LIBROS
Anécdotas, reverencias, mandobles de sables y reuniones de la RAE en el homenaje a Javier Marías
Los amigos del escritor Javier Marías se han reunido en la noche de este viernes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para conmemorar su vida, su recuerdo y sus libros. Un emotivo encuentro que ha comenzado con la lectura por parte de Javier Portugués de un fragmento de Tu rostro mañana (2002), en el que se ha celebrado su obra y se ha manifestado el sentimiento de orfandad compartida tras su muerte.
En el acto, moderado por el periodista y escritor Antonio Lucas, han participado amigos con diferentes grados de cercanía e intimidad con el escritor desaparecido. Por orden alfabético, cada uno ha dispuesto de tres minutos (norma impuesta por Arturo Pérez Reverte) para recordar alguna vivencia o anécdota, con la intención última de demostrar que uno no termina de irse mientras habite en la memoria de los que se quedan. Con la requerida solemnidad, pero también cierto tipo de alegría inherente a lo que es una celebración.
El propio Lucas, como maestro de ceremonias, le ha calificado como "uno de los grandes escritores europeos del último medio siglo, ciudadano atento a los trastornos del presente, amigo elegante, hombre generoso, un centro de alto rendimiento de la inteligencia". "El intelectual robusto que fue requiere de algo más que ocupar espacio en librerías y bibliotecas, requiere no ser traspapelado", ha agregado.
Tras esta introducción, han ido pasando por orden alfabético por el atril del escenario Guillermo Altares, Pedro Álvarez de Miranda, Eduardo Calvo, Juan Díaz, Agustín Díaz Yanes, Jorge Fernández Díaz, Jesús García Calero, Alexis Grohmann, Montserrat Iglesias, Manuel Jabois, José Carlos Llop, Mercedes López-Ballesteros, María Lynch, Eduardo Mendoza, Santiago Muñoz Machado, Julia Navarro o Arturo Pérez-Reverte.
Vivencias personales, recuerdos y detalles curiosos como los desvelados por Pedro Álvarez de Miranda, filólogo y miembro de la Real Academia Española, que ha recordado su larga amistad desde la infancia por asistir al mismo colegio, y ha comentado que Marías asistía "muy asiduamente" a la comisión de la RAE "casi todos los jueves", donde era además "muy activo".
Y ha proseguido: "Le gustaba mucho debatir sobre el significado de las palabras. En esas reuniones se estudian propuestas que envía la gente o de los académicos y él proponía muchas. Hay palabras en el diccionario que han entrado de su mano. Como chilena, sombrero y piscinazo por su afición al fútbol. También moñas, endiñar, sieso, papirotazo o patanesco, que le gustaba mucho. O digresivo, un adjetivo culto. En esas reuniones era tenaz y correoso, pero era un placer debatir con él. El placer que siempre produce el encuentro con la inteligencia".
El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, le ha recordado como alguien "creativo, atento y crítico con las decisiones que se adoptaban" en las reuniones de la Academia. "Solía molestarle que se incorporaran al diccionario palabras que se ponían de moda porque pensaba que eran efímeras", ha destacado, enumerando palabras que le parecían cursis: "empatizar, socializar o interactuar". Y ha agregado más palabras que están en el diccionario gracias a su empeño: "Agonías, en el sentido de palabra ansiosa; cargar, en el sentido de recibir un castigo; chupasangre o endiñar".
Su gran amigo y compañero de paseos, Arturo Pérez Reverte, ha destacado la "entrañable ingenuidad" y la "inocencia infantil" de Javier, de quien ha dicho que "siempre fue hasta el final un niño que jugaba". "En nuestras conversaciones, hablábamos muy poco de literatura y mucho de tebeos, películas, John Ford, John Wayne. Un día comentando Río bravo le pregunté si le gustaría tener la pistola de John Wayne, y vi tal ilusión en sus ojos, aunque por supuesto hizo un gesto burlón, que le regalé una reproducción muy bonita. Y vi su cara, cómo lo tocaba. El sueño de un niño. Así que decidí cada año regalarle un arma. reproducciones, modelos inutilizados", ha desvelado.
Y aún ha proseguido: "Una vez le llevé una pistola Luger a la RAE. Aquel día, en la Sala de Pastas, le estaba explicando cómo funcionaba rodeados de un montón de venerables académicos y Javier apuntaba sobre todo a Francisco Rico. Yo he visto a Javier apuntar con una pistola a Francisco Rico. Verlo jugar era un encanto. Yo le he visto jugar y he jugado con él. Estoy orgulloso de haber jugado a ser niño con Javier Marías".
Otro de sus grandes amigos era el cineasta Agustín Díaz Yanes, que le conoció a principios de los años setenta en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid. "Estaba claro que iba a ser un escritor de importancia. Lo que nadie pensaba es que iba a ser Rey del Reino de Redonda y gracias a su benevolencia íbamos a formar parte de su Corte", ha destacado, para luego relatar una divertida visita a casa de Arturo Pérez Reverte en la que no faltaron amenazantes y elegantes mandobles de sables por parte de Javier: "Cuando intento acostumbrarme a su ausencia le recuerdo empuñando ese sable en casa de Arturo".
Montserrat Iglesias, gestora cultural, le visitó muchas veces en su casa de la Plaza de la Villa. "La primera vez cuando acaba de mudarse, por lo que la vi llenarse de libros, soldaditos de plomo, pitilleras, pastilleros, todo conservado muy lejos de la mirada muerta del coleccionista. Todo muy vivo", ha contado, para luego añadir divertida: "Recuerdo cuando apareció sobre una de sus mesas un enorme machete o sable que le había regalado su querido Pérez Reverte. No sé si sería el de los mandobles que ha mencionado Agustín".
Aunque no estaba previsto que hablara, Eduardo Mendoza ha tomado la palabra y ha confesado que ha estado recientemente releyendo parte de las cartas que se intercambiaba con Javier "con la emoción que dan las cosas triviales cuando adquieren una dimensión inesperadamente trascendental y dramática". "A título de ejemplo de las cosas de las que hablábamos, cito de memoria un párrafo de una carta que decía 'querido Eduardo, me parece que el otro día fui de una crueldad rayana en el sadismo con los comentarios que te hice sobre el Barça. Para hacerme perdonar, te mando un vídeo de la película Los ases buscan la paz, que es un biopic de Kubala. Este era el tipo de persona que era Javier, culto. inteligente, interesante, instruido, exigente. Lo de Los ases buscan la paz es una de esas tonterías que había olvidado, y al releerla se me puso un nudo en la garganta. Los escritores cuando mueren viven en sus escritos, pero los amigos cuando mueren dejan un vacío irreparable", ha compartido.
Javier Marías camino de la posteridad
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Sincero homenaje
Todos los que han ido pasando por el escenario han rendido un sentido y sincero homenaje a uno de los mejores escritores contemporáneos, que, a lo largo de más de cincuenta años como narrador, columnista, traductor, editor y miembro de la Real Academia Española, consiguió aunar el favor y el entusiasmo de la crítica con el cariño y la admiración de innumerables lectores en todo el mundo.
Javier Marías falleció a primera hora de la tarde del pasado 11 de septiembre en Madrid por complicaciones en una afección pulmonar que le mantuvo ingresado y en coma durante más de un mes. Entre algunas de sus obras más conocidas se encuentran Mañana en la batalla piensa en mí, Todas las almas, Negra espalda del tiempo o Corazón tan blanco, publicada en 1992 y con la que cosechó un gran éxito. Nacido en el madrileño barrio de Chamberí en 1951, fue autor de un total de 16 novelas con las que ha recogido multitud de premios. Está considerado uno de los escritores españoles más importantes de las últimas décadas, candidato al Nobel y miembro de la Real Academia de la Lengua, en la que ocupaba desde 2008 el sillón R.