maravilla y me parece que habrá mucha gente que si no lo ha vivido a lo mejor se anima a vivirlo, porque creo que hay muchas Remes sueltas", indica, destacando el poder del cine como "herramienta social" y apostillando: "Esta película tranquilamente se podría poner en los colegios. Seguramente algunos se escandalizarían, pero tenemos que poner el acento en luchar contra esa gente que al final lo que siente es miedo. Simplemente míralo, no te pasa nada, por lo menos conócelo para poderlo juzgar".

El film retrata también la "represión institucional" de aquellos años setenta, "apoyada por jueces, psiquiatras, por gente entendida, entre comillas, y que al final era un sistema opresor en todos sus sentidos", en palabras de Marín. quien recuerda que, por ejemplo las terapias de electroshock no son de hace tanto tiempo, resaltando asimismo que le "sorprende que haya gente que ya está todo conseguido y tenemos todos los derechos". "Y ahora menos", subraya, cediendo la palabra a De la Croix, quien apostilla: "Es que seguimos en peligro. El miedo no se te termina de quitar cuando vas por la calle o cuando escuchas cada vez más noticias de agresiones homófobas y tránsfobas. ¿Con qué tranquilidad sales tú a la calle sabiendo que hay personas que hacen eso y que la ley no les está condenando porque está pasando completamente del tema?".

Por todo ello, concluye insistiendo en que la película llega en un momento social "clave" y haciéndose más preguntas: "¿Por qué estamos viviendo este punto de retroceso de derechos? ¿Por qué están cuestionando nuestra existencia como hace 45 años y más atrás? ¿Por qué tiene que estar ahora mismo pasando esto otra vez?" A falta de respuestas concretas, lo que sí tiene claro es que "ojalá no tuviéramos que estar luchando con las mismas problemáticas del pasado", para luego rematar sentenciando: "Tenemos que seguir reivindicando el orgullo de ser quienes somos y la lucha que ejercemos".

Cuando los protagonistas de Te estoy amando locamente dieron este miércoles el pregón de las fiestas del Orgullo en pleno corazón de Chueca sintieron que estaban cerrando un círculo y, de alguna manera, haciendo justicia histórica a todos los activistas que tanto lucharon y siguen luchando por los derechos del colectivo LGBTIQ+. Personajes de ficción de 1977 convertidos en personas de carne y hueso en 2023, directamente desde la pantalla hasta el escenario de la Plaza Pedro Zerolo. "Fue culminar lo que hubieran querido hacer las protagonistas de la película. Con lo que pasaron, acabar siendo las que se suban a un escenario delante de su propia ciudad para decir 'aquí estamos'", apunta a infoLibre Alex de la Croix.

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