Martín Caparrós: "Milei tiene instalado dentro como pocos el mal humor, el cabreo y el rencor"

El escritor y periodista argentino Martín Caparrós

Asegura Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) que, a pesar de estar ya más que metidos en pleno siglo XXI, los escritores siguen utilizando la tecnología y los ordenadores "como si fueran un pergamino y una pluma de ganso". Esta persistente cavilación derivó en determinación y se puso el escritor argentino manos a la obra con su primera "novela interactiva". Una aventura experimental, un laberinto narrativo digital, en el que cada lector puede ir recorriendo un camino distinto según los links que elija cliquear, tomando pequeñas decisiones que, como en la vida misma, no sabrá adónde le llevarán.

"Es un recorrido azaroso distinto para cada lector", explica a infoLibre sobre esta obra, titulada Vidas de J.M. y que solo puede leerse a través de la revista Anfibia, pues el autor ha decidido que todos los beneficios que genere sean destinados a la reconstrucción de su redacción, incendiada hace unas semanas. Y, sí, efectivamente, no es casualidad que las iniciales de Julio Méndez coincidan con las de Javier Milei.

¿Qué es Vidas de J.M.?

Básicamente es una novela interactiva. Es difícil saber qué es eso porque casi no hay, pero en este caso consiste en que tú entras a una página web y en ella tienes dos o tres palabras que puedes cliquear. Según cuál cliqueas llegas a otras páginas donde tienes también otras palabras que puedes cliquear y así sucesivamente. De esta manera, el recorrido narrativo depende no de lo que tú decidas, porque en realidad no tienes ni idea de dónde te lleva cada click, pero sí de lo que vayas haciendo. Es un recorrido azaroso que es distinto para cada lector, pues no hay dos lectores que lean finalmente el mismo texto, ni en el mismo orden. 

¿Casi no hay novelas interactivas? ¿Cómo puede ser eso en estos tiempos que corren, eminentemente interactivos?

Este es un intento de usar las herramientas actuales de una manera un poco más amplia. Siempre digo que me impresiona cómo estamos usando desde hace treinta años los ordenadores, como si fueran un pergamino y una pluma de ganso. Y lo hacemos para escribir en ellos cosas que luego se publican como si fueran publicadas sobre una hoja de papel, o sobre ese ramillete de papeles que llamamos libros, cuando en realidad hay otras muchas opciones, pero no estamos buscándolas. Da la sensación de que nos dará un poco de susto o de pereza ver qué hay más allá de este uso arcaico del ordenador. Yo tenía ganas precisamente de ver qué podía hacer si me lo planteaba de otra manera, si hacía algo que solamente se pudiera tener en el ordenador, y de ahí nació la idea de la novela interactiva.

Lo primero que me viene a la cabeza es en la serie Elige tu propia aventura, pero no es exactamente así, pues aquí son palabras concretas que le dan otra profundidad al periplo del lector.

Sí. Esto sería más bien Sométete a tu propia aventura (risas), porque no estás eligiendo nada. Lo único que haces es cliquear una palabra resaltada sin saber adónde te va a llevar eso. Por supuesto, puedes volver atrás, volver a intentarlo, ver qué pasa, pero en Elige tu propia aventura había ciertos parámetros que aquí no están. Por eso me parece que esto se acerca mucho más a las elecciones, o al azar de las supuestas elecciones que uno hace en la vida, ya que uno elige cosas que nunca sabe adónde le van a llevar.

¿Es de alguna manera acercar la literatura a la vida misma? Porque cuando uno sale de casa a una hora u otra ya está eligiendo y eso determina todo el resto del día.

Y además es que elecciones muy pequeñas pueden tener enormes consecuencias. Puedes salir cinco minutos más tarde de casa porque decidiste volver a lavarte las manos y eso puede hacer que te atropelle o no el autobús, y la relación entre causa y efecto es totalmente desproporcionada. Pero ahí está y eso es lo que llamamos azar y eso es lo que hace que la vida sea lo suficientemente aterradora como para que llevemos miles de años inventando religiones.

Es muy extraño cómo la literatura se ha resignado a lo que era hace 150 años y ha abandonado las pretensiones de buscar nuevas maneras

De esta manera, ¿la literatura nos propone experimentar varias vidas? Es algo que no podemos hacer en la realidad, ni tampoco en las novelas de papel.

Creo que en la literatura o en la narrativa contemporánea se está experimentado muy poco. Yo ya soy lo suficientemente viejo como para haberme formado en una época en la que se suponía que hacer literatura era tratar de ir un poco más allá, esa era la consigna de los sesenta o los setenta. Ahora no, ahora contamos muy parecido a lo que se contó siempre. Por eso siempre digo que si un pintor pintara como Delacroix en La libertad guiando al pueblo todos lo mirarían muy raro, pero en cambio casi todos escribimos como sus contemporáneos, como Balzac, como Flaubert o quien sea. Peor, claro, pero con los mismos rasgos (risas). Es muy extraño cómo la literatura se ha resignado a lo que era hace 150 años y ha abandonado las pretensiones de buscar nuevas maneras. Esto a mí me impresiona mucho y creo que vale la pena seguir intentándolo, sabiendo que en la mayor parte de los casos uno fracasa. Pero eso es lo que vale la pena.

Se inventan otras vías para contarnos las historias, pero la literatura ha quedado como inmóvil. ¿Por respeto quizás?

Y hay razones también si quieres un poco más históricas, como que hubo una especie de vanguardismo de los años setenta que llegó a una suerte de callejón sin salida porque ya la pretensión de dar la vuelta a todas las formas hizo que se hiciera muy difícil leer aquello. Eso hizo que muchos se asustaran y volvieran a lo de antes, a las viejas formas conocidas. Pero me parece que vale la pena intentar otras maneras en esta época en la que tenemos técnicas absolutamente nuevas, y es muy sorprendente que no tratemos de usarlas para ver cómo podemos contar distinto.

¿Por qué publicar Vidas de J.M. con la revista Anfibia? Hay un motivo importante.

Anfibia es una revista que respeto mucho, dirigida por mi gran amigo Cristian Alarcón, un escritor que ganó hace poco el Premio Alfaguara de Novela. Pues bien, hace tres o cuatro meses se quemó la redacción de la revista, aparentemente por accidente. Yo estaba justo terminando esta novela y como tiene que ser publicada en digital se me ocurrió dársela a la gente de Anfibia para que recauden un poco de dinero para la reconstrucción de la redacción. 

Una vez decidido que iba a tener una estructura interactiva, ¿cómo fue escoger el tema de la novela?

Ese era el otro problema. Yo estaba con esta especie de obsesión de escribir una novela interactiva y probé a finales del año pasado con algunos temas, pero ninguno me satisfacía demasiado. Además, al mismo tiempo, estaba también con lo que estaba pasando en Argentina con la elección de Javier Milei, de modo que pensé en unir ambas obsesiones y armar esta novela, armar esta especie de gran farsa sobre Julio Méndez, que para algunos podría ser bastante parecido a Javier Milei.

¿Es casualidad que las iniciales de Julio Méndez coincidan con las de Javier Milei?

No, por supuesto que no es casualidad (risas). Pero tampoco es Javier Milei, es Julio Méndez. Se parecen mucho en muchas cosas, con ese núcleo inicial de la infancia y la adolescencia, que se parece mucho a lo que uno sabe de Milei, con un padre que lo golpeaba mucho, compañeros de colegio que le despreciaban y fracasos en todo lo que emprendía. Pero luego Julio Méndez tiene hasta doce vidas muy distintas, algunas que se parecen un poco a las de Milei y otras nada. Un poco la idea era que en cada una de esas vidas el personaje de Julio Méndez tiene una serie de características que se mantienen, como falta de empatía, soledad, incapacidad para entender y relacionarse con otros, autoritarismo y mala leche... ahí sí hay también un guiño al personaje este que ahora gobierna la Argentina.

¿Cómo se crea un personaje de ficción inspirado en Milei?

La inspiración en lo real está sobre todo contenida en esa primera parte de la novela sobre la infancia y adolescencia. Tampoco te creas que me puse a investigar mucho, usé los datos que cualquier argentino más o menos informado tiene sobre Milei y los traspuse de algún modo para armarle el origen a Julio Méndez. Luego ya, a partir de ahí, armar esas doce vidas ya es pura ficción. Fui inventando, tratando de que fueran coherentes con ese origen y con la Argentina tal y como está ahora.

Milei siempre supera a la ficción. Era muy frustrante, porque los personajes de J.M. eran muy desagradables en muchos casos, muy poco empáticos, autoritarios. Pero yo escribía algo y al día siguiente salía en el periódico algo que había dicho Milei que siempre era mucho peor

¿Milei supera siempre a la ficción?

Sí, era muy frustrante, porque los personajes de J.M. eran muy desagradables en muchos casos, muy poco empáticos, autoritarios. Pero yo escribía algo y al día siguiente salía en el periódico algo que había dicho Milei y siempre era mucho peor que lo que yo había escrito. Era muy desesperante porque son cosas además que la realidad tolera pero la ficción no, porque cuando ciertas cosas suceden uno las acepta, pero si las inventa un narrador son de esas que te dicen 'pero qué tontería estás inventando'. En eso Milei siempre tenía ventaja sobre Méndez, porque él es la realidad y podía hacer siempre, por tanto, cosas mucho peores que las que podía hacer Méndez.

¿Qué dice de Argentina que haya votado a un presidente cómo Milei? ¿Estamos tan solo empezando a conocerle en España?

Yo creo que los argentinos también le están empezando a conocer. Era un personaje muy unívoco cuando fue elegido, alguien que llevaba unos pocos años como tertuliano de televisión y de quien se sabía que gritaba e insultaba mucho y estaba siempre muy cabreado. Eso es lo que se sabía sobre él y creo que los argentinos le eligieron precisamente por eso, porque gritaba mucho, insultaba mucho y estaba siempre muy cabreado, lo cual era una buena síntesis de cómo se sentían muchísimos argentinos. Con toda la razón, porque el país lleva por lo menos treinta o cuarenta años de gobiernos muy malos que lo han arruinado mucho en muchos sentidos, no solo el económico.

Muchos argentinos lo están pasando muy mal, con más de la mitad de la población bajo el umbral de la pobreza, con crecimiento del hambre y todo tipo de enfermedades

Supo canalizar Milei ese enfado generalizado.

Lo que consiguió Milei fue sintetizar esta idea general de mal humor, cabreo y rencor, que es algo que él tiene instalado dentro como pocos. Yo creo que esa es la razón por la cual quince millones de argentinos le eligieron, porque después muchos de ellos tampoco tenían muy claro cuáles eran sus propuestas programáticas. Tampoco ahora están muy claras. Pero Milei hablaba todo el tiempo contra la casta, que supuestamente son los políticos y algunos empresarios que se aprovechaban de la situación, y resulta que desde que está gobernando los que están pagando el precio de sus medidas son sobre todo los jubilados, los trabajadores menos cualificados y una cantidad de gente que se está quedando sin empleo o sin sus pensiones en una economía que se derrumba y está en una recesión como no ha habido nunca. Creo que recién ahora están empezando a entender una serie de cosas sobre Milei, y todo consiste en saber qué va a pasar cuando terminen de entenderlo y cuando, si acaso, acepten que es así. Porque hay otro elemento, que es que en este momento Milei no parece tener ninguna alternativa. Las únicas alternativas son justamente los que arruinaron el país en las últimas décadas y nadie quiere volver a eso. La gente no quiere dejar de lado la esperanza en Milei porque sería tener que volver a esos fracasos. Por eso, mientras no aparezca una alternativa distinta, mucha gente va a seguir tratando de creer que Milei es capaz de cambiar las cosas, solo para no tener que confesarse a sí mismos que no hay ninguna opción.

Como niño y adolescente maltratado, ¿está Milei vengándose de todo el mundo ahora que está en el poder?

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Sí, sí, es un ser muy rencoroso, y lo curioso es que ni lo esconde ni lo niega. Hace un mes más o menos tenía que presentar un libro, que por otro lado parece ser un gran plagio, y decidió que la presentación fuera un concierto de rock en el Luna Park de Buenos Aires, porque él siempre quiso ser músico de rock pero no lo logró. Así que aprovechó esto y su posición para hacer un recital de rock donde la gente tuvo que escucharle por collons. Son como rencores, en este caso menores, aunque en otros mucho más agresivos y violentos, pero sí que es un señor que cree que la vida le debe cosas y se las está cobrando todas ahora.

¿Tiene todavía Milei tiempo para sorprendernos para mal?

Sí, claro, él pasa el tiempo haciendo estas cosas. Este fin de semana tenía que ir a Brasil a una reunión del Mercosur y no se reunió con los presidentes de Mercosur sino con Bolsonaro para ver un partido de fútbol y le dieron una medalla para asegurar que siempre se le pusiera dura la verga. Literalmente, está en Twitter, "para que se le pusiera dura y no le dieran por culo", para eso era la medalla que le dio Bolsonaro a Milei, e hicieron de eso un acto público. Por supuesto que puede sorprendernos más todo el tiempo, pero yo me pregunto precisamente si su táctica no es la de tratar de sorprendernos todo el tiempo para que no miremos lo que hace. Como ese viejo mago malo que trata de que mires para otro lado para que justamente no veas el truco. En este caso, creo que el truco lamentablemente es que muchos argentinos lo están pasando muy mal, con más de la mitad de la población bajo el umbral de la pobreza, con crecimiento del hambre y todo tipo de enfermedades. Si nos divertimos hablando de que Bolsonaro le dio una medalla a Milei para que se le ponga dura en vez de mirar lo que pasa como efecto de sus políticas, de algún modo le estamos haciendo el juego.

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