“Me enteré de que soy seropositivo en junio de 1998, cuando contraje una neumonía en Mallorca”. La confesión de Andy Bell, cantante del dúo británico de techno-pop Erasure, vuelve a la palestra al hilo de su flamante álbum The violet flame, un nuevo compendio de optimismo en vísperas de celebrarse el Día Internacional de la Acción contra el Sida el lunes 1 de diciembre.
“Ser portador del VIH no significa tener sida”, ha aclarado con la intención expresa de combatir la generalizada desinformación al respecto. Y todo antes de puntualizar con entereza y convicción: “Mi esperanza de vida es como la de cualquier otra persona, así que no tiene sentido que cunda el pánico”.
The violet flame marca un momento álgido en su trayectoria junto a Vince Clarke, adalid de la frivolidad inteligente y ex fundador de Depeche Mode, Yazoo y The Assembly. Dead of night, Reason, Promises o Elevation toman el relevo de sus grandes éxitos: Ship of fools, Sometimes, It doesn't have to be, A little respect, Love to hate you o Here I go impossible again.
La irresistible electrónica positivista de Erasure, plasmada -sin ir más lejos- en su divertido travestismo al proclamar su devoción por Abba, personifica la frontalidad de una batalla pública que, no hace tantos años, perdía por goleada ante la discriminación y, sobre todo, la ignorancia, uno de los peores aliados de la enfermedad crónica.
“Todavía puede observarse una gran histeria acerca del sida”, manifiesta en cuanto puede Andy Bell. Una circunstancia que le lleva a disfrutar cada día como si fuera el último al lado de su inseparable pareja, Paul Hickey, con quien vive en las proximidades de Palma de Mallorca.
También alrededor del 1 de diciembre vuelve a planear el espíritu del inolvidable Freddie Mercury, fallecido hace 23 años a causa del síndrome de inmunodeficiencia adquirida y a quien, muy probablemente, irritaría su ex compañero Brian May por su explotación sin escrúpulos del legado de Queen.
De hecho, el guitarrista vuelve a dejarse ver en giras promocionales ahora que se publica Live at the Rainbow, una histórica grabación en vivo del ampuloso grupo rescatada de 1974. Al mismo tiempo, apadrina la enésima recopilación de sus himnos, con la bonificación de tres piezas inéditas, incluida There must be more to life than this, su colaboración con Michael Jackson.
Mercury vio cómo la pandemia llamaba a su puerta allá por 1984, cuando los enigmas aún se agolpaban en torno a la inicialmente considerada 'patología de la degeneración homosexual' (sic). Por entonces, los gays de San Francisco y Nueva York se enfrentaban atónitos a la plaga que, según creían algunos gurús reaccionarios, caía como un jarro de fría sobre los humanos por la osadía de la promiscuidad sexual, siempre ligada a la comunidad gay (no siempre de forma justa). Y el líder de Queen se escondía bajo la máscara de la bisexualidad, mientras las toneladas de medicinas que requería entraban de madrugada en su mansión para preservar su intimidad.
Ver másEl cine 'indie' encumbra la música de culto de Arthur Russell
Tampoco deja de crecer la leyenda de otro mártir cultural del sida, Arthur Russell, encumbrado primero por la película independiente Keep the lights on, de Ira Sachs (de actualidad con Love is strange), y ahora con una nueva recopilación solidaria de la serie Red Hot, cuyos beneficios se destinan a combatir los estragos del sida. Scissor Sisters, Robyn, Sufjan Stevens o Hot Chip son sólo varios de los participantes en este tributo al tótem del 'underground' electrónico de Manhattan.
Y no podemos olvidar la extensa lista de creadores que, como Arthur Russell y Freddie Mercury, perecieron en las fauces del VIH y sus complicaciones cuando aún no se vislumbraba la luz al final del túnel: Rudolf Nureyev, Klaus Nomi, Rock Hudson, Robert Mapplethorpe, Keith Haring, Hervé Guibert, Isaac Asimov, Michel Foucault, Anthony Perkins, Derek Jarman, Brad Davis, Liberace, John C. Holmes, Michael Brody, Néstor Almendros, Reynaldo Arenas, Antonio Vega, Carlos Berlanga, Eduardo Haro Ibars o António Variaçoes.
Los actos con vocación didáctica se multiplican en todo el mundo cuando se aproxima el 1 de diciembre. La información y los preservativos continúan siendo armas fundamentales para plantar cara a la enfermedad, que vive un repunte entre las nuevas generaciones pues no la perciben como terminal en virtud de la calidad de vida lograda por los sucesivos tratamientos.
“Me enteré de que soy seropositivo en junio de 1998, cuando contraje una neumonía en Mallorca”. La confesión de Andy Bell, cantante del dúo británico de techno-pop Erasure, vuelve a la palestra al hilo de su flamante álbum The violet flame, un nuevo compendio de optimismo en vísperas de celebrarse el Día Internacional de la Acción contra el Sida el lunes 1 de diciembre.