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'Incendios', una tragedia moderna para abrir la temporada en La Abadía

Mario Gas no ahorró calificativos elogiosos hacia Incendios, una pieza teatral escrita por el dramaturgo libano-canadiense Wajdi Mouawad en 2003, del estilo de “conmovedora y desgarradora y descubridora de la esencia humana”. En cualquier caso, esta obra, que ya fue representada hace unos años en España, significa un auténtico reto, en palabras tanto del director como del numeroso y brillante elenco que protagoniza la obra. “El texto entra por vía intravenosa en el espectador”, proclamó Gas para añadir que “resulta un espectáculo difícil, una tragedia moderna, que habla de los conflictos entre razas, entre religiones, que oscila entre el horror y el amor”. La dificultad también radica en que ocho actores interpretan a los 20 personajes de la obra.

La agitada peripecia vital del polifacético Mouawad, que es dramaturgo, actor y novelista, está muy presente en toda su obra. Libanés de nacimiento (Deir el Qamar, 1968) , formado en Canadá y residente hoy en Francia, la estela de la guerra, más bien de las mujeres en medio de un conflicto bélico, planea sobre Incendios. Así pues, la verdad de Nawal, el personaje principal, representa a la mujer de cualquier país en guerra, violada y humillada. Pero más allá de esa referencia genérica a la violencia, lo bien cierto es que la guerra de Líbano, de donde huyó la familia del dramaturgo cuando él era un adolescente, dejó una huella indudable en la obra de Mouawad. De hecho, una frase muy significativa del autor preside los carteles de promoción de Incendios:Incendios “La infancia es un cuchillo clavado en la garganta. No se lo arranca uno fácilmente”. Como añadido el autor señaló al hablar de la obra que “solamente las palabras tienen el poder de arrancarlo y de calmar así la quemadura”.

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Tanto Mario Gas como las actrices Nuria Espert y Laia Marull, que encarnan la edad madura y la joven de la protagonista, insistieron en ese carácter purificador de las palabras a la hora de abordar los conflictos. En ese sentido, el director, que estuvo acompañado de todo el elenco y el equipo de producción en la presentación de Incendios, señaló que han tratado de abordar la obra con sensibilidad, pero no con sensiblería. “A veces”, manifestó Gas, “se confunde el dramatismo hondo y puro con el melodramatismo lacrimógeno. Espero que no hayamos incurrido en ese fallo al poner en pie este montaje”.

La veterana Nuria Espert, que el próximo mes de octubre recibirá en Oviedo el premio Princesa de Asturias de las Artespremio Princesa de Asturias de las Artes, se mostró entusiasta con la obra que definió "como excitante y bella dentro de su dureza. Es, sin duda, una de las grandes piezas del teatro contemporáneo. Además, hay pocos textos más actuales que Incendios”. En el reparto destacan también otros intérpretes como Ramón Barea, Álex García o Carlota Olcina en una obra que pivota sobre una protagonista, pero es muy coral.

Incendios abre la temporada 2016/2017 del teatro de La Abadía, uno de los centros teatrales más innovadores y prestigiosos de Madrid, que está encabezado por el actor, director y académico José Luis Gómez. A Incendios, que permanecerá en cartel entre el 14 de septiembre y el 30 de octubre, seguirá el monólogo Yo, Feuerbach, de Tankred Dorst, a cargo del actor Pedro Casablanc, con dirección de Antonio Simón, a finales de octubre; y El público, de Federico García Lorca, dirigido por Álex Rigola, a finales del año, entre otros montajes.

Mario Gas no ahorró calificativos elogiosos hacia Incendios, una pieza teatral escrita por el dramaturgo libano-canadiense Wajdi Mouawad en 2003, del estilo de “conmovedora y desgarradora y descubridora de la esencia humana”. En cualquier caso, esta obra, que ya fue representada hace unos años en España, significa un auténtico reto, en palabras tanto del director como del numeroso y brillante elenco que protagoniza la obra. “El texto entra por vía intravenosa en el espectador”, proclamó Gas para añadir que “resulta un espectáculo difícil, una tragedia moderna, que habla de los conflictos entre razas, entre religiones, que oscila entre el horror y el amor”. La dificultad también radica en que ocho actores interpretan a los 20 personajes de la obra.

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