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De las jaimas en el desierto al centro de Madrid: el cine de FiSahara pone voz al olvidado pueblo saharaui

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Siempre en lucha, los saharauis atraviesan actualmente un momento delicado en una crisis interminable que dura ya prácticamente medio siglo. Arrinconado como conflicto de baja intensidad frente a los horrores de otras latitudes como Ucrania o Palestina, el pueblo saharaui no se cansa de alzar la voz y hacerse escuchar a través de todos los altavoces posibles, siempre con la libre determinación como destino final por el que luchar.

En esta batalla, el cine juega desde hace dos décadas un papel bien importante. No en vano, se cumplen este año ya justo dos décadas de la primera edición del Festival Internacional de Cine del Sáhara (FiSahara), entendido siempre como herramienta cultural para mantener la identidad del pueblo desterrado de su propia tierra, y para que el mundo no pueda evitar mirar lo que pasa en el desierto.

En un paso más de este empeño, vuelve a la capital del 15 al 17 de diciembre la versión española del festival, FiSahara Madrid, que celebra ya así su tercera edición. Con el lema ¡Descolonicemos!, como decimos, esta cita especial celebra el veinte aniversario de FiSahara, creado en 2003 para llevar la magia del cine a los campamentos de población refugiada saharaui en el desierto argelino y poner el foco informativo en un conflicto ignorado por la comunidad internacional.

"Pretendemos romper en el corazón de Madrid, en la capital del país que colonizó el Sáhara Occidental, el muro del silencio que tanto aprisiona las voces saharauis", remarca a infoLibre la directora ejecutiva de FiSahara, María Carrión, afirmando que esta cita "hace un eco" de la edición que se celebra en los campamentos de refugiados, ya que "hay mucha gente a nivel de medios, como de la cultura o del público en general, que no puede acudir a FiShara en el desierto pero sí en Madrid". "Además, el público es muy distinto en ambas citas, y el de Madrid vive en uno de los países desde donde se toman las decisiones que afectan al pueblo saharaui. Por eso es muy importante esta labor divulgativa y de denuncia que hace FiSahara también desde Madrid", apostilla.

"La historia del pueblo saharaui es que siempre hay otra crisis prioritaria y la suya se vuelve a postergar", prosigue, lamentando que precisamente por eso "no hay para ellos una presión de la sociedad civil como la que puede haber por ejemplo ahora para que se declare un alto el fuego en Palestina". Y añade: "Es lo que llaman un conflicto de baja intensidad que se cobra vidas, sufrimiento, separación de familias y pobreza extrema. A los saharauis se les recorta la ayuda para darla en otro sitio, pero ya han recortado el 75% de los alimentos en los campamentos, ¿cuánto más se puede recortar? Es una situación de colonialismo depender de la antigua colonia y otras potencias para comer, cuando son quienes te robaron tu tierra y quienes se la regalaron a Marruecos y, además, la expolian".

FiSahara Madrid echa a rodar este viernes 15 de diciembre en la Sala Mirador con una gala que celebra su vigésimo cumpleaños junto con el mundo del cine y la cultura, que ha apoyado al festival de manera incondicional durante estas dos décadas. El acto rendirá homenaje a las defensoras de los derechos humanos saharauis que arriesgan sus vidas a diario en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, activistas de la talla de Aminetu Haidar (Nobel de Paz alternativo), Sultana Jaya (premio de DDHH APDHE), ElGhalia Djimi (Premio Pimentel Fonseca) o Mina Baali (co-autora de Que salga todo a la luz: Violaciones de los derechos humanos de las mujeres en el Sáhara Occidental ocupado), que contarán sus historias sobre el escenario en torno a Jaimitna ("Nuestra Jaima"), una jaima tejida con sus melfas que enarbola la resistencia del pueblo saharaui.

El eje central del festival son películas que dan voz e invitan a reflexionar sobre la causa y la situación del pueblo saharaui a lo largo de los años. Así las cosas, tras la inauguración, los días 16 y 17 de diciembre FiSahara se traslada al Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes para ofrecer sesiones temáticas, con la proyección de más de media docena de películas acompañadas por coloquios. La primera sesión del sábado, Jaimitna - Historias de mujeres en resistencia, aborda la lucha en primera línea de las mujeres saharauis bajo ocupación marroquí con la proyección de Insumisas (Laura Dauden y Miguel Ángel Herrera) y Wangala (Samuel Nacar y Pau Coll) y un coloquio con las activistas saharauis mencionadas anteriormente. 

La segunda sesión del sábado, Vidas cercadas: el futuro nunca llega, arroja la mirada sobre el muro que separa a la población saharaui refugiada de su tierra y las consecuencias de este exilio prolongado, con las películas Pequeño Sáhara (Emilio Martí), premiada en diversos festivales internacionales y realizada con la colaboración de niños saharauis, y El fuego escondido (Sergio Rodrigo), sobre el muro minado -"el segundo muro más largo del mundo después de la muralla China, pero prácticamente nadie lo conoce", lamenta Carrión-. Los directores de ambas películas participarán en el posterior coloquio junto al profesor de Derecho Público y Filosofía Jurídica en la Universidad Autónoma de Madrid, Eduardo Melero, y la activista saharaui Yaguta El-Mokhtar.

La crisis climática afecta de manera desproporcionada al pueblo saharaui, y la primera sesión del domingo 17 de diciembre abordará la lucha de jóvenes saharauis en el plano internacional para que se escuchen sus voces y sus denuncias contra el greenwashing de la ocupación marroquí. Junto con la proyección de Desert Phosfate, del director y artista saharaui Mohamed Sleiman Labat, FiSahara Madrid ofrecerá un coloquio con Sleiman Labat y las activistas climáticas saharauis Asria Mohamed y Yaguta El-Mokhtar, ésta última recién llegada de la última Cumbre del Clima en Dubai (COP28) como representante del pueblo saharaui.

FiSahara Madrid cerrará su edición el domingo 17 estrechando sus lazos de solidaridad con el festival de cine y derechos humanos Red Carpet Gaza, que levantó su primera edición sobre los escombros de los bombardeos israelíes de 2014. En la sesión De Gaza a El Aaiún: Cine contra la Ocupación, ambos festivales hermanados proyectarán películas de temática saharaui y palestina: Soukeina, 4400 días de noche, de Laura Sipán, y Roof Knocking, de Sina Salimi. "Los saharauis son muy conscientes de lo que ocurre en Palestina, pero no al revés, y vamos a ver cómo se pueden unir estas causas a través de la cultura y el arte", explica Carrión.

A continuación del pase de estas dos últimas películas tendrá lugar un conversatorio moderado por la periodista de Internacional de RNE Cristina Sánchez, especialista en países en conflicto, en el que participarán el artista palestino Marwán; la activista palestina Maryam del movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel) y de la Plataforma Saguia el Hamra solidaria con el Sáhara Occidental (PSH); Abdulah Arabi, representante del Frente Polisario en España y María Carrión, directora ejecutiva de FiSahara y cofundadora de NomadsHRC.

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Asimismo, FiSahara Madrid estrenará Jaimitna (Nuestra Jaima), un proyecto de artivismo feminista, descolonizado y multimedia surgido de la colaboración entre FiSahara, el Comité Noruego de Apoyo al Sáhara Occidental y un colectivo de mujeres activistas saharauis, así como artistas, arquitectas, periodistas y cineastas. Jaimitna, que podrá disfrutarse tanto en la Sala Mirador como en el Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes, es también un proyecto nómada, como el pueblo saharaui, consistente en una jaima tejida en su interior con las 19 melfas (vestido de mujer saharaui) de distintas defensoras de los derechos humanos en el Sáhara Occidental ocupado.

Cada una de las melfas, cosidas a mano por un colectivo de mujeres saharauis en los campamentos de población refugiada, tiene el nombre de una mujer y un código QR que conduce a la historia de su vida de resistencia pacífica bajo la ocupación. En el interior de la jaima, un símbolo de orgullo, resistencia y esperanza saharaui prohibido por el régimen marroquí desde 2011, el público encontrará un espacio íntimo y acogedor con alfombras, cojines y juguetes hechos con materiales reciclados utilizados por los niños y niñas en los campamentos.

Fisahara llega a Madrid con la vista ya puesta en la próxima edición en el desierto, que tendrá lugar del 29 de abril al 5 de mayo de 2024 con el objetivo permanente de que "se hable" y la gente que acuda "luego tenga la oportunidad de reflexionar sobre lo que ha visto y ha escuchado". "Necesitamos que la sociedad civil se active, no es suficiente con estar en solidaridad. Hay que activarse también, porque está claro que los gobiernos actúan solo cuando sus ciudadanos les presionan. Aquí hay mucho sentimiento propalestino y la postura del Gobierno de Sánchez, dentro de que es muy moderada, por lo menos es de lo mejor que hay en Europa en estos momentos. Necesitamos esto para el Sáhara Occidental también, y que el Gobierno de España no considere que el movimiento pro-saharaui es desechable y que, por tanto, puede seguir haciendo lo que está haciendo, incluso contra la ley internacional".

Siempre en lucha, los saharauis atraviesan actualmente un momento delicado en una crisis interminable que dura ya prácticamente medio siglo. Arrinconado como conflicto de baja intensidad frente a los horrores de otras latitudes como Ucrania o Palestina, el pueblo saharaui no se cansa de alzar la voz y hacerse escuchar a través de todos los altavoces posibles, siempre con la libre determinación como destino final por el que luchar.

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