James Rhodes: "Necesitamos más espacios que sean lo contrario de Twitter, que es una cloaca"

El pianista James Rhodes.

Después de haberse pasado media vida respondiendo entrevistas, James Rhodes (Londres, 1975) pasa este verano al otro lado para ser él quien haga las preguntas. "Es un sueño tener mi propio programa", reconoce a infoLibre, encantado con el estreno este sábado de En clave de Rhodes, un espacio radiofónico semanal en la Cadena Ser con el que el escritor, pianista y activista contra los abusos sexuales en la infancia trata de ofrecer algo "bonito" y "creativo". Un refugio estival donde no quepan las cosas "feas" de este "mundo de mierda" que nos rodea.

En clave de Rhodes apuesta por la conversación distendida entre Rhodes y sus invitados, entre los que están figuras tan variopintas como el violinista Ara Malikian, el futbolista Héctor Bellerín de su amado Betis, la escritora Rosa Montero o los intérpretes Vicky Luengo, Blanca Portillo y Viggo Mortensen. Un programa con un tono más humano y personal, en el que la música, que por supuesto está presente, envuelve charlas sobre raíces, estereotipos, salud mental, fama, infancia, éxito o conciencia social.

¿Qué hace un pianista presentando un programa de radio?

(Risas) Es mi sueño desde hace muchos años. Cuando llegué a España, cada fin de semana pasaba media horita con Javier del Pino en la Ser y era una experiencia maravillosa. Porque no veas, a diferencia de Londres, la cantidad de gente que escucha aquí la radio, yo flipaba. Era un sueño tener mi propio programa, pero entonces sabía muy poquitas palabras de castellano y me daba mucha vergüenza. Ahora ya estoy en un punto que puedo charlar una hora con alguien.

¿Cómo es En clave de Rhodes?

Lo bueno para mí es que no hay polémica, ni tiene nada que ver con políticos, ni nada malo. Charlamos de cosas bonitas y que me traen una alegría que espero transmitir a los oyentes. Toco el piano en directo, hablamos de música, creatividad, cómo cuidamos la cabeza... para mí es importantísimo tener este hueco, esta pausa para respirar.

Decimos tanto que vamos siempre corriendo por la vida que se ha convertido ya en una frase hecha. ¿Conversar nos puede ayudar a ralentizar? ¿Conversamos poco?

Vamos atacados por polémicas, rifirrafes... la vida está dándonos hostias por todos los lados. Por eso pensé que podría aportar algo teniendo una hora en la radio de charlas sobre cosas interesantes. Tengo un deportista de mi amado Betis, como Bellerín, para hablar de terapia. También a Viggo Mortensen, que va a leer un poema suyo en gallego, y además es músico, escritor, guionista... eso es para mí algo maravilloso y me siento como un niño con zapatos nuevos.

Todos tenemos esa experiencia de estar con un amigo charlando y que se ponga a escribir en el teléfono móvil sin mirarte. ¿Pero cómo te atreves? Eso se ve como lo más normal del mundo y te miran como si te estuvieran escuchando cuando no lo están haciendo

¿Qué nos puede aportar una buena conversación?

Uy, muchísimo. Todos tenemos esa experiencia de estar con un amigo charlando y que se ponga a escribir en el teléfono móvil sin mirarte. ¿Pero cómo te atreves? Eso se ve como lo más normal del mundo y te miran como si te estuvieran escuchando cuando no lo están haciendo. Por eso quiero que el oyente se sienta como si estuviera en casa conmigo y con mi invitado tomando algo mientras charlamos sobre cosas variadas, como la creatividad o la salud mental. Y no es una entrevista, es una charla entre amigos y ya está, sin distracciones y con presencia de la música, que para mí es algo importante.

¿Utilizas el piano para hablar cuando no sabes expresar algo con palabras?

Tal cual. Y es que yo soy muy fan de promover la música clásica, con lo que es un sueño también tener la oportunidad de tocar en la SER una pieza de Bach o Chopin. Obviamente, escuchamos a otros músicos, no solo los clásicos, pero es algo muy bonito estar charlando con alguien y luego tocar un poco el piano. Además, por ejemplo, en el episodio con Ara Malikian improvisamos un rato juntos de manera espontanea, que para mí por supuesto otra forma de hablar.

¿Hay algún hilo conductor en las charlas?

Con cada invitado tengo un tema central. Hay medio guion, pero en realidad todo fluye y no lo miro demasiado, porque los invitados son amigos charlando sobre lo que queremos. No quería esa obsesión tan presente ahora en los medios de comunicación y las redes sociales de indignar a la gente... eso de que tenemos que tener un titular de seis palabras o un audio de veinte segundos para que la gente se indigne... quiero algo mucho más suave y dulce porque falta eso en la sociedad de hoy.

No me puedo creer que en un país con tanta riqueza cultural como este prefieran que sus niños solo hablen castellano en lugar de ser bilingües hablando galego o catalán. Yo flipo con eso

¿Falta armonía y melodía en la sociedad de hoy?

Sí, absolutamente, falta armonía y melodía, eso es. A lo mejor es porque soy muy viejo y tengo ya 49 años, pero faltan tantas cosas... pequeñas y grandes... Está la gente con las pantallas en la cara todo el rato, hay publicidad en todos sitios y tanto ruido... Faltan tantas cosas que quiero un espacio donde podamos charlar un ratito en galego o en catalán, podamos hablar sobre la belleza de los idiomas y charlar sobre la cultura. Es que yo no me puedo creer que en un país con tanta riqueza cultural como este prefieran que sus niños solo hablen castellano en lugar de ser bilingües hablando galego o catalán. Yo flipo con eso. Estamos en un rumbo un poco jodido ahora mismo en el mundo y quiero poner de mi pequeña parte para crear algo bonito.

Decías antes que los políticos no te dan alegría. ¿Cómo puede ser eso?

(Carcajadas). Bueno, yo mejor no toco ese tema. Yo solo puedo decir con toda la verdad del mundo que ha lidiado en persona con muchos de ellos y nunca he estado muy contento de lidiar con un político en mi puta vida. Prefiero charlar con buena gente, con gente que quiera aportar cosas y no esté persiguiendo votos. Charlar sobre cosas que nos den alegría y compartirlo con el oyente, y ya está. No es tan complicado.

¿Este programa es todo lo que contrario a lo que puede ser Twitter? Una red social en la que eras muy activo hasta que te cansaste y te largaste.

Efectivamente, no hay sitio más tóxico que Twitter, yo borré mi cuenta hace un par de años y fue la mejor decisión de mi vida. Con muchos de mis invitados hablamos también un poquito de los efectos de las redes sociales, porque creo que ser adolescente hoy en día debe ser casi imposible.  A mis 49 años, tengo bastante claro que la mía somos la primera generación de la historia que hemos empeorado el mundo para la siguiente. Económicamente, con las redes, la pornografía... todo está jodido y en lugar de pedir disculpas y hacer lo que podamos para arreglar la situación y mejorar el mundo, hacemos lo contrario y decimos que son unos putos adolescentes que no saben nada. Necesitamos más espacios que sean lo contrario de Twitter, que es una cloaca. Espacios donde no haya odio, amenazas de muerte, polémica. Este programa para mí es algo así. Yo escuchaba la radio en Inglaterra de madrugada durante mis momentos más oscuros de insomnio y autoodio y era como tener un amigo en casa. Hay algo muy bonito en tener la radio cuando te sientes muy solito.

Estoy un poco harto de vivir en este mundo tan narcisista donde la gente solo piensa en ella y no quieren compartir, ni dar, ni aportar sin recibir a cambio una especie de premio

¿Puede este programa ser también una patita más de tu fundación de apoyo a la salud mental de los más jóvenes?

Oh, sí. La fundación es algo muy personal y está todo como vinculado. ¿Qué vamos a aportar? ¿Cómo vamos a mejorar el mundo? Eso se puede hacer de una manera muy humilde y muy pequeña, como escuchar a un futbolista hablando de salud mental. Así de sencillo. Yo hago cosas pequeñas con mi fundación, porque estoy un poco harto de vivir en este mundo tan narcisista donde la gente solo piensa en ella y no quieren compartir, ni dar, ni aportar sin recibir a cambio una especie de premio.

Eres muy futbolero y no quiero dejar pasar la ocasión de preguntarte por la selección española de fútbol. ¿Qué te parece que la izquierda ahora la abrace destacando su diversidad mientras la ultraderecha no está demasiado feliz con futbolistas como Lamine Yamal y Nico Williams?

Son todo patrañas. Me da igual si lo dicen los de la izquierda o la derecha, son todos mala gente. Es que vivimos en un país tan dividido... yo puse una foto de una tortilla sin cebolla en las redes y eso también fue un lío. Por eso, los políticos van a aprovechar cualquier cosa, como hablar de Lamine Yamal para su propia agenda política. Pues a tomar por culo, la verdad, estoy harto, porque eso forma parte del problema. Los políticos quieren aprovechar cualquier oportunidad y personalmente me da igual si son de la extrema izquierda o la extrema derecha, cualquier extremo para mí no vale porque no aporta mucho. ¿Por qué no podemos simplemente disfrutar del duende del fútbol y mirar con la boca abierta a un chaval de 16 añitos haciendo algo espectacular? Disfrutar y chimpún, ya está. Y además él es español, como yo, qué tremenda alegría. 

Yo puedo ser patriota como cualquiera a un nivel enorme, pero eso no significa que pertenezca a la extrema derecha. Para nada

De hecho, en tu Instagram lo primero que pones en tu perfil es que eres español. A ti, por ser inglés, también te han atacado por tu procedencia en el pasado.

Sí, y también por esa idea de que si estás orgulloso de ser español automáticamente eres extrema derecha, pero no, para nada. Han secuestrado la bandera española para significar algo feo, y eso es mentira. Yo puedo ser patriota como cualquiera a un nivel enorme, pero eso no significa pertenecer a la extrema derecha. Para nada. Solo quiero decir que yo siento por primera vez en mi vida que pertenezco a un sitio, tengo un hogar, me siento a salvo, puedo crecer y respirar. Ahora tengo la nacionalidad española y tengo una casa. Nunca he sentido eso en Inglaterra pero aquí sí, y eso no tiene nada que ver con izquierda o derecha. Pero tenemos que etiquetarlo ahora todo, no sé por qué, para que tenga sentido.

En Instagram también queda claro que vas a tope con tu pasión por la fotografía.

¡Sí! Es que, como te decía, yo solo quiero gastar mis energías en las cosas que me dan chispa. Lo importante es que todos busquemos algo creativo, porque vivimos en un mundo tan jodido que yo voy a coger donde pueda un pequeño trozo de alegría. Puede ser cocinar una buena torrija, bailar un tango con mi chica, una buena serie o hacer una fotografía. Me da igual, pero hay que encontrar algo.

Lo que es mejor que no encuentres ya es un cigarro.

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(Carcajadas). Qué cabrón eres. Llevo cinco semanas sin fumar y me está matando, pero es una decisión buenísima. Yo he fumado desde los ocho o nueve añitos, han sido cuatro décadas y me va a costar, no voy a estar pronto como Mr. Wonderfull, para nada.

Los cigarros dan cierta relajación a los fumadores. ¿Ese es un buen objetivo para En clave de Rhodes?

Pues sí. Lo que intento es que quien nos escuche termine sintiéndose un poquito mejor, eso es muy importante para mí. Es una hora de respirar un poquito, también de inspirar. Ojalá de aprender otro poquito.

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