Una historia oculta del documental español

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Las Hurdes. Tierra sin pan (1933), de Luis Buñuel, fue prohibida por la Segunda República. Queridísimos verdugos (1977), de Basilio Martín Patino, se rodó de forma clandestina. Un fragmento de Rocío (1980), de Fernando Ruiz Vergara, fue censurado y sigue sin poder proyectarse en cines en la actualidad. Estas obras, estos directores, compusieron un relato heterodoxo y crítico de España, lo que les valió la crítica, la censura, el olvido e incluso el exilio. El ciclo Mártires, malditos y desheredados, organizado por la Asociación de Cine Documental DOCMA y la Sgae, recupera esa visión de España que ha permanecido oculta a la mayoría de los espectadores a través de la proyección de 14 joyas olvidadas hasta el 3 de julio en la Sala Berlanga. 

"Son obras que tienen un lugar propio en la historia del cine español, o incluso en el universal. En su día, muchas estuvieron castradas por la censura, y aún no han sido recuperadas del todo de la marginalidad", explica David Varela, comisario de la muestra junto a Guillermo G. Peydró. El ciclo, explican, es un paso más en un movimiento de recuperación que ya se ha dado a nivel académico. "No estamos inventando nada, pero el programa formaliza esta corriente y, sobre todo, la hace llegar al público", asegura Varela. 

Esta es una selección de películas (escogidas entre las programadas por los propios documentalistas) que se extirparon de la cultura cinematográfica española y que regresan ahora al puzle del relato colectivo. 

'Las Hurdes, tierra sin pan' (Luis Buñuel, 1932, España, 27')

"Es la gran película fundacional", sentencia Peydró. "Carlos Saura declaró en 1958 que Las Hurdes debía haber dado origen a una escuela documental auténticamente española, pero nadie había seguido su camino", recuerda el programa. La obra de Buñuel, que se desplazó hasta la región extremeña fascinado por las costumbres de un entorno rural aislado casi por completo, no responde a la idea de documental actual. Sus secuencias son escenificaciones previamente ensayadas, puestas en escena a partir de estudios antropológicos. Fue prohibida por la Segunda República, que esgrimía que daba una visión falsa de la España rural, y, como señala el programador, "ha sido odiada virulentamente por esa región". En el año 2000, tres alcaldes de la comarca publicaron un manifiesto en prensa criticando la figura de Buñuel y su relato. Hoy, Las Hurdes se considera la primera piedra del cine de no ficción de vanguardia, en diálogo contínuo con la representación de la realidad, continuado por Patino en Canciones para después de una guerra y Val del Omar en Tríptico elemental de España

Miércoles, 24 de junio, 18.00.

'Lejos de los árboles' (Jacinto Esteva, 1963-1970, 63')

Es la continuación natural, defiende Peydró, de la escuela esbozada por Buñuel. Esteva realizó una "visión antiturística de las fiestas populares españolas, lo opuesto al trabajo de Caro Baroja", explica Peydró, centrándose en reflejar la brutalidad contra los animales, la superchería y el caos de la herencia ibérica. "Esta y Las Hurdes engarzan con la pintura de Goya, de El Greco, esa oscuridad reflejada también por San Juan de la Cruz, por la mística", indica el documentalista. No hay apenas guión, y el montaje es caótico (la versión proyectada es una retocada en 2011 por Pere Portabella), marcado por "una mirada en un punto intermedio entre la crítica y la fascinación". 

Miércoles, 24 de junio, 18.00; martes, 30 de junio, 20.00.

'Tríptico elemental de España' (Val del Omar)

El tríptico de Val del Omar está formado por Acariño Galaico (De Barro) (1961,1981-82, 1995, España, 23'), Fuego en Castilla (1958-60, España, 17') y Aguaespejo granadino (1953-55, España, 21'). El director fue construyendo esta visión de España a través de los elementos naturales durante toda su vida. Val del Omar —cuya obra estuvo olvidada hasta los años noventa, cuando el Reina Sofía realizó una exposición con su obra— es heredero, defiende Varela, de la mística. "Toma el agua, el fuego, la piedra, lo sensorial, para ir más allá, amplificándolo y desbordándolo fuera de la imagen. Busca alcanzar una forma de trascendencia", explica. No hay que buscar racionalidad en Val del Omar: su aportación a la construcción de la imagen española se basa en "visiones e iluminaciones".

Viernes, 26 de junio, 20.00; miércoles, 1 de julio, 18.00. Presentación y coloquio con Velasco Broca, Víctor Berlín y David Varela.

'Queridísimos verdugos' (Basilio Martín Patino, 1977, España, 100')

Basilio Martín Patino es conocido, sobre todo, por Canciones para después de una guerra, un relato visual y musical sobre la reconstrucción española tras la guerra civil. Pese a la sutileza de su crítica, no se pudo estrenar hasta 1976, ya muerto Franco, cinco años después del rodaje. Queridísimos verdugos llegó más tarde, e influenciada por el rodaje de la anterior película: "Al ver que no iba a poder trabajar como quería, en esta ocasión trabajó desde la clandestinidad. Rodó sin ningún tipo de permiso ni apoyo económico estatal", cuenta Varela. Queridísimos Verdugos es, para el comisario, "una película aterradora y de alguna forma lúdica" sobre "las víctimas de la mala conciencia de la sociedad, que delega en ellos la responsabilidad de acabar con la vida de otros". Los verdugos, explica el documental, eran con frecuencia analfabetos que ejercían ese trabajo por dinero, como podrían haber hecho cualquier otro. Accedieron a rodar, por cierto, también por dinero. Junto a Caudillo (un retrato del dictador desde su nacimiento), conforman un tríptico sobre la España contemporánea

Domingo, 28 de junio, 18.00;  viernes, 3 de julio, 20.00.

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'Rocío' (Fernando Ruiz Vergara, 1980, España, 67')

Aunque la muestra se extiende hasta la actualidad, con películas como El honor de las injurias (Carlos García-Alix, 2007) o Cábala caníbal (Daniel V. Villamediana, 2014), Rocío es la última gran cuenta pendiente del documental español relegado al olvido. La película fue extremadamente polémica, duramente criticada por la jerarquía eclesiástica y finalmente censurada por los tribunales. La película de Fernando Ruiz Vergara, explica Peydró, explora "cómo se ha ido construyendo a nivel iconográfico y antropológico el culto excesivo" a la Virgen del Rocío en la aldea de Almonte (Huelva). Aunque a su estreno la censura previa no existía, la película fue secuestrada en Huelva, Sevilla y Cádiz. El Tribunal Supremo decretó en 1984 la supresión de un fragmento de la cinta en el que un vecino acusaba a otro de orquestar la matanza de 100 aldeanos durante la represión en la Guerra Civil. El acusado era un terrateniente, alcalde y fundador de una hermandad. Ruiz Vergara fue condenado a dos meses y un día de prisión, 50.000 pesetas de multa y una indemnización de diez millones de pesetas. El director se exilió a Portugal, donde murió en 2011, y no volvió a rodar nunca más. 

Sábado, 27 de junio, 18.00; martes, 30 de junio, 18.00.

Las Hurdes. Tierra sin pan (1933), de Luis Buñuel, fue prohibida por la Segunda República. Queridísimos verdugos (1977), de Basilio Martín Patino, se rodó de forma clandestina. Un fragmento de Rocío (1980), de Fernando Ruiz Vergara, fue censurado y sigue sin poder proyectarse en cines en la actualidad. Estas obras, estos directores, compusieron un relato heterodoxo y crítico de España, lo que les valió la crítica, la censura, el olvido e incluso el exilio. El ciclo Mártires, malditos y desheredados, organizado por la Asociación de Cine Documental DOCMA y la Sgae, recupera esa visión de España que ha permanecido oculta a la mayoría de los espectadores a través de la proyección de 14 joyas olvidadas hasta el 3 de julio en la Sala Berlanga. 

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