Nadiuska, la historia más triste (y misteriosa) del cine español: "Este país la atropelló"

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Nadiuska vive desde hace veinte años en un centro psiquiátrico concertado al que llegó después de que AISGE decidiera hacerse cargo de ella a través de su fondo social de ayuda. Esta es la entidad que gestiona en España los derechos de propiedad intelectual de los actores, dobladores, bailarines y directores de escena y, al mismo tiempo, cuenta con una fundación para cuando las cosas no vienen bien dadas. De ahí salen los fondos para que la que fuera mito erótico principal de los años setenta pueda vivir un retiro en paz como colofón a una vida trepidante que la llevó incluso a, según se ronronea desde entonces en los mentideros de turno, ser amante de Juan Carlos I en plena Transición.

"La primera pregunta de la mayoría de la gente, incluso entre la que la conoce, es si todavía está viva. Lo cierto es que descubrir que Nadiuska no está tan mal fue una sorpresa. Tiene una vida más apacible de lo que pensábamos, lo cual me alegró mucho", desvela a infoLibre Valeria Vegas, directora y narradora de El enigma Nadiuska, una nueva serie documental de Atresmedia que puede verse a partir de este domingo 29 de octubre en Atresplayer y que recupera del olvido a uno de los nombres fundamentales, muy probablemente el más importante, del cine del destape de aquella España que encontró en quitarle la ropa a las actrices la metáfora perfecta del cambio una vez muerto el dictador y desaparecida la censura franquista.

Retrocedamos. Nadiuska vino al mundo como Roswicha Bertasha Smid Honczar (Schierling, Alemania, 1952) y tiene ahora 71 años. Con apenas veinte debutaba en la interpretación en Soltero y padre en la vida (1972), a la que siguieron otros títulos tan variopintos como Timanfaya (1972), Tarzán en las minas del rey Salomón (1973), Señora doctor (1973), Manolo la nuit (1973), Lo verde empieza en los Pirineos (1973), El chulo (1974), Una abuelita de antes de la guerra (1974), Polvo eres (1974), Revista de cine (1974), Perversión (1974), Chicas de alquiler (1974) o Zorrita Martínez (1975). Es importante la enumeración, pues constata una actividad constante de cinco, seis o hasta siete estrenos por año que solo se empezaría a aminorar con el cambio de década y de tipo de cine en los años ochenta. 

Como hemos visto, debuta en 1972. En 1974 empieza a hacerse alucinantemente famosa y al año siguiente José María Íñigo le dice en una entrevista en Televisión Española que es "la mujer más fotografiada de 1975". "Era tremendo. Te montabas en un taxi y había una foto de Nadiuska, en todas las revistas había una foto suya", remarca Vegas, quien concreta que sus "años fuertes son casi toda la década de los setenta", si bien en los ochenta "sigue siendo Nadiuska y noticia por cualquier motivo de su vida, pero cinematográficamente es verdad que ya la van apartando". Eso sí, su popularidad aún se mantuvo en los noventa principalmente gracias a que las entonces recién nacidas cadenas privadas compraron mucho lote de cine español antiguo, con lo que sus películas seguían viéndose "constantemente en televisión". Después de eso, ya sí, a finales de la última década del siglo XX, llegaron todos los problemas imaginables: ruina, soledad, vagabundeo, enfermedad e internamiento psiquiátrico.

En sus años de mayor esplendor, fue la estrella más rutilante y brillante en el cielo completamente abierto sobre un país nuevo que poco a poco iba pasando del No-Do a La Movida con Nadiuska en todas partes durante aquel loco intervalo de libertad por domar. "Es uno de los grandes sex-symbols que ha tenido este país. Si hubiera un top 5, sin duda estaría en él porque en los setenta fue una revolución. Más que una actriz fue un fenómeno social en un momento tan convulso como fue la Transición y el cine del destape, donde había muchas actrices, mujeres muy guapas, pero Nadiuska era la exótica, la única, y no tenía competencia", subraya la directora, quien argumenta que tanto esta serie como la propia intérprete alemana son un ejemplo de los efectos de la fama y cómo te puede trastocar todo lo que puede haber detrás.

Pionera absoluta sin quererlo, aparte de una figura indiscutible del celuloide, Nadiuska fue también la primera mujer que enseña sus pechos en una revista con Franco todavía vivo. En la portada de Guadiana, concretamente, una publicación de corte político y no erótico: "Los primeros pechos que se vieron en prensa en papel que la censura toleró o se descuidó fueron los de Nadiuska. En cine antes fue Perla Cristal, y el primer pubis el de María José Cantudo. Pero ella fue también la primera artista conocida que posó para 'Interviú' al mes y medio de nacer la revista, porque en los seis primeros números eran modelos típicas de agencia internacional, pero en el siete llegó el primer rostro con nombre: Nadiuska".

Más allá de las películas y las revistas, o precisamente por tanta exposición, la de Nadiuska es una historia con multitud de misterios por resolver. El polémico matrimonio de conveniencia con un desconocido para poder ser actriz en la España tardofranquista, sus relaciones con la aristocracia y el gran poder que se convirtieron en un peligro, su dependencia y amorío con (el casado) Damián Rabal, su súper poderoso representante y de tantos otros nombres del momento... o su supuesto romance con Juan Carlos I, uno de esos secretos a voces quizás no en las calles, pero sí en los platós y en los rodajes.

"Esto se sabía", afirma Valeria Vegas, señalando que en la serie el periodista Manuel Román cuenta que el biógrafo de Lady Di, Andrew Morton, ya hablaba de esto porque "es algo que siempre se ha rumoreado". "Yo me preguntaba cuánta gente se iba a querer mojar en esto y preguntaba si les constaba que tuviera vinculación con el poder, con ciertos hombres poderosos y la cosa fue in crescendo. Empezaron con que si era una leyenda urbana pero ya directamente Juan Luis Galiacho afirma que lo había oído mucho. Cosa que tampoco nos extraña, porque si estaba Barbara Rey por ahí, que es contemporánea, Nadiuska no se quedaba atrás en cuanto a belleza", indica la directora, apostillando que el supuesto affaire ha quedado como algo "olvidado de lo que tampoco hay pruebas", si bien "a mucha gente no le resulta para nada extraño". 

"Ahora Nadiuska está fuera del foco y esta es una historia que nunca ha tenido el interés que merecía", acota, al tiempo que señala que estas relaciones son el "germen" de lo que luego ella pudo desarrollar de la "manía persecutoria" que tenía y que se acrecentó a finales de los noventa, cuando sale públicamente contando que la estaban persiguiendo y que había por ahí un alto mandatario detrás. Su ruptura profesional y sentimental con Damián Rabal y sus líos con el gran poder son los que precipitan la aparatosa caída desde la cumbre deslumbrante hasta el más profundo y plomizo de los agujeros negros. Un derrumbe retransmitido en vivo y en directo en entrevistas y casi diríase que a cámara lenta ante el cual nadie hizo en realidad nada.

"Nadiuska era la reina del destape. Por eso su historia es aún más chocante, porque te lleva a preguntarte que si eso le pasó a la número 1, qué no le pasaría a la número 2 o a la número 3", lanza Vegas fijándose ahora en el contexto de la España del destape que tantas jóvenes actrices padecieron más que disfrutaron. ¿Qué tapa el cine del destape? Ese es un complejo interrogante que Vegas intenta contestar: "Tapa ciertos abusos, cierta utilización no de la mujer, sino de las actrices, que fueron muy queridas cuando se necesitaba que se desnudaran, pero cuando se cambia de década los productores se avergüenzan de ellas y no las llamas. Tapa también mucha doble moral. En ese momento era como que lo moderno era eso, pero luego resultó que no lo era tanto".

El destape es el punto de partida del 'MeToo'

Hay un momento especialmente dramático y triste en el que la actriz Silvia Aguilar relata incluso un intento de violación en pleno rodaje, lo que lleva a la directora de la serie a afirmar que de alguna manera "el destape es el punto de partida del MeToo", a pesar de que las intérpretes no denunciaran en su momento al estar asustadas en su condición de víctimas. Porque, según destaca, "desde que el mundo es mundo" ha habido "abusos" de productores con "insinuaciones, queridas y amantes", algo que ya se daba antes en el cine español pero que se intensificó con el destape y que padecieron en primera persona Jenny Llada, Sara Mora o Carmen Platero, entre otras que comparten en esta cinta sus recuerdos.

"Hay que tener en cuenta que cuando el sexo llega a los ojos de los españoles es en la Transición, no es antes, de manera que esto puede dar pie a que fuesen un poco más osados y atrevidos a la hora de hacer proposiciones, de utilizarlas... pero todas coinciden en que de repente les decían que tenían que verlas desnudas para ofrecerlas un papel", subraya, agregando que es precisamente ese "abuso de poder" lo que lo hace especialmente grave al condicionar el trabajo a aceptar unas condiciones en realidad extralaborales. "Eso sí que no ocurría en las películas de Carmen Sevilla o Sara Montiel, por mucho que pudieran pasar por situaciones de este tipo. Esto ocurrió en este momento donde aquello de 'lo exige el guion' era la excusa perfecta", explica, añadiendo que ahora en esta serie las actrices que han recordado lo que pasaba entonces "lo han pasado mal", pero también han podido tener "cierta catarsis de sincerarse y dejar las cosas dichas", aunque sea "tanto tiempo después".

Una vez pasados los setenta y superado su pico de popularidad, Nadiuska sigue la cuesta abajo en la que empezó a coger velocidad al romper con Damián Rabal -hermano de Paco Rabal- y que no fue capaz de frenar por un cúmulo de circunstancias encadenadas como negocios que salen mal, gente que la engaña, relaciones tóxicas... Una debacle de la que ella es consciente y que manifiesta públicamente por ejemplo en una entrevista en los ochenta con Ángel Casas -quien acuñó el término destape- en Televisión Española en la que dice que está "harta de ser una Coca-Cola con patas" y cansada del "mito" en el que se convirtió siendo Nadiuska. Sin embargo, el periodista se la toma un poco a chufla, provocando el enfado de la actriz, en un claro ejemplo de la visión que el país tenía de ella.

"Este país atropelló a Nadiuska, le pasó por encima a Nadiuska, que era demasiado estrella para la industria del cine español de aquel momento", sentencia Vegas, quien opina que en Italia o Francia, "donde los iconos de belleza se valoraban de otra manera con Sofia Loren o Brigitte Bardot, hubiera sido menos atropellada". "Pero cayó en un país muy ingrato. España se le quedó pequeña", prosigue, lamentando que nadie hiciera nada, salvo algunas buenas personas que se cruzaron puntualmente en su camino, por ayudarla en su caída libre. Rompiendo de paso, eso sí, una lanza por sus compañeras y compañeros de profesión, pues hubo algunos que sí intentaron localizarla cuando salió a la luz que estaba viviendo en la calle y comiendo restos de comida de la basura.

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"Rompo una lanza a su favor, porque todo el mundo dice que era muy difícil ayudarla porque no quería reconocer el lugar en el que estaba, lo cual no quita que habría que haber hecho todos los esfuerzos posibles por ayudarla. También es verdad que cuando a ella le ocurre esto es en 1999-2000, cuando sale la noticia de que se alimenta de la comida de los cubos de basura y empieza a estar por las calles en, en un momento en el que no había teléfonos móviles como ahora y era complicado dar con ella", defiende, para acto seguido aseverar: "Algo antes, a mediados de los noventa, Nadiuska ya estaba pasando dificultades y no podía pagar los apartamentos donde vivía, pero nadie lo sabía porque por dignidad, orgullo o confiando en una última bala para salir adelante, nunca lo hizo público".

Sin embargo, sí que pidió ayuda repetidamente en entrevistas como la mencionada de Ángel Casas. "Hay titulares de 1991 donde ella cuenta que ha intentado suicidarse. Antes de acabar en la calle, Nadiuska se pasó muchos años lanzando llamadas de auxilio públicamente que caían en saco roto", lamenta Vegas, quien resalta que "Nadiuska fue una pionera del desnudo y también, sin ella querer, en hablar de la salud mental". "Fue la primera actriz y personaje público que habló de salud mental en España, puso el tema sobre la mesa en televisión, pero no se la tomó en serio", se queja la directora, quien aprovecha para comentar que el inicio de la preproducción de la serie documental coincidió con el suicidio de Verónica Forqué, algo que les hizo darse cuenta de que "las cosas no han cambiado tanto" como a veces pudiera parecernos.

Es por ello que afirma Valeria Vegas que "Nadiuska es la historia más triste del cine español, porque otros personajes en declive, o juguetes rotos, tienen desgracia pero no tanto porque siempre tienen pareja o familia, pero aquí no y ella se quedó completamente sola". "Esta mujer no tenía nada ni a nadie, por mucho que hubiera vivido en frente del Museo del Prado", concluye.

Nadiuska vive desde hace veinte años en un centro psiquiátrico concertado al que llegó después de que AISGE decidiera hacerse cargo de ella a través de su fondo social de ayuda. Esta es la entidad que gestiona en España los derechos de propiedad intelectual de los actores, dobladores, bailarines y directores de escena y, al mismo tiempo, cuenta con una fundación para cuando las cosas no vienen bien dadas. De ahí salen los fondos para que la que fuera mito erótico principal de los años setenta pueda vivir un retiro en paz como colofón a una vida trepidante que la llevó incluso a, según se ronronea desde entonces en los mentideros de turno, ser amante de Juan Carlos I en plena Transición.

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