Escritor y periodista de larga y brillante trayectoria, experto en la Transición y un intelectual con voz propia, Gregorio Morán está alucinado y dolido porque la editorial Crítica, del grupo Planeta, se ha negado a publicar su libro El cura y los mandarines si no eliminaba el capítulo dedicado a la Real Academia Española (RAE) y sus críticas a los académicos. El autor se opuso a cualquier mutilación de su obra y así el citado título de Morán se une a otros libros que fueron boicoteados o silenciados en democracia por compañías poderosas, como El Corte Inglés.
A juicio de Morán, “la razón es básicamente económica, una cuestión de negocios entre las publicaciones de la RAE y Planeta”. “Cuando el libro ya estaba editado, corregido y a punto de distribuirse, los responsables de Crítica me plantearon un chantaje de modo que si no eliminaba el capítulo de 11 páginas dedicado a la RAE, la obra no se publicaría”. En una larga conversación telefónica con infoLibre, el autor arremete contra el grupo Planeta con acusaciones de “censura o de poderes intocables” que impiden la libertad cultural en España. “¿Cómo es posible que Planeta se atreviera a publicar en 1979 una biografía muy dura que yo escribí del entonces todopoderoso presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y ahora no sea capaz de permitir contar la historia de un chorizo de menor cuantía como Víctor García de la Concha?” El escritor y periodista se responde a sí mismo cuando declara: “Resulta inaudito que en España pervivan poderes intocables como la RAE y es increíble que los márgenes para la crítica se hayan reducido después de tres décadas y media de democracia”.
Hace unas semanas, Gregorio Morán (Oviedo, 1947), autor de obras importantes como El maestro en el erial, una biografía de referencia sobre Ortega y Gasset; o Miseria y grandeza del Partido Comunista de España, un ensayo clave sobre la izquierda; escribió una carta a José Manuel Lara, presidente del grupo Planeta, para pedir explicaciones sobre lo que califica de censuraEl maestro en el erialMiseria y grandeza del Partido Comunista de España. “Lara me contestó”, relata el escritor, “que él sentía un gran respeto por Víctor García de la Concha, una persona muy vinculada a los proyectos editoriales del grupo. Baste decir que esta misma semana ha salido a la venta la nueva edición del diccionario de la RAE, con una tirada inicial de 400.000 ejemplares en Espasa, un sello del holding de Planeta. Estamos hablando de mucho dinero y por ello la RAE ha presionado para que el capítulo de marras no vea la luz”.
Una portavoz de la editorial Crítica ha señalado a este diario que “el departamento jurídico denegó la autorización para incluir el capítulo sobre los académicos” ante el temor a un aluvión de demandas. “Es un libro espléndido, pero impublicable porque nos habrían cosido a demandas”, ha señalado la editora Carmen Esteban.
Los dardos de Morán contra los académicos se concentran en Víctor García de la Concha, hoy director del Instituto Cervantes y responsable de la RAE entre 1998 y 2010. Pero también alcanzan a los periodistas y empresarios de medios de comunicación Juan Luis Cebrián, presidente del grupo Prisa, editor de El País; y Luis María Ansón, exdirector de Abc y columnista de El Mundo, El PaísAbcEl Mundoque forman parte, en opinión de Morán, “de una élite corrupta de la cultura española que ha pervivido desde el franquismo, un tándem que ha ejercido un monopolio empresarial en la cultura”.
Ahora bien, el autor de El cura y los mandarines, una historia cultural que abarca desde los franquistas años sesenta, hasta la década de euforia económica de los noventa, no ahorra diatribas contra García de la Concha, “auténtico padrino de la cultura española al que todo el mundo le debe algo”, en palabras del escritor. La biografía del actual director del Cervantes, según lo investigado por Morán, arranca como jefe del Frente de Juventudes en su Asturias natal, sigue por el sacerdocio, una posterior secularización y boda con una feligresa y, más tarde, una carrera meteórica sin relevantes méritos intelectuales y siempre a la sombra del poder, tanto con el PSOE como con el PP, bien con una entidad bancaria u otra, ya sea en la RAE o en el Instituto Cervantes.
¿Se publicará finalmente El cura y los mandarines en otra editorial? El cura y los mandarines Gregorio Morán está convencido de que este ensayo, que le ha ocupado 10 años de investigación y de redacción, llegará finalmente a las librerías en papel y a los libros electrónicos en digital. No obstante, Morán señala con ironía que le han salido muchas novias al libro, todavía más tras la expectación despertada por la polémica. Pero hasta el momento las ofertas no se han materializado en ningún contrato de publicación. “Algunos editores”, comenta el escritor y columnista de La Vanguardia desde hace años, “quieren leer el texto antes de decidirse a publicarlo, o sea, jugar al póquer con las cartas marcadas. El libro se publicará, pero quien lo publique deberá firmar un contrato previo”.
Otro periodista asturiano, (entre paisanos anda el juego con los autores que tienen problemas con sus libros), Javier Cuartas, recuerda ahora su calvario con Biografía de El Corte Inglés, la única obra publicada en este país sobre los grandes almacenes más importantes y una de las empresas más poderosas del país.Biografía de El Corte Inglés En el ya lejano 1991, pero tras 13 años de régimen democrático, El Corte Inglés logró que la editorial Espasa paralizara la distribución de aquel libro cuando ya estaban impresos 20.000 ejemplares. Tras una odisea que incluyó intentos de soborno y amenazas, como recuerda Cuartas, un veterano y reputado periodista, su ensayo sobre El Corte Inglés vio la luz en dos editoriales pequeñas: primero, la barcelonesa Libros Límite; y después la asturiana El Cruce. El acoso que vivió Cuartas ha sido quizá la operación más escandalosa y descarada de una gran compañía contra un periodista desde la entrada en vigor de la Constitución en 1978.
Gregorio Morán: "¿Dónde están las voces críticas? En Cataluña están en sus casas"
Cuartas resume en tres razones los ataques del todopoderoso emporio comercial contra su libro. “En primer lugar”, declara, “era la primera vez que se escribía un ensayo sobre El Corte Inglés y, no lo olvidemos, su rival de Galerías Preciados. Estaba claro que si un periodista se colaba en esa historia y abría una grieta en la muralla de silencio que había protegido a la firma bajo el manto protector de la opacidad y el silencio, otros colegas podrían seguir mi camino. En segundo término, la compañía deseaba que el gran público sólo conociera sus eslóganes, su publicidad y sus tiendas, pero no sus métodos y su estructura de poder y menos todavía cómo se había erigido ese imperio comercial. Por último, el libro aporta muchísima información sobre personas, hechos y acontecimientos, sobre los sistemas de trabajo, el ideario de la compañía y la exigencia absoluta de fidelidad por parte de los empleados a la empresa”.
Otro ejemplo sonado de obstáculos para un libro lo vivió la entonces periodista y hoy profesora Rebeca Quintans que publicó en el año 2000 una biografía no autorizada de Juan Carlos I con el significativo título de Un rey golpe a golpeUn rey golpe a golpe. “El libro editado en el año 2000 por el sello vasco Ardi Beltza, que también editaba una revista”, recuerda ahora Quintans, “molestaba a la Casa Real y a los poderes fácticos porque se hablaba de la implicación del monarca en el 23-F, de sus negocios privados y de sus líos amorosos al margen de su matrimonio. Lo bien cierto, es que el editor Pepe Rei ingresó en prisión por orden del juez Baltasar Garzón en un oscuro episodio durante el que se clausuraron la editorial y la revista por una supuesta complicidad con ETA. El libro nunca fue retirado de las librerías, pero tuvimos muchos obstáculos para su difusión y una conspiración de silencio envolvió la obra”. Cuando han pasado 14 años, Quintans reconoce que en la actualidad resultaría más fácil divulgar una biografía crítica con Juan Carlos, sobre todo, tras la abdicación y los escándalos de Iñaki Urdangarín. De hecho, ella no descarta ampliar y actualizar aquella biografía que fue maldita en su tiempo.
Morán, Cuartas y Quintans responden a situaciones y casos distintos, los más llamativos de los últimos años. Pero un hilo conductor, llamado conspiración de silencio y trabas de todo tipo, recorre la publicación de libros polémicos. Además, los tres autores coinciden en destacar el carácter intocable de las élites más poderosas y el miedo, todavía hoy, al papel impreso, a ese soporte que parece en declive pero sigue manteniendo su influencia. Gregorio Morán lo resume de este modo: “Las redes sociales suponen un desahogo para mucha gente, pero no cambian nada sustancial. Lo que influye de verdad sigue siendo un libro en papel publicado en una editorial de prestigio”. Sea el soporte que sea, el caso de Gregorio Morán demuestra una vez más el poder de las letras. Tanto da si están impresa en papel o brillan en una pantalla.