Lory Meyer's. Cuando bautizaron el grupo, Antonio López, Noni, tenía 17 años; Julián Méndez, 13; y Alfredo Núñez y Luis Liceras, 16. Como Alejandro Méndez, que se sumaría un par de años más tarde. Habían escuchado con fascinación el punk de los norteamericanos, y tomaron prestado, para el nombre de la banda, el título de una de sus canciones. Solo que, en lugar del "Lori Meyers" de NOFX, el que figuraba en sus maquetas y primeros conciertos era ligeramente distinto: Lory Meyer's. Con apóstrofo. Allá por 2004 alguien entraría en razón: su primer disco, Viaje de estudios, estaría firmado ya con i latina. Lo que nadie (o casi nadie) podía imaginar en aquel fin de milenio es que esos adolescentes en la edad del pavo iban a tener su propio epígrafe en la historia del indie español. Y que lo harían con aquel primer grupo, que celebra ahora sus 20 años con un doble CD recopilatorio.
"Esto no es una compilación de grandes éxitos para ganar pasta", advierte Alejandro, al final de una jornada de promoción en Madrid. Ya no está Julián, que dejó el grupo tras grabar los dos primeros discos, ni Luis, que también se quedó por el camino. Noni, vocalista, guitarrista y líder carismático del grupo, se pasea por la sala del hotel con un cigarro en una mano y una cerveza en la otra. Se hacen bromas sobre si Alfredo tiene o no la nevera de casa suficientemente surtida de botellines, sobre si Noni puede o no componer sin ellos. Son 20 años de novios, como quien dice. Y retoman: el primer disco de este 20 años, 21 canciones20 años, 21 canciones no es ni una selección de la banda ni una selección de la discográfica, Universal. Son 21 amigos, colaboradores y periodistas —desde César Luquero al productor de Cuando el destino nos alcance, Sebastian Kyrs— quienes eligen las pistas. En el segundo CD, otros 20 temas entre maquetas, algún inédito y tres versiones. "Este disco es un regalo para nosotros", insiste Alfredo, "no es un greatest hits greatest hits".
No le falta razón. Figura, por ejemplo, "Y no estás", una de las canciones incluidas en su demo Las 5 ventanasLas 5 ventanas, grabada allá por el 2000. La elige Agustín Fuentes, director del festival Contempopránea, en Alburquerque (Badajoz) que fue uno de los epicentros del pop español mucho antes de la explosión de los festivales y de que los grupos acabaran fichando por multinacionales. Los Lori Meyers (pero aún con el apóstrofo) todavía tardarían cuatro años en subirse a aquel escenario, pero ya apuntaban maneras. No está en la selección, sin embargo, uno de los mayores éxitos del grupo, "Luciérnagas y mariposas", que se ha coreado al menos una vez (y probablemente más de una) en los festivales poperos del país, desde el Sonorama al FIB. Sí suenan "¿A-ha han vuelto?", elegida por Ramón Redondo, director de M80, o "Emborracharme", seleccionada por el cómico Dani Rovira. Con el disco, algo más preciado aún para los músicos que sus propias canciones: textos en los que unos y otros glosan el porqué de su elección.
Unos y otros recuerdan, con más o menos intimidad, los viejos tiempos en que descubrieron a Lori Meyers. Unos y otros alaban el "carácter experimental" —señala el periodista musical Arturo Paniagua— de su trabajo. Porque aquí hay de todo. Del pop sesentero con estribillos medidos a los sonidos progresivos de su último disco, En la espiral. "¿Qué hemos tocado muchos palos? Sí, nos gusta mucho la música y como artistas no queremos hacer siempre la misma canción", interviene Noni, llegando desde la ventana que da a la Gran Vía. "Siempre lo digo: somos muy fans de Teenage Fanclub, pero no me parecen el ejemplo de evolución. Prefiero a Radiohead, que no se han parado, que han seguido inventando y no se han parado en OK Computer". ¿Es una defensa? Quizás: algunos seguidores no entendieron que su grupo no les diera un nuevo single al ritmo del cual saltar en los festivales. "Si entráramos en un estudio pensando lo que vais a decir los periodistas", continúa, "lo que van a decir los fans antiguos, lo que van a decir los fans nuevos… Nadie grabaría un disco".
Ver másLori Meyers contra las canciones del verano
Parece que el recopilatorio, esa forma de echar la vista atrás, llega en un momento apropiado. En la espiral les llevó de nuevo al estudio, a trabajar a partir de ensayos y sin maqueta previa, trasteando con el sonido y saliéndose de las canciones de tres minutos que gobiernan la industria del pop. "Necesitábamos volver a tocar los pedales de las guitarras, explorar nuestros materiales, experimentar y perder el tiempo", recuerda Alfredo. "Como mirar a un espejo retrovisor para continuar hacia adelante". Han aprendido, dicen, de aquello. Algo se desbloqueó. Si ese trabajo les llevó cuatro años, ahora cuentan ya con "siete u ocho canciones" para el siguiente disco, solo año y medio después de lanzar el anterior. "Aunque luego sabemos que los plazos se alargan", advierte Alejandro, sabiendo que la producción del último, que querían hacer ellos mismos, se les atascó.
Para que no vuelva a suceder, han decidido que en 2019 desaparecerán del mapa. Para despedirse, el 29 de diciembre, exactamente dos décadas después de que se conformara el grupo, celebran un concierto en el Wizink Center de Madrid —antiguo Palacio de Deportes—, que tiene un aforo máximo de entre 15.500 y 17.400 espectadores. Tienen el listón alto: Vetusta Morla, también por su 20 cumpleaños, reunió a finales de junio a 38.000 personas en un solo concierto en la ciudad de Madrid. Alejandro disipa la tensión: "Bueno, que estamos aquí vendiéndolo, ¡a ver si luego nos quedamos cuatro...!". Y le sigue Noni: "Si ya hemos hecho dos Rivieras [por la sala madrileña], tres Rivieras, ¿qué vamos a hacer cuatro Rivieras, cinco Rivieras? Lo hacemos todo junto, nos lo curraremos más e intentaremos que sea algo más especial". Aprovecharán para sacar a relucir, no solo las canciones de su recopilatorio, sino aquellas cuyo formato no admiten bien festivales o conciertos cortos. Y luego, a despedirse por un tiempo. Remata el vocalista, volviendo a la ventana: "¿Qué es mejor que piense el amigo, que eres un pesado o que te eche de menos?".
Lory Meyer's. Cuando bautizaron el grupo, Antonio López, Noni, tenía 17 años; Julián Méndez, 13; y Alfredo Núñez y Luis Liceras, 16. Como Alejandro Méndez, que se sumaría un par de años más tarde. Habían escuchado con fascinación el punk de los norteamericanos, y tomaron prestado, para el nombre de la banda, el título de una de sus canciones. Solo que, en lugar del "Lori Meyers" de NOFX, el que figuraba en sus maquetas y primeros conciertos era ligeramente distinto: Lory Meyer's. Con apóstrofo. Allá por 2004 alguien entraría en razón: su primer disco, Viaje de estudios, estaría firmado ya con i latina. Lo que nadie (o casi nadie) podía imaginar en aquel fin de milenio es que esos adolescentes en la edad del pavo iban a tener su propio epígrafe en la historia del indie español. Y que lo harían con aquel primer grupo, que celebra ahora sus 20 años con un doble CD recopilatorio.