León de Aranoa: "¿Qué más Marca España quieres que Javier Bardem y Penélope Cruz?"

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Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968) llega a la edición de este año de los Premios Goya a la expectativa. Con ganas de despejar ya la incertidumbre y saber qué pasará con El buen patrón, la película con más nominaciones, nada menos que veinte, de la historia de la Academia de Cine. "Lo que nos den, lo cogeremos", bromea en conversación con infoLibre.

La cinta española se quedó cerca pero fuera en última instancia de los finalistas a los Oscar del próximo mes de marzo, aunque su protagonista, Javier Bardem, sí ha sido nominado por la industria de Hollywood por su papel en Being the Ricardos. Un logro que va unido al de su esposa, Penélope Cruz, nominada por su interpretación en Madres paralelas de Pedro Almodóvar.

"Es un reconocimiento absoluto al cine español. Nos falta perspectiva para entender la importancia de este momento, con dos actores españoles como Javier y Penélope con una nominación cada uno en el mismo año. Es algo impresionante que hay que celebrar mucho. Se habla tanto de la Marca España... ¿qué más Marca España quieres que eso?", plantea el realizador.

Sobre el camino truncado de El buen patrón en Estados Unidos, pone en valor que, en cualquier caso, ha llegado a estar "entre las quince finalistas", siendo "muy bien recibida" en multitud de proyecciones en Los Ángeles o Nueva York de las que él mismo ha sido testigo: "Pero estoy muy orgulloso del trabajo hecho y de la recepción de la película".

Desde su estreno el pasado octubre, El buen patrón ha recaudado más de 3,5 millones de euros gracias a unos 550.000 espectadores. Cifras que demuestras que al público le gustan "las historias interesantes que nos afectan a todos, como la situación del mercado laboral". "Hay algo catárquico en ver tus problemas reflejados en la pantalla y que te puedas reír al tiempo que te están removiendo. Es una forma de exorcizarlos", argumenta.

Bromea, asimismo, con la coincidencia casi perfecta de los Goya con la reciente votación de la nueva reforma laboral, que tuvo en el Congreso de los Diputados un guion de lo más efectista hasta el desenlace final. "Igual me lo pienso para la próxima película", lanza divertido, apuntando a ese resultado que parece producto de una serie imposible de "carambolas, estrategias y maniobras".

'El buen patrón' cuenta que estamos peor que en 'Los lunes al sol' en el sentido de que el empleo se ha deteriorado y precarizado mucho

Un cine tan social como el suyo siempre está conectado con la realidad y en eso reside precisamente su perdurabilidad. Sirva como ejemplo Los lunes al sol (2002), una historia que bien podría suceder en 2022, aunque en un contexto diferente: "El buen patrón cuenta que de alguna manera estamos peor en el sentido de que el empleo se ha deteriorado y precarizado mucho".

"Me pasa con gente joven que ve la película, que me dice 'oye pues no es tan malo lo que cuenta'", apunta, para luego explicar en mayor profundidad: "Es que la gente joven sobre todo está acostumbrada a unas condiciones de trabajo mucho más precarias y tremendas de lo que estamos acostumbrados los que tenemos una cierta edad, que hemos vivido una cultura más firme de defensa de los derechos laborales".

Por eso, a su juicio, Los lunes al sol es una película de hace veinte años en la que se hablaba del desempleo pero también de los lazos de solidaridad y de clase de los trabajadores, que "daban una fortaleza, capacidad de respuesta y una mayor resistencia". "Al abordarse desde otro ángulo, esta película habla de otro paisaje laboral en el que no existe esa conciencia de clase, ni esos lazos de solidaridad. Hay mucha más despersonalización e individualismo, y eso no trae nada bueno para los personajes de la película, pues todos malviven como pueden en ese espacio de trabajo porque no tienen donde agarrarse", remarca.

Ese individualismo al que hace referencia puede verse incluso aumentado por el teletrabajo, que "tiene su lugar y puede ser muy ventajoso en determinados casos" pero, al mismo tiempo, hay que tener "cuidado en la medida en que nos aísla más como trabajadores". Así, plantea que si ya es difícil muchas veces en situaciones complicadas "sacar la cara" por el compañero que está al lado cuando tiene un problema, "imagínate si ni siquiera le conoces porque cada cual trabaja en su casa". 

Habría que preguntarse si tendría una efectividad más real otro tipo de activismo más apoyado en las asociaciones vecinales, en los espacios más pequeños y aparentemente menos globales y con menos alcance

"Esa despersonalización que puede tener consecuencias muy malas", prosigue, hilando "inevitablemente" su argumentación con las redes sociales, una "válvula de escape" para que todos volquemos nuestras protestas en un espacio virtual. "Pero todo lo que sucede en un espacio virtual es difícil que tenga una consecuencia en lo real", destaca, porque lo que cualquiera escriba desaparece automáticamente del timeline.

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Y reflexiona: "Habría que preguntarse si tendría una efectividad más real otro tipo de activismo más apoyado en las asociaciones vecinales, en los espacios más pequeños y aparentemente menos globales y con menos alcance. Para mí, es fácil pensar que las redes sociales son espacios virtuales que se articulan precisamente para anular la posibilidad real de protesta, de rebeldía. Son espacios perfectamente articulados para darnos una sensación de libertad al expresar nuestro malestar pero, a la vez, en la práctica, lo que hacen es desactivarlo".

Estas reflexiones son las que León de Aranoa siempre ha relatado en sus películas, el hilo conductor de su obra, que por eso mantiene su vigencia con el paso de las décadas. Porque, según sus palabras, cuando haces una película "no hablas solamente al espectador o a la coyuntura de ese momento", sino que piensas que las películas se hacen también para que "nos sobrevivan y que tengan sentido cuando se vean dentro de diez, veinte o cuarenta años". "Aunque la situación sea mejor o peor, quien sabe", remacha.

Volviendo a los Goya, reitera para terminar el cineasta sus "ganas de estar allí" para reunirse con todos los compañeros que han trabajado en El buen patrón, así como con el resto de la industria: "Para nosotros, es una celebración más allá de los premios que recibamos. Y siempre es un momento de reencuentro con los compañeros de otras películas, donde uno tiene muchos amigos. Esa parte también apetece mucho. Ojalá sí que sea una ceremonia que se parezca mucho a las que se hacían antes de la pandemia".

Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968) llega a la edición de este año de los Premios Goya a la expectativa. Con ganas de despejar ya la incertidumbre y saber qué pasará con El buen patrón, la película con más nominaciones, nada menos que veinte, de la historia de la Academia de Cine. "Lo que nos den, lo cogeremos", bromea en conversación con infoLibre.

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