Cuenta Maribel Verdú (Madrid, 1970) que fueron sus ojos los que llamaron la atención de Andy Muschietti, el director de The Flash, para querer convertirla en la madre del veloz superhéroe de DC Comics en su carrera hacia la gran pantalla. Una mirada cálida y familiar que el cineasta argentino encontró en la actriz española como vehículo para el gran tema de una cinta, más allá de las peleas y la acción desencadenada, en la que todo se desarrolla por el viaje al pasado del Corredor Escarlata para intentar evitar el asesinato de su madre, lo cual provoca consecuencias no deseadas. "Viajé atrás en el tiempo para salvar a mi madre, pero he roto el universo. No existe Aquaman. No existe la Wonder Woman. No existe Superman", se lamenta Barry Allen, esto es, The Flash, en un momento de esta gran superproducción cinematográfica que llega a los cines de todo el mundo tan pronto como este próximo 16 de junio.
"Es un papel pequeño pero fundamental en la trama, porque toda la película se basa en que él, que es más rápido que la luz, quiere volver al pasado para evitar que a su madre la matasen y que a su padre le culpasen y le metiesen en la cárcel", resume Verdú a infoLibre, añadiendo: "Quiere evitar eso, pero se encuentra en un momento dado con que salva a su madre o salva al universo. Todo lo que ocurre se debe a su obsesión y su amor por su madre, a la que perdió siendo muy pequeñito. Esa es la parte sentimental de la película, de mucha belleza".
El amor de un hijo removiendo el universo, poniéndolo todo literalmente del revés y descontrolando el multiverso. Con una determinación tal que aún le quedan fuerzas para intentar arreglarlo, reestablecer el orden perdido y, sea como sea, conseguir su objetivo. "Es que una madre es una madre, para lo bueno y para lo malo. Es una persona que te marca toda la vida", apunta la actriz, quien afirma que, además, "en este caso, la madre de Flash es la madre soñada por todos nosotros". "La tragedia que vive le marca todavía mucho más", apostilla.
Esa es la esencia misma de este esperado film que consiguió por vez primera que Maribel se apuntara a una gran producción de Hollywood después de haber rechazado no pocas propuestas. Y así lo cuenta: "Yo estaba rodando el último día de Ana Tramel, me iba de vacaciones y me llama mi representante para contarme que se ha puesto en contacto con ella la productora, Bárbara Muschietti, una mujer argentina que estuvo viviendo muchos años en Barcelona, cuyo hermano, Andy, dirigió las películas de It. 'Va a dirigir The Flash y te quieren para la película. Ya sé que me vas a decir que no, pero por favor te pido que les escuches porque quieren hablar contigo'. Yo me puse de los nervios y quedamos por Zoom. Lo que iba a ser una conversación de media hora se convirtieron en tres horas. Hablando de la vida, nos entendimos increíblemente... él es argentino y su hermana es argentina, sientes que son tuyos o tú de ellos, hablamos el mismo idioma, es otra cosa".
"Toda la película se rodó en el norte de Inglaterra en los estudios de la Warner y al principio te entra un poco de miedo, pero de repente te dices 'pues venga, por qué no'", confiesa, para acto seguido compartir otra de sus grandes dudas, relacionadas con el aspecto físico de Nora Allen, la madre de Barry, pues fue creada como una mujer rubia con ojos azules, seguramente "de Iowa". "Pero vamos a ver, es que te van a machacar. Y a mí también", recuerda divertida la actriz reproduciendo las palabras que le dijo al cineasta: "Pero él me dijo que quería mis ojos y mi mirada para el personaje, con esa calidez que tiene alguien latino. Y Warner dio el visto bueno. Ha sido una experiencia impresionante, me lo he pasado como una niña pequeña. Con Ezra Miller, que interpreta a Flash, tuve una relación que no puedo explicar, como madre e hijo, siempre abrazados y siempre juntos. Me hizo una fiesta al acabar el rodaje de tequila y mezcal... Todo eso está en la película, en cómo nos miramos, con ese amor".
Apostó por salir de la tan cacareada zona de confort y, como tantas veces sucede al dar ese difícil salto, acertó al sumarse a un proyecto que, ya antes de su estreno, está siendo alabado y recibiendo palabras bastante buenas. Desde actores como Henry Cavill hasta escritores como Stephen King se han manifestado rendidos a sus pies. Podría ser la mejor película de DC Comic desde el Batman de Tim Burton de hace treinta años o podría no serlo pero, para la intérprete española es, desde luego, una "joya" que encierra "varias películas en una". "Para la gente que nos gusta el cine, es cine puro, de ese que te deja con la boca abierta mirando y, para los que les gustan los superhéroes, tiene todo el mogollón de los superhéroes y las peleas, con una historia bestial. Y es muy cómica, tiene momentos de reírse mucho, que es otra cosa que le ha dado Andy", asegura.
A pesar de haber rodado más de medio centenar de películas y de haber trabajado con cineastas internacionales de la talla de Francis Ford Coppola, Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón o Rodrigo García, Verdú ha vivido con esa necesaria ilusión de aprendiz constante su participación en un proyecto cinematográfico de semejante envergadura. Fijándose en detalles diferenciadores como "el coche que te recoge" para llevarte a los estudios, "la caravana que tienes que no te la puedes creer" o todo lo relacionado con el maquillaje y el vestuario, que dispone de "unas carpas enormes" en las que te podrías prácticamente quedar a vivir.
"Todo eso es bestial. Pero luego trabajan más horas que en ninguna otra producción y tienen una manera de trabajar diferente. Allí no se hace pausa para comer, por ejemplo, sino que coges lo que te apetece sobre la marcha porque para eso tienen mogollón de foodtrucks con todo tipo de comidas preparadas", detalla. Una cuestión de tamaño, diríase, que siempre tiene una importancia relativa, más aún para una actriz cargada de proyectos bien distintos. "Acabo de terminar mi segunda película seguida con Rodrigo García, que es una película pequeña, intimista, de cine independiente y me muero de la emoción. Lo ideal es poder hacer una película grandiosa como Flash y luego tu cine independiente y también otro comercial. Lo bueno es poder tocar todos los palos, que la vida te dé esa oportunidad", defiende.
Oportunidad aprovechada, por tanto, pues para lo que no sabía que estaba ella misma preparada, aunque ha resultado que sí, es para ser la madre de un superhéroe. Como suele decirse, un gran poder que conlleva, efectivamente, una gran responsabilidad. Y eso aun admitiendo no ser especialmente fan de este tipo de películas y reconociendo, a su vez, que ella ha sido "toda la vida del Superman" interpretado e inmortalizado por Christopher Reeve. "Aquel era el nuestro", bromea, aceptando divertida, de paso, su adquirida nueva condición de superheroína. No en vano, apunta: "Digamos que mi superpoder, que es mucho, es que puedo parir un superhéroe. Y por eso soy una superheroína, claro que sí, totalmente".
Si fuera un animal querría ser un águila imperial, como intocable, viendo todo desde lo alto y volando con ese poderío. Volar sin ningún tipo de elemento, con tu propio cuerpo. Eso sería espectacular
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Eso sí, aclara entre risas y ciertamente sin dudarlo demasiado que en realidad es volar el superpoder que siempre ha soñado con tener. "Si fuera un animal querría ser un águila imperial, como intocable, viendo todo desde lo alto y volando con ese poderío. Volar sin ningún tipo de elemento, con tu propio cuerpo. Eso sería espectacular", fantasea antes de detenerse un instante y aclarar: "Pero claro, eso si fuera yo sola. Si ya todos voláramos, es lo mismo que estar abajo en el suelo y no tiene gracia. Si fuéramos, yo qué sé, cien los que pudiéramos volar, molaría. Si fuéramos todos sería lo normal y perdería el punto".
Por soñar que no quede, pues, como (más o menos) decía aquel, la vida es sueño y los sueños películas son. "Es que el cine es crear vida, es poder abstraernos de la vida y la realidad por unos momentos, da igual si es un cómic o lo que sea", defiende Verdú antes de terminar animando a los espectadores a acudir a las salas a disfrutar con The Flash: "Quiero decirle a la gente que yo, que no soy para nada de superhéroes, flipé viendo esta película. Porque da igual si no eres de superhéroes, hay que verla porque es mucho cine en la misma película, con muchas historias. No es solamente una película de superhéroes, va más allá y es comedia, sentimental y de acción. Es deliciosa. Son dos horas y trece minutos que pasan tan rápido que no te lo puedes creer. No dejan respiro. Son muchas películas en una. La primera parte, la primera hora, es una película espectacular que te mueres de la risa, te emocionas, y luego te da otra cosa y luego otra. Es una película que te va dando todo el rato".
The Flash llega a los cines el viernes 16 de junio con un reparto encabezado por Ezra Miller (Barry Allen / Flash), Ron Livingston (padre de Flash), Ben Affleck (Bruce Wayne / Batman), Michael Keaton (como sus propios y diferentes Bruce Wayne / Batman), Kiersey Clemons, Michael Sannon, Antje Traue, Sasha Calle, Nicolas Cage (Clark Kent / Superman), Gal Gadot (Diana Prince / Wonder Woman) o Jeremy Irons. Un reparto de relumbrón en el que también brilla con su propia luz la española Maribel Verdú.
Cuenta Maribel Verdú (Madrid, 1970) que fueron sus ojos los que llamaron la atención de Andy Muschietti, el director de The Flash, para querer convertirla en la madre del veloz superhéroe de DC Comics en su carrera hacia la gran pantalla. Una mirada cálida y familiar que el cineasta argentino encontró en la actriz española como vehículo para el gran tema de una cinta, más allá de las peleas y la acción desencadenada, en la que todo se desarrolla por el viaje al pasado del Corredor Escarlata para intentar evitar el asesinato de su madre, lo cual provoca consecuencias no deseadas. "Viajé atrás en el tiempo para salvar a mi madre, pero he roto el universo. No existe Aquaman. No existe la Wonder Woman. No existe Superman", se lamenta Barry Allen, esto es, The Flash, en un momento de esta gran superproducción cinematográfica que llega a los cines de todo el mundo tan pronto como este próximo 16 de junio.